Bahía Blanca | Domingo, 28 de abril

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La estrategia política atada a la agenda mediática

La columna semanal de nuestro corresponsal en la capital de la Provincia.

Se viven tiempos modernos vinculados con la “nueva normalidad” política: la utilización de las redes sociales como herramienta coyuntural de comunicación y marketing” institucional.

Algo o tal vez, mucho de eso, ocurre con los estrategas de los gobernantes de turno que han decidido presentar los mensajes protocolares de inauguración de un período de sesiones ordinarias frente a la Asamblea Legislativa como un suceso político mediático.

Ese puede ser el caso de la provincia de Buenos Aires, donde, tras el arbitrario recorte de  recursos nacionales, el gobernador Axel Kicillof utilizará su mensaje oficial ante la Legislatura bonaerense para darle marco institucional al reclamo puntual y, al mismo tiempo, potenciar la disputa política con el presidente Javier Milei.

Claramente la pelea entre la Provincia y la Casa Rosada y el reclamo por la poda de recursos seguirá sumando capítulos de tensión. Como si se tratase de un tironeo por problemas de marquesina teatral, el mensaje presidencial hizo que Kicillof haya tenido que reprogramar su turno protocolar para el lunes que viene, después de la alocución de Milei.

Con la postergación lo que se busca es que el mensaje redactado en la residencia gubernamental de calle 6 no sea invisibilizado de la agenda mediática y, de paso, poder tener la última palabra, con la intención de contestarle al libertario por la quita de fondos nacionales.

Seguramente utilice el recinto de Diputados como ámbito para desparramar un remolino de críticas hacia la Casa Rosada pero buscando mayor impacto mediático.

Si bien oficialmente se dice que los lineamientos centrales del discurso aún no están definidos, difícilmente Kicillof se salga del hilo cuestionador. Más aún, en un contexto de quita intempestiva de fondos que vienen pegando de lleno en la línea de flotación de la gestión bonaerense.

De hecho la Provincia viene planteando reclamos, por ahora vía administrativa y judicial, sobre un paquete de fondos que la Casa Rosada dejó de enviar. Uno de los tijeretazos pasó por la supresión del Fondo Compensador para el Transporte, que afectó a municipios del interior bonaerense, que se verán obligados a aumentar el boleto a menos que se hagan cargo de parte de los subsidios que venía pagando Nación hasta diciembre.

El último ítem en la lista de reclamos pasa por el pago del Fondo para el Fortalecimiento Fiscal. Se trata de una masa de recursos que se creó en septiembre de 2020 para que Kicillof pudiese apagar el fuego de un reclamo salarial de la Policía Bonaerense.

Fue a través de una decisión del expresidente Alberto Fernández, que le terminó quitando recursos al por entonces jefe de gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta, para transferirlos a la Provincia. “Por cuestiones políticas, aquella vez, estaba bien para Kicillof que le sacaran plata al macrismo para dársela a él, pero ahora está pataleando porque se la están sacando a él”, recuerdan filosas espadas legislativas del arco opositor.

Ahora la supresión de dicho fondo de la Provincia, no sólo impulsó al Gobernador a iniciar un reclamo en la Justicia, sino que logró unir a legisladores de Unión por la Patria con un sector del radicalismo, e incluso  con un grupo de parlamentarios libertarios que reconocieron que el Fondo surgió como respuesta a la injusta distribución de la coparticipación federal.

En ese sentido, en los bloques legislativos de la oposición vuelven a la carga con el pedido de “cuentas claras” en el gasto público bonaerense. Además, no ocultan su disconformidad con la postergación del discurso en ámbito parlamentario. 

En definitiva, Kicillof acumula un alto grado de estrés financiero y parece negarse a tirar el achique. Sabe que, desde hace años, distintos actores del macrismo buscan ubicarlo lejos de cualquier política de austeridad en el gasto público. Una de las premisas libertarias. Pero Milei sigue sumando elementos al torbellino de controversias cotidianas, permitiéndole al Gobernador recurrir a la queja constante y ubicarse al borde de la victimización política.

En medio de la disputa, una buena parte de la ciudadanía observa distante cómo la industria y el comercio ya sufren un impacto en el consumo por las políticas de ajuste del Gobierno nacional.

La brutal caída del poder adquisitivo ante la velocidad de la crisis inflacionaria, también divide aguas entre los sectores poblacionales más politizados: los libertarios junto a macristas mantienen su esperanza en el modelo disciplinador mientras que los sectores peronistas, sindicales y de organizaciones sociales no aceptan el plan del libertario Milei.

Con duros cuestionamientos hacia la Casa Rosada, no pocos referentes del oficialismo legislativo cuestionan la irritabilidad presidencial. “Bastardear a los gobernadores y tratar al Congreso como un 'nido de ratas' es precarizar la democracia”, señalan, no sin antes subrayar que Milei busca “adueñarse” de los fondos de las provincias. 

“En rigor, le resta recursos de al conjunto de la población para inversión estatal en áreas de salud, educación, seguridad, transporte y obra pública) para “repartirlo entre la casta más rica porque responde a determinados intereses financieros”, sostienen.

“Es fácil poner en marcha la motosierra del ajuste, con la panza llena”, cuestionan.

“El déficit fiscal cero no es un contrato de permuta (intercambio que se hace de una cosa por otra). Para la Provincia es más fácil criticar y exigir recursos a la Nación que ajustar las cuentas y ser responsable con los gastos de dudosa prioridad”, responden portavoces del PRO, en un evidente tiro por elevación al mandamás cristinista de calle 6.