Bahía Blanca | Domingo, 28 de abril

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Señales condicionantes de la dinámica política

La columna semanal de nuestro corresponsal en la capital de la Provincia.

Estamos en medio de tiempos tormentosos. Y los pronósticos del oficialismo bonaerense aparecen lejos de cualquier lógica cercana al optimismo. No pocos funcionarios dicen estar frente a un acelerado desmadre socioeconómico y en las puertas de un proceso de desempleo masivo.  En ese contexto, los chispazos de la gobernación bonaerense con el Gobierno nacional dominan el escenario. 

“El plan económico de (Javier) Milei no hace más que agravar la realidad económica y social”, tanto del electorado que le dio su voto de confianza como de aquellos votantes que no sufragaron por la “motosierra”, evalúan en las diagonales.

Desde la Provincia afirman que no se puede planificar con la incertidumbre y la imprevisibilidad actual de los “creadores de las fuerzas del cielo” de La Libertad Avanza. Ante eso, el gobernador Axel Kicillof decidió reordenar las prioridades de una gestión, ahora con fuertes limitaciones presupuestarias, poniendo especial énfasis en lo que hace a las políticas de asistencia social -incluyendo comedores escolares, salud y seguridad- básicamente en el Gran Buenos Aires, donde más se siente la estructural crisis.

Lejos de ubicarse en el rol de un espectador crítico, Kicillof decidió confrontar discursivamente contra las políticas de ajuste de la Casa Rosada, a modo de sostener la disputa que mantiene con el libertario Milei por la poda de fondos.

La intención del gobernador es atemperar todas las medidas nocivas que establezca la Nación en detrimento de la Provincia, pero eso también tiene un límite. Por más que se intente cubrir programas y obras públicas, los números de la caja bonaerense no alcanzan.  Por supuesto, el recorte de fondos nacionales también impacta en las cuentas municipales.

Por eso, el alineamiento de los intendentes radicales con la gobernación en la disputa por los recursos¨-especialmente después de la quita del Fondo de Fortalecimiento Fiscal- es un aspecto significativo y condicionante de la dinámica política futura, tanto de la UCR como de todo Juntos.

Los alcaldes boina blanca expresaron su preocupación por esa medida, destacando que el fondo estaba destinado a temas de seguridad, situación que afecta a todos los bonaerenses.

“El Gobierno nacional está contribuyendo a amplificar la grieta existente en lugar de buscar consensos”, subrayan, no sin antes agregar que “justamente esa obsesión por tener todo bajo control es lo que paradójicamente le empezó a mover el barco a Milei”.

Asimismo, desde la estantería legislativa opositora insisten con la necesidad de aplicar medidas de austeridad en términos del gasto político para que la Provincia funcione priorizando problemáticas sociales.

En la vereda de enfrente, el oficialismo en calle 6 observa de reojo como en no pocas ciudades del interior bonaerense, por ahora, prevalece el “antikirchnerismo o antiperonismo”, por sobre la “racionalidad institucional”.

Y mientras en el PRO deshojan la margarita a la espera del acuerdo -o no- con Milei, el radicalismo avanzó con su armado propio en la Legislatura, y la reelección de Maximiliano Suescún al frente del Foro de Intendentes en un guiño al sector más crítico al gobierno libertario, que hoy encabeza Facundo Manes.

Para cubrir los efectos de la crisis como consecuencia de la inflación, la Provincia puso el ojo en el aspecto impositivo intentando conseguir recursos a través de la suba de las alícuotas para “grandes contribuyentes” del sector agrario que fueron alcanzados por la Ley Fiscal Impositiva.

En paralelo, Kicillof enfrenta la rebeldía de asociaciones de productores agropecuarios que se niegan a pagar el Inmobiliario Rural con el argumento de que las boletas de los sabuesos de ARBA están llegando con niveles de aumento superiores al tope pautado del 300%. 

En ámbito parlamentario, tanto en Senadores como en Diputados se habla de la intención política de trabajar sobre la idea de garantizar ciertos niveles de dinamismo legislativo, aprovechando que este no es año electoral.

El propósito es abrir los recintos de sesiones una vez por mes, como mínimo, dicen en los  pasillos del palacio. La vicegobernadora Verónica Magario y el titular de la Cámara de Diputados, el exalcalde montehermoseño Alejandro Dichiara, entablaron diálogo sobre esa cuestión.

La Cámara de Diputados bonaerense ya definió el reparto de las presidencias de sus comisiones, entre ellas, las tres de mayor “poder de fuego”: Asuntos Constitucionales; Presupuesto e Impuestos y Legislación General, donde pasan las principales leyes antes de llegar al recinto, que quedaron en manos de Unión por la Patria.

En cambio, la fragmentación de los bloques que componían Juntos provocó que la oposición se vea complicada a la hora de liderar los cuerpos legislativos en este período 2024.

En el Senado se prevé un esquema con idéntica característica. La continuidad de la bancada de la fuerza gobernante en el manejo de las comisiones claves (Legislación General, Presupuesto y Asuntos Constitucionales y Acuerdos -una suerte de filtro en la discusión de los pliegos con nombramientos de jueces, fiscales y demás funcionarios de la estructura judicial- tendrá el mismo criterio de selección, mientras que el resto del prorrateo doméstico será en función de la cantidad de bancas que reúna cada tribu parlamentaria.

En el reparto de autoridades de las comisiones permanentes en Diputados, la bahiense Maite Alvado fue designada presidenta de la comisión de Federaciones y Colegios Profesionales. 

Por la Sexta, además, Emiliano Balbín (UCR) se quedó con Reforma Política y del Estado, Anahí Bilbao (UCR) con Asuntos de las Personas con Discapacidad,  mientras que a Natalia Dziakowski (CC) le tocó Género y Diversidad.