Bahía Blanca | Miércoles, 08 de mayo

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La licuadora de ingresos: una realidad que parece sacada de un guion clase B

La caída del poder de compra de la gente tiene consecuencias muy negativas para la actividad y el empleo. 

Foto: archivo La Nueva.

Una licuadora mutante y asesina que persigue a un grupo de adolescentes bien podría ser el guíon de una película clase B de terror de la década del 80. Pero en realidad, describe la situación de millones de asalariados y jubilados argentinos, quienes deben soportar pérdidas de su poder de compra de hasta el 17 por ciento en apenas un mes, con preocupantes consecuencias sobre el nivel de empleo.

Es que en un país donde el 70% del PBI (la producción agregada en un momento del tiempo), viene explicado por el consumo interno, esperar que que la caída de la demanda del público corolario de la licuación salarial no tenga efectos en el producto es una fantasía.

Al igual que la licuadora mutante, que deja cuerpos desmembrados a su paso, la licuación de ingresos ya tiene consecuencias negativas sobre la producción y las ventas, un dato muy preocupante para el mercado laboral.

Así, las cifras, preliminares en su mayoría, permiten inferir importantes caídas de actividad en la industria y el comercio de la ciudad y el resto del país.

En primera instancia, el Índice de Producción Industrial de FIEL (Fundación de Estudios Económicos de Latinoamerica) estima que la industria cayó nada menos que un 6,3 por ciento generalizado, cifra que está sujeta a revisión pero que, de confirmarse, arrojaría uno de los peores desempeños desde 1994 a la fecha para el sector manufacturero.

"La producción de sectores vinculados al consumo, por ejemplo, textiles, calzado, durables de la línea blanca, gris, marrón y de pequeños electrodomésticos, se verá afectada por el deterioro de los ingresos reales y la readecuación de los gastos de las familias", advierten desde FIEL, quienes esperan una mejor performance para los sectores vinculados al mercado externo, como alimentos, los químicos y plásticos, metales comunes, elaborados de metal y vehículos.

En términos más generales, desde el BCRA, en su Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), una consulta que considera los pronósticos de las consultoras privadas, se espera por una merma del 3% del PBI (la producción agregada de un país), adelantando una coyuntura muy compleja en términos de empleos.

Para el caso local, si bien no hay datos actualizados, el presidente de la Cámara de Comercio de Bahía Blanca, Martin Garmendia, no oculta su preocupación con respecto al panorama comercial.

"Vemos que están cerrando negocios. Es un proceso que viene de afuera hacia adentro, porque primero arranca en los barrios, pero creo que no va a demorar en llegar al microcentro. Hay algunos ilusionados con respecto a una posible baja futura de impuestos que les permita alivianar la carga, pero el margen es muy escaso y pocos tienen espalda para aguantar este panorama", reflexionó.

Aseguró que la mayoría de los comerciantes nucleados en la Cámara local "prefirieron no stockearse en estos meses, porque ya sabían que no iban a vender mucho. Lo poco que se mueve es en base a promociones o tarjetas de crédito. La situación es muy alarmante", admitió Garmendia.

Encendido full

Los datos de caída de ingresos reales dan más miedo que la licuadora. De acuerdo con el Mirador de la Actualidad del Trabajo y la Economía (MATE), los ingresos de los trabajadores formales, informales y del sector público cayeron 11, 14 y 16 por ciento respectivamente y en apenas un mes.

"Milei decidió llevar a cabo la segunda devaluación más brusca de la historia del país en diciembre de 2023 y el efecto sobre la inflación fue inmediato. Se generó así una inédita pérdida de poder adquisitivo del salario que llegó a ser de 16% en sólo un mes para los trabajadores estatales (más que el recorte de 13% de Bullrich en 2001)", señalaron.

Del lado de los jubilados, los datos son peores. De acuerdo con estimaciones propias, la jubilación mínima (con y sin bonos) se desplomó un 17% en términos de poder de compra entre enero de 2024 y diciembre de 2023. Mirando más atrás, la caída de ingresos de los pasivos es monstruosa: 56% con relación a enero de 2018 sin tomar bonos como parte del haber y 34% considerando todos los refuerzos otorgados durante ese período.

Con una fórmula que arrojó un aumento del 27,18% aplicable en marzo, morigerar parte del mazazo sólo dependerá de la buena voluntad del gobierno, que debería otorgar algún refuerzo extra para este grupo de pasivos.

Como ya se adelantara, el problema de esta caída de ingresos es que afecta negativamente a la producción y al mercado laboral, uno de los pocos activos que podía exhibir el anterior gobierno, con tasas de desempleo de un dígito, pese a los enormes niveles de precariedad e informalidad reinantes, un problema estructural que ningún gobierno ha podido resolver.

Nadie sabe el fin de esta película, por ahora, de terror. Tanto, que hasta tiene una licuadora mutante y asesina como villana y protagonista.