Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

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Por qué es importante contar con un instituto de menores en Bahía Blanca

Cómo es el proyecto que anunciará a mediados de julio el ministro de Desarrollo Social bonaerense.

Juan Pablo Gorbal / jgorbal@lanueva.com  

   Menos del 5%. Ese es el porcentaje de delitos cometidos por menores en el universo de denuncias que se presentan en el Departamento Judicial Bahía Blanca. Casi inexistente.

   Sin embargo, la problemática de la delincuencia juvenil siempre retumba con impacto en la sociedad, más después de la intención del gobierno de bajar la edad de imputabilidad de 16 a 14 años, pese a la reciente recomendación, en sentido opuesto, del Comité de los Derechos del Niño de la ONU.

   Hoy son pocos los menores en conflicto con la ley -entre 16 y 17 años, porque de 15 para abajo son inimputables- que la justicia bahiense mantiene privados de la libertad: no más de 15. 

   Esa cantidad no parece justificar la creación de un centro de atención integral para menores en nuestra ciudad, tal como anunció hace algunos días el ministerio de Desarrollo Social bonaerense, aunque sí es muy importante.

   ¿Por qué? Porque hoy no existe ningún instituto de régimen cerrado o semiabierto para contenerlos -un incendio destruyó el Vergara hace casi 5 años- y deben ser trasladados a 350 kilómetros o más de nuestra ciudad. Lejos de su casa. Y de las recomendaciones legales.

   Esta situación viene generando perjuicios importantes, tanto para el menor como para el sistema que debe protegerlo y encauzarlo y para el Estado, desde el punto de vista económico.

Conviven con realidades más “densas”

   Los menores bahienses con causas más “pesadas” hoy quedan recluidos en instituciones cerradas de Azul, Mar del Plata, La Plata o La Matanza, cuestión que además de generar ruptura con su círculo cercano -a contramano de lo que recomienda la ley- los mezcla con realidades “densas” -especialmente los que van al conurbano-, que lógicamente dificultan su resocialización.

   La distancia, además, conspira contra el tiempo y la forma de los procesos judiciales, desde el momento que la justicia pasa a depender de los plazos del Ejecutivo para el traslado de los jóvenes, a cargo de Desarrollo Social. 

   En cada audiencia -no menos de 4 o 5 por causa-, los menores tienen que estar sí o sí presentes. Y cada uno de esos viajes demanda un gasto importante de combustible -muchas veces para recorrer más de mil kilómetros-, personal de traslado y otros viáticos.

   Por otra parte, los jueces de Garantía del Joven tienen que viajar desde Bahía, de manera regular, para visitarlos en sus lugares de alojamiento, porque el monitoreo está contemplado en la ley 13.634, que tiene como fin promover que el menor se reintegre y asuma una función constructiva en la sociedad. Otro gasto de tiempo y dinero.

   Los contratiempos se agravaron desde la salida de servicio del Instituto Valentín Vergara. La madrugada del 31 de octubre de 2013, un grupo de internos se enfrentó con el personal civil de la entidad y, en medio de un amotinamiento, quemó colchones y ropa. El fuego se propagó a toda la histórica casona de Almafuerte y Holdich y la destruyó.

   El edificio quedó inutilizable, salvo un sector menor, que se reconvirtió en Centro de Recepción. Son 3 habitaciones que funcionan como calabozos, con capacidad para 6, que sirven solo para la detención transitoria de los menores en los primeros 5 días posteriores al delito del que se los acusa, antes del eventual dictado de la prisión preventiva.

Cuál es la idea del nuevo centro

   El intendente Héctor Gay anunció hace algunos días que está confirmada la construcción de un centro para menores en Bahía. Y dijo que el ministro Santiago López Medrano vendrá a mediados del mes que viene para dar detalles.

   La Nueva. se adelantó y conoció algunos. Pudo confirmar que el lugar elegido es el anunciado: un terreno ubicado en Fragata Sarmiento y Los Tamariscos, en la zona de Espora, cercano a un cementerio privado. 

     Se trata, por un lado, de un Centro de Admisión y Derivación y, por otro, de un Centro de Contención, confirmaron fuentes del ministerio platense.

   “Es una idea superadora a la del Vergara, será un instituto multifunción, donde se integrarán la admisión, la recepción y la contención de los menores”, comentó, a su vez, una fuente judicial.

   Es decir que habrá lugar para todas las instancias del proceso y se contará con el trabajo de un equipo interdisciplinario -integrado por médicos, psicólogos y asistentes sociales-, espacio para talleres y actividades recreativas.

   El ministro López Medrano avanzó en la iniciativa luego de reunirse hace algunos meses con los jueces locales del fuero, quienes le expresaron su preocupación ante este panorama, de la misma manera que lo había planteado La Nueva. en un informe publicado a fines de agosto del año pasado.

   “Es una obra enteramente de Provincia, en su momento se decidió que donde está el Vergara no se podía construir. Ahora Provincia tiene los fondos, nos pidió las tierras y se las dimos”, confirmó el intendente.

   Gay ratificó que “fueron los jueces de menores los que le pidieron que haga un centro de contención para los menores con problemas ante la ley, donde puedan funcionar talleres, una panadería como en su momento y demás”.

   Antes de presentar la idea públicamente, López Medrano volverá a reunirse con los jueces para mostrarles el proyecto.

   “La idea es licitarlo rápidamente”, agregó el intendente.

   Un operador judicial destacó la importancia de esta obra: “Bahía con su región tiene un departamento judicial grande, que arranca en Gonzales Chaves y termina en Patagones. Y los más cercanos hoy son los centros de Azul y Mar del Plata. Si la idea es revincular al chico con su núcleo, claramente que no es conveniente mandarlo afuera”.

“No responde a un criterio de lógica”

   El año pasado ya había reconocido la necesidad de que nuestra ciudad contara nuevamente con un centro de contención para menores el subsecretario de Responsabilidad Penal Juvenil, Felipe Granillo Fernández.

   “Bahía Blanca es un departamento judicial que tiene un índice de conflictividad importante dentro de la provincia y, desde mi punto de vista, necesita un centro, no sé si cerrado, pero por lo menos de Contención”, dijo.

   Cree el funcionario que la distribución territorial de los institutos no fue pensada “con un criterio de lógica”.

   “Hay muchas zonas donde va quedando un territorio muy amplio sin centros. La situación de Bahía, por ejemplo, se replica en la zona norte de la provincia”, amplió.

   Granillo Fernández, como todos los funcionarios del área, está convencido de que la mejor salida no es el encierro, sino que debe ser la última instancia para un menor de edad. “Más allá de que Bahía tenga la necesidad de un centro, hay que trabajar en medidas alternativas, que es lo más importante para reforzar”.

   Fue el propio subsecretario quien confirmó, a partir de informes que recibió del área de Arquitectura bonaerense, que el del Vergara “es un edificio irrecuperable”.

 

En el último caso de menores, las “fallas” fueron de los adultos 
 

   No existen menores de edad involucrados en los últimos hechos delictivos resonantes en nuestra ciudad. Solo en uno de ellos hubo detenidos, aunque finalmente quedaron en libertad, pese a que estuvieron a punto de ser ajusticiados por una sociedad que reaccionó por las redes sociales, posiblemente direccionada por algún o algunos policías que hicieron mal las cosas.

   Se trata del homicidio en ocasión de robo de Agustina Bustos, consumado a principios de abril en el barrio Rucci. 

   En principio fueron detenidos 3 menores de 14, 15 y 17 años. La policía dijo tener pruebas para vincularlos con el crimen y desde la comisaría de Villa Rosas se habrían filtrado las fotos de los acusados, situación grave si se tiene en cuenta que se debe preservar la identidad de los menores en conflicto con la ley y esto, claramente, lo saben los hombres de la seguridad.

   Como reguero de pólvora, las imágenes corrieron por internet y un grupo de enfurecidos vecinos destrozó al menos dos viviendas y buscó hacer justicia por mano propia, con el agravante que uno de los inmuebles fue atacado por error.

   Algunos días después, a partir de la aparición de testigos, la investigación tomó otro curso y derivó en la detención de Matías Moreno, mayor de edad, quien hoy está con prisión preventiva.

   Las primeras sospechas apuntaron a que se quiso arrestar a los menores -aquella noche estaban cerca del lugar del hecho- para atemperar el ánimo social como con cada caso de estas características.

   Hoy, a dos meses del caso, se instruyen sumarios administrativos y penal pero hasta el momento no hay ningún policía separado de su cargo.