Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

Con la Jam Histórica, Bahía Blanca consolida su pasión por el jazz

Son encuentros de músicos para tocar standards del género y otros estilos afines sin ensayo previo. Se realizan todos los miércoles. Cualquiera se puede sumar, con instrumento o para disfrutar desde la butaca.

Fotos: Emmanuel Briane - La Nueva.

Maximiliano Allica / mallica@lanueva.com

   No es casualidad. Bahía Blanca es una ciudad jazzera, con grandes músicos del género y reconocimiento nacional. Hay una historia que respalda este sólido presente, cimentada en los pasos que dieron artistas muy valiosos, por ejemplo, en aquel bar Jazz Entre Amigos de los años 90, en la primera cuadra de Vicente López.

   El relato podría comenzar más atrás, pero mejor enfocar el presente. Todos los miércoles, a partir de las 21, en Forum (Corrientes 123), con entrada a 50 pesos, los bahienses tenemos la Jam Histórica, una excelente invitación al mundo de la improvisación, el virtuosismo y el calor de la música popular.

   De 21 a 21.30 hay videos de jazz en alta definición, de 21.30 a 22 toca un grupo anfitrión y de 22 a 24 tiene lugar la jam session propiamente dicha.

   El contrabajista Franco Grimoldi es uno de los impulsores.

   --Empecemos con una pregunta elemental. ¿Qué es una jam?

   --En pocas palabras es el equivalente jazzero a la peña folclórica. Es una reunión de músicos en la que el objetivo es juntarse a tocar y compartir con colegas con los que habitualmente no se toca, una oportunidad de conocer gente y música, con la excusa de tocar unos temas de jazz. También es una gran puerta de entrada para músicos que recién se inician en la actividad o son recién llegados a la ciudad.

   En el caso de la "jam session" jazzera suele haber una banda anfitriona que se encarga de abrir la noche tocando unos temas y luego queda el escenario libre para que participe quien quiera. Los temas a tocar se deciden entre los músicos en el escenario mismo, con un poco de suerte se elige música que todos saben. Por lo general el repertorio es el de "standards de jazz", el cancionero popular. Para finalizar la jam, la banda anfitriona vuelve al escenario a tocar uno o dos temas más.

   --¿Desde cuándo se hacen y dónde?

   --En Bahía "siempre" hubo jams. Muchas aisladas o sin continuidad, algunas otras vinculadas a espacios como algún que otro club de jazz que supo haber en el centro, décadas antes de que los músicos que hoy pueblan la Jam Histórica empezaran a tocar música.

   La Jam Histórica nació en 2012 como iniciativa de Matías Morelli y mía, momento en el que sentimos una fuerte necesidad de tocar en vivo todas las semanas y la cristalizamos inaugurando una jam quincenal en el Café Histórico, espacio que nos dio el nombre para el ciclo. 

   La banda anfitriona estaba integrada por Diego Casoni en clarinete, Leandro García en piano, Matías Morelli en vibráfono, Fernando Tomassini en batería y yo en bajo. Después de unas 20 presentaciones, incluyendo un par en el Teatro Municipal, cerramos el ciclo y quedó en stand-by hasta que fue resucitado en 2016.

   --¿Qué pasó entonces?

   --A comienzos de 2016 retomamos la idea junto al guitarrista Guillermo Pohle y comenzó una nueva etapa de jams, semanales y con sede en el bar Tijuana del Parque de Mayo. Fueron 32 ese año. Continuamos en 2017 con 39 episodios más, cerrando el año con una mudanza a Sucrerie Café.

   En 2018 iniciamos una nueva etapa en Förum Multiespacio, lugar increíble para hacer música en vivo. La banda anfitriona actual está formada por Lucas Campo en saxo tenor, Guillermo Pohle en guitarra, Pablo Ricci en piano, Fernando Tomassini en batería y yo en bajo. 

   Este año inauguramos las "jams temáticas" en las que desde nuestra banda JH5 (Jam Histórica 5) proponemos temas alrededor de estilos o compositores específicos, haciendo arreglos, transcripciones y hasta composiciones originales para cada jam semanal.

   --¿Qué otros músicos participan?

   --Por suerte podemos decir que está participando "todo el mundo". Desde figuras históricas del jazz bahiense como Daniel López, Néstor Rayes y Raúl Soto a músicos de la escena jazzera actual bahiense, alumnos del Conservatorio, músicos que nos visitan desde otros géneros o estilos, hasta bandas o solistas de otras partes del país. 

   Nos han visitado bandas de Mar del Plata como "Proyecto Reutemann" o "Leandro Camús Trío", gente de Viedma como "Mothu" y solistas como Leandro García, Juan Torres Fernández... hasta ha participado el Chino Piazza, de Octafonic. 

El lema que intentamos sostener cada miércoles es "si nos organizamos tocamos todos", con la idea de promover la plularidad y el intercambio.

   --¿Qué lugar creés que está ocupando el jazz de Bahía Blanca en el escenario nacional?

   --Hay un tema y es que se está volviendo dificilísimo sacar nuestra música, nuestros grupos de la ciudad. Y lamentablemente no se trata de un problema local sino que está afectando a colegas de todo el país. Para hacer todavía más complicadas las cosas el jazz no es una expresión popular masiva, es difícil garantizar un piso de entradas cortadas, sobre todo jugando de visitante.

   Por suerte, más allá de todas las contras, en los últimos años hubo proyectos bahienses sonando en festivales de jazz en Buenos Aires, Mar del Plata, Santa Rosa, San Martín de Los Andes, entre otros; también han sido convocados desde escenarios como la Usina de Arte y han logrado un espacio en grandes clubes de jazz porteños tales como Thelonious, Boris o Virasoro. 

   De alguna manera, con mucho esfuerzo y gran generosidad de parte de músicos que nos reciben de invitados, nuestras bandas y nuestros discos se las están ingeniando para cruzar el camino de circunvalación.

   --¿A qué atribuyen el crecimiento del jazz en nuestra ciudad en los últimos años?

   --Esta respuesta es fácil: si se puede hablar de crecimiento del jazz en Bahía con seguridad va a ser consecuencia del trabajo sin descanso de una cantidad importante de músicos. Hay colegas componiendo, grabando discos, sosteniendo ciclos de conciertos, inaugurando espacios, convocando solistas y bandas de afuera, dando clases, organizando clínicas.

   Y, sobre todo, somos muchos los que nos estamos encargando de que haya jazz en vivo sonando prácticamente todas las semanas del año. Como dice un buen amigo: "estamos regando la plantita".

   --¿Cómo se hace para sostener una movida así todas las semanas?

   --Se labura un montón, no queda otra. Todos los viernes comienza la difusión de la jam del miércoles siguiente. Constantemente estamos explorando música y temáticas para plantear en cada evento una propuesta distinta, recopilando viejas partituras, escribiendo arreglos nuevos, últimamente también componiendo. Al mismo tiempo estamos en contacto con músicos de todo el país fomentando las visitas, que muchas veces incluyen clases grupales o eventos satélites.

   La parte que yo considero esencial para la supervivencia y crecimiento de esta jam es la creciente población de músicos participantes. Cada semana nos encontramos con caras nuevas, también nos reencontramos con otras que no veíamos hace tiempo. Esto definitivamente es el motor que nos sigue empujando, es lo que hace que cada vez haya más público, mejores jams, mejor música, más disfrute.