Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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Es hora de un calendario previsible

La Superliga, que entrará en vigencia desde el 20 de agosto próximo, cuando comience oficialmente la temporada 2017-2018, buscará revalorizar deportiva y económicamente al cuestionado fútbol argentino.

A partir de los millonarios contratos por los derechos de televisión y del accionar de otros directivos que prometen una seriedad organizativa, el primer paso será elaborar un calendario previsible hasta diciembre al mejor estilo europeo, como sucede en España, Italia e Inglaterra.

Las fechas y horarios serán inamovibles, salvo alguna modificación que surja por “causas de fuerza mayor”, como la participación paralela de uno o más equipos en competiciones de nivel internacional.

En ese esquema avanzaron la semana anterior los representantes de la Superliga, la AFA, organismos de seguridad y de las cadenas Fox y Turner durante un encuentro que se efectuó en el edificio de la calle Viamonte. Allí quedó definido que el fútbol será prioridad y en caso de organizarse recitales que coincidan con la programación de los partidos, esos espectáculos musicales deberán modificar su día o sede.

Además, se determinó que los 14 cotejos de la máxima categoría se desarrollarán en cuatro días sucesivos. El módulo será 2-5-5-2 entre viernes, sábado, domingo y lunes, respectivamente.

Por otra parte, el costo mensual del abono, a través del operador de cable, sería fijado en 300 pesos y bonficado hasta después de las elecciones legislativas de octubre próximo.

La primera etapa del campeonato irá desde 20 de agosto al 10 de diciembre, cuando arrancará el receso. La reanudación está prevista para el 28 de enero de 2018 y el torneo terminará el 6 de mayo, para cumplir con los plazos estipulados oportunamente por la FIFA ante la realización del Mundial de Rusia. Entre septiembre y octubre se definirá el calendario para el segundo segmento del certamen.

En la reunión conjunta, los clubes dejaron entrever la posibilidad de suprimir la fecha extra de los clásicos, una situación que generó inquietud en las dos poderosas firmas norteamericanas.

Rápidamente Fox y Turner enviaron una carta a la AFA expresando su preocupación por la iniciativa. Consideran que se trata de una jornada “emblemática y representativa” para los simpatizantes del fútbol argentino y expresaron su temor ante la eventualidad de que sea eliminada del fixture.

En montos globales, se trata de un negocio de 2.000 millones de dólares. Los esperados enfrentamientos entre los rivales de toda la vida significan una valiosa herramienta de marketing para posicionar al torneo local en otros mercados y también son los que más dinero mueven alrededor de la pelota.

Mientras la postura está en debate, al menos en otros detalles estructurales que para nada son menores, la Superliga ha expresado su voluntad de imponer cambios. Esos tan necesarios y reclamados desde hace bastante tiempo...