Bahía Blanca | Miércoles, 08 de mayo

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Marihuana: secuestran cada vez más plantas y muta el negocio

Hasta el 8 de octubre de este año ya se habían secuestrado 110% más de semillas y 55% más de plantas que en todo 2016.
Fotos: Rodrigo García y Archivo LN.

Por Redacción La Nueva.

– ¡Hola!, ¿a cuánto tenés el frasco?

- El de café grande, a 3.000 pesos y el de mermelada, a 1.500...

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   No es una charla de supermercado. Se trata de una intervención telefónica judicial realizada en 2015, en el marco de una causa por narcomenudeo.

   El contenido del frasco no era café ni mermelada, sino cogollos de la planta de marihuana.

   La comercialización de drogas, como todo negocio, va encontrando nuevas formas. La típica “transa” de aquel que llegaba a un domicilio, pagaba por la mercadería y se llevaba “porros” está perdiendo terreno. Cada vez hay más involucrados en la venta de plantas y de semillas. Se nota con los secuestros.

   Hasta el 8 de octubre de este año ya se habían secuestrado 110% más de semillas y 55% más de plantas que en todo 2016. Y mucho más que en 2015.

   “La realidad cambió y en las intervenciones telefónicas podemos escuchar, claramente, cómo se comercializan directamente las plantas. Hemos tenido conversaciones hasta por ventas de la flor”, reconoce Jorge Viego, fiscal provincial, especializado en estupefacientes desde 2009.

   Con el viento de cola que significó para algunos la aprobación de la ley de uso medicinal y terapéutico del cannabis y sus derivados -que no habilita el consumo-, existe mucha gente que se dio cuenta de que la geografía provincial es propicia para el crecimiento de la planta. Algunos buscan el autocultivo, a fin de cubrir sus necesidades. Otros tratan de lucrar.

   Hay quienes también prueban con las semillas procedentes del exterior. Sucedió el mes pasado, cuando la Aduana descubrió una encomienda que debía contener soportes informáticos pero contenía semillas de marihuana de España, donde, según los entendidos, están los mejores bancos, al igual que en Holanda. Esa situación también abrió los ojos de los investigadores, que ajustaron los controles.

   “Hay un problema de tipificación. Es difícil poner un límite a la gente”, admite Viego.

   ¿Cuáles son los parámetros para secuestrar las plantas? Si desde el exterior de una propiedad se ven, dejan de estar en un ámbito privado. También se investiga si el lugar trasciende a terceros o solo es de injerencia de los dueños. En estos últimos casos, que la policía vigile los movimientos habilita a pedir o no un allanamiento.

   “También hemos notado que cuando se hacen allanamientos por otros motivos, por ejemplo buscando cosas robadas, se encuentran con las plantas de marihuana. En ese caso, por más que estén en un ámbito privado, se las secuestra”, explica.

   ¿De qué manera se calcula el componente psicoactivo (THC)? Cada vez que se secuestran plantas, se desarman y se pesan por separado las hojas, los cogollos -si es que están florecidos- y las ramas. El cogollo tiene entre 10 y 13 de concentración de THC; las hojas, de 1 a 3 y las ramas, de 0,1 a 0,3.

   “Se separa, se centrifuga y se determina el grado de pureza para obtener las dosis umbrales. Esa cantidad permite saber si es para consumo o para trascender a terceros”, afirma el fiscal.

De la adicción a la venta, un paso

   Las nuevas formas del negocio de la droga y la necesidad de no perseguir penalmente a quien sufre una adicción llevaron a la fiscalía a variar la modalidad de investigar, con procesos más largos. Hasta hace algunos años, se multiplicaban los allanamientos, con resultados negativos o de muy relativa eficacia. Solo servían para la estadística.

   "Hay chicos que terminan siendo criminalizados de manera innecesaria, ingresan en el mundo marginal y, si salen, lo hacen resentidos contra el sistema y buscan un refugio en la adicción. El tema es realmente muy complejo", opina Viego.

   "Si tomamos una política criminal, en la que, con pocos movimientos, vamos y allanamos, conformo a la opinión pública pero no traigo nada que me permita hacer una imputación. Esa persona termina absuelta o debemos admitir una calificación menor y excarcelable. Con eso se retroalimenta el sistema y se cree que nadie hace nada contra el flagelo", agrega.

   Como brazo auxiliar de la fiscalía en esta mecánica -se persiguen los delitos de comercialización de estupefacientes y tenencia de drogas con fines de comercialización-, trabaja la dirección de Drogas Peligrosas. "La policía de Narcotráfico está conformada por una generación nueva, más comprometida con la lucha", admite.

   Como estudioso y memorioso de las más de 600 causas anuales que acumula, Viego advierte algunos detalles que marcan tendencias en materia de narcomenudeo: casi siempre es un consumidor el que salta el cerco y da el primer paso como vendedor de menor escala o dealer barrial.

   "Como necesita la droga, y le cuesta pagarla, se entusiasma, porque ve al de la esquina que hace plata con el 'negocio'. De esa manera se paga el vicio y arranca. A muchos que veía como consumidores, hoy los veo como vendedores", ratifica.

 La ley: límites del consumo personal

   De la misma forma que el delito se fue transformando con el correr de los años, los investigadores también debieron actualizarse, por ejemplo en cuánto se debe fijar el techo para considerar que una cantidad de droga es para consumo personal o no.

   La Corte Suprema de Justicia de la Nación, en una resolución dictada el 25 de agosto de 2009, y que se conoce popularmente como el “Fallo Arriola”, declaró la inconstitucionalidad del artículo 14 (segundo párrafo) de la ley Nº 23.737, que determina el castigo a quien tuviere drogas para uso inequívocamente personal.

   El caso marcó una bisagra para la jurisprudencia y, de alguna manera, cambió los parámetros.

   "En cierta forma no comparto la manera en que se reformó la ley 23.737 (Ley de Estupefacientes) dividiendo la lucha contra el flagelo entre la justicia federal y provincial. A mi entender debieran, al menos los delitos de tenencia y comercialización de estupefacientes, haber quedado en una sola órbita, y sumar todos los medios con los que se cuente en tratar de combatir dicha comercialización a mayor escala, ya que eliminando ésta, forzosamente desaparecerá el vendedor al menudeo", según Viego.

Un 50% aumentó la cantidad de causas por drogas en la fiscalía provincial en los últimos 8 años. En 2009 había un promedio de entre 450 y 500 causas. Hoy superan las 700.

   Hasta ese fallo, los fiscales entendían que la posesión de más de 3 gramos de cocaína y 10 de marihuana dejaban de ser para consumo personal y se transformaban en tenencia simple, que prevé una pena mayor.

   “Por eso planteamos que teníamos que saber cuál era la unidad de medida. En la calle está instalado que la marihuana se vende en el denominado '25' (por el gramaje); entonces, cómo voy a decir que con más de 10 gramos no los tienen para consumo. Hay que aggionarse a la realidad, por eso determinamos que hasta 40 gramos marihuana es consumo personal”, explica.

   En el caso de la cocaína, para 2009 los vendedores la fraccionaban a través de ravioles, aunque esa presentación facilitaba el “estiramiento”, con cualquier cosa.

   Con la mala calidad cayó la demanda y el polvo blanco empezó a aparecer en forma de tiza, que pude sufrir una alteración, aunque menor.

   “La tiza es de 10 gramos, entonces fuimos tomando esa medida como límite para la posesión personal”, señala Viego.

   De todas maneras, advierte que ante cada caso en particular se deben analizar las circunstancias y posteriormente tomar una decisión.

   “Está claro que hay que contemplar otras cosas. No es lo mismo que esos 40 gramos de marihuana los tengas en dos o tres trozos que en 20 bochitas de 2 gramos, donde hay un fraccionamiento. No hay que criminalizar injustamente y por eso se analiza cada situación”, cita, a modo de ejemplo.

   De todas maneras, los fiscales especializados en drogas consideran necesario que el legislador fije los parámetros de manera más precisa y, de esa forma, terminar con las interpretaciones”.

 Educar para no naturalizar

   Televisión, cine e Internet acercan a muchas personas información sobre el flagelo de las drogas y en algunos casos se las exhibe de manera equivocada, como algo divertido, pasatista o que no provoca daño.

   Viego, en ese sentido, considera que no es acertado censurar o prohibir la divulgación, sino que lo primordial es trabajar sobre la educación como una forma de prevenir.

   “La gente tiene que conocer la realidad del mundo, la ley es la que tiene que regular ciertas cosas y la educación debe primar sobre todo. El primer gran pilar para la prevención de cualquier cosa es la educación, en tu casa y en la escuela”, amplía.

   “Vos podés brindarle una gran educación a tu hijo y hablarle, pero se juntó con alguien que no le hace bien y lo termina afectando. Si la droga no fuera adictiva, todos diríamos que no, porque sabemos que está mal, pero crea esa situación, que es muy difícil de revertir”.

   El fiscal también reclama que la justicia trabaje para que aquellos jóvenes sometidos a la adicción tengan posibilidades de recuperarse.

   “Tiene que haber mucho acompañamiento de la ley para dirimir ciertas circunstancias, porque a veces chicos mal informados terminan siendo criminalizados por esto. No debemos meterlos en un mundo marginal que, al salir, los hace totalmente resentidos del sistema y, a veces, el consuelo de eso se termina buscando en la adicción. Realmente es muy complejo todo y un debate muy grande”, reflexiona.

“Luchamos contra un negocio estructurado”

   Para el ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Cristian Ritondo, el combate al narcotráfico es uno de los pilares de su gestión.

   “Es una lucha que es muy larga, muy fuerte, y estamos luchando contra un negocio estructurado por mucho tiempo”, asegura el funcionario bonaerense.

   Sostiene que en el primer semestre del año, los procedimientos por comercialización de estupefacientes aumentaron más de un 32 % con respecto al mismo período de 2015. Y se llevaron adelante un 31 % más de allanamientos antidrogas.

   A nivel provincial, en lo que va del año, se secuestraron más de 10 toneladas de marihuana.

   “Lo mejor que está pasando en esta lucha es poder trabajar en conjunto con las fuerzas federales, las de la provincia y las de la ciudad de Buenos Aires”, considera Ritondo.

   Dentro de una estadística difundida sobre los operativos llevados adelante en el territorio bonaerense, fuentes oficiales informaron que la incautación de plantas de marihuana también creció -en este caso un 70%- respecto de 2015.

Muchas más causas

   El avance en la lucha contra el narcomenudeo es progresivo y contrasta con la falta de recursos con que cuenta la única fiscalía que, en el ámbito provincial, debe abordar la problemática.

   Durante 2016 se incrementó en más del 60% el número de causas puestas en marcha por el ente especializado, si se lo compara con el año anterior. Ese dato lo ratifican las estadísticas que publicó la Procuración de la Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires.

   A lo largo de 2015, según el relevamiento, se iniciaron en el Departamento Judicial Bahía Blanca un total de 435 investigaciones penales preparatorias relacionadas con droga a baja escala, mientras que el año pasado esa cantidad trepó a 709.

   Esta última cifra representa el 1,61% en el universo de las 43.050 investigaciones iniciadas el año pasado en todo el territorio bonaerense.

   De las más de 700 causas llevadas adelante por la fiscalía local, el 50,29% tienen relación con el delito de comercialización de estupefacientes.

   Esta situación tiene importancia, debido a que se produjo un incremento de casi el 20% en la persecución de individuos dedicados a la venta de droga.

   Hasta los primeros días de octubre pasado, según datos de la UFIJ Nº 19, se habían iniciado 575 causas por narcotráfico, los que permite proyectar que la cifra final de 2017 sería similar o superior a la de 2016.

   La única fiscalía provincial que actúa en la materia cuenta con un plantel de apenas 5 personas: un fiscal (Jorge Viego), un ayudante fiscal, un instructor judicial y dos empleados administrativos.