Bahía Blanca | Viernes, 17 de mayo

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River le hizo vivir un mal trago a Quilmes

En pocos minutos River, con sus individualidades, borró de la cancha al entusiasta Quilmes, al que venció por 3-1 como visitante en un encuentro interrumpido a los 22 minutos del segundo período a causa de la intemperancia del público local. El partido fue suspendido porque un sector exaltado de la gente "cervecera", que primero intentó cortar el juego trepándose a los alambrados, comenzó a agredir --tejido mediante-- a los agentes de la Guardia de Infantería que estaban ubicados dentro del campo.
River le hizo vivir un mal trago a Quilmes . La ciudad. La Nueva. Bahía Blanca


 En pocos minutos River, con sus individualidades, borró de la cancha al entusiasta Quilmes, al que venció por 3-1 como visitante en un encuentro interrumpido a los 22 minutos del segundo período a causa de la intemperancia del público local.


 El partido fue suspendido porque un sector exaltado de la gente "cervecera", que primero intentó cortar el juego trepándose a los alambrados, comenzó a agredir --tejido mediante-- a los agentes de la Guardia de Infantería que estaban ubicados dentro del campo.


 Al comienzo el partido fue un concierto de imprecisiones compartidas por uno y otro equipo pero cuando Quilmes jugó al anticipo lo metió a River en un brete.


 La jugada del gol consistió en una presión profunda del local sobre la última línea de River y tras una serie de anticipos, se fue José Chatruc picando al fondo del área para ir a buscar un rebote, pero Federico Domínguez se tiró a sus pies y lo barrió, entonces Carrario definió de penal a los 10 minutos con un disparo potente, de rastrón y a la derecha del arquero.


 Parecía que Quilmes llegaba al 2-0 en cualquier momento porque a River todavía le costaba tomar las riendas del partido pero a los 20 minutos, la habilidad de Daniel Montenegro generó un pique largo por derecha que derivó en centro pasado cabeceado por Marcelo Gallardo para empatar el partido.


 River se despertó definitivamente otra vez a causa de sus figuras, River desniveló a los 29 minutos, con un soberbio disparo de media distancia de Gallardo, por elevación que cayó a un costado del arquero Rubén Ramírez, producto de un roce en el camino en el defensor Sebastián Pena.


 Minutos después, todo había cambiado en el partido y cada avance de River era medio gol, como cuando Montenegro tocó corto para la proyección profunda de Gerlo por derecha, quien cruzó un disparo que entró junto al palo derecho de Ramírez.


 El segundo tiempo fue realmente un complemento de toda la acción que se había podido disfrutar en el primero, con Quilmes y su impotencia por revertir la situación en plano central.


 Su público más belicoso no entendió ni soportó la derrota y eligió el camino más fácil y erróneo de adelantar el final del juego, provocando incidentes de todo tipo.


 El árbitro Gabriel Favale dispuso la suspensión del juego cuando vio la calidad de los proyectiles que caían al campo y entonces no esperó los minutos que le pedía la autoridad policial. (NA).