Bahía Blanca | Lunes, 06 de mayo

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“Lloró más por los dos chiquitos muertos que por sus heridas”

Lo dijo la hermana del sargento Cristian Albarrán, cuyo cuadro de salud es muy delicado. El efectivo rescató al niño 9 años del incendio que afectó a la vivienda de Pellegrini 1346, donde sus dos hermanitos perdieron la vida.

Cristian Albarrán siempre le dijo a su familia que quería ser policía. Y lo cumplió. Hace seis años que ingresó a la fuerza, alcanzó el rango de sargento y disfruta ayudando al prójimo.

Su turno había comenzado a las 20 del sábado y terminaba a las 8 del domingo, pero dos horas antes el operador del servicio de emergencias 911 le pidió que se trasladara de urgencia a la vivienda de la calle Pellegrini 1346, donde se estaba desatando un incendio importante.

El efectivo policial, de 33 años de edad, arribó al domicilio, mantuvo un breve dialogo con un vecino y no dudó en ingresar a la casa para rescatar a los tres niños que se encontraban adentro, pese a la magnitud del fuego.

Treinta minutos después el uniformado salió con un niño de 9 años en sus brazos, pero los otros dos pequeños quedaron atrapados en el baño. Él fue derivado de inmediato al Hospital Regional Español con severas quemaduras en su cuerpo, mientras su esposa Yesica y su hijo de veintidós meses lo esperaban en su hogar.

Camino al centro asistencial, Albarrán le comentó a sus familiares que venía de afrontar el hecho más traumático de su vida. Fue quien constató la muerte de los hermanitos Lautaro Nahuel (4) y Milagros Ludmila Hernández (7).

“Siempre fue un sol para nosotros, es el menor de la familia”, sostuvo Susana Albarrán, quien no se separa de su hermano en la sala de cuidados intensivos del citado nosocomio.

El hermano menor

“Cristian es un héroe, siempre nos dijo que le encantaba trabajar por el prójimo. Ahora está muy delicado porque tiene quemaduras en todo el cuerpo por salvarle la vida al chiquito de nueve años porque entró a la casa sin pensar; fue una cuestión de instinto”, agregó la mujer en diálogo con La Nueva.

Comentó que “está entubado, en coma inducido y con pronóstico reservado. Los médicos le hicieron dos o tres cirugías porque las quemaduras que sufrió son de carácter grave” y afirmó que “estoy segura de que no va a bajar los brazos”.

Sobre el accionar de su hermano en la emergencia, la mujer dijo que “me contó que se metió en un pasillo largo, se sacó la vestimenta policial y entró sin pensar a la casa porque sabía que habían chicos en peligro. Arriesgó su vida porque siente esta profesión como nadie”.

“Rescató a uno de los chiquitos y después se dio cuenta de que los otros dos estaban muertos”, acotó Susana, quien no pasó por alto la crisis de nervios que sufrió el efectivo ante la situación.

“Hay una frase que me conmovió y me quebró. Cuando lo trasladaban al hospital me dijo que lloró más por los chiquitos que por sus propias heridas. Él tiene un hijo de veintidós meses y estaba enchufado porque el 26 de febrero le iba a organizar una linda fiesta”, confesó la entrevistada.

El efectivo Cristian Albarrán es el menor de cuatro hermanos, dos mujeres y el restante (Carlos) también es policía. Junto a su madre esperan un milagro.

Mientras tanto, una fuente médica del Hospital Español informó ayer que “la situación es más severa de lo imaginado porque el paciente presenta quemaduras en las vías respiratorias. Es muy factible que el muchacho sea trasladado en las próximas horas a un instituto especial, pero antes tendrá que tener los controles necesarios”.