Superó obstáculos y llegó a las olimpíadas nacionales de historia
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Agencia Monte Hermoso
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Fue en la hora de Italiano. Ese día tenían prueba. La hoja se le puso en blanco de golpe. Se refregó los ojos y apuntó al pizarrón. Blanco, todo blanco. Acababa de perder la visión casi en su totalidad. Dejó la Escuela Media Nº 1 de Monte Hermoso y tiempo después se fue del balneario.
María de los Ángeles Lloret aún recuerda ese traumático momento que llegó de forma repentina y la obligó a tomar una decisión: centrarse en sus nuevos límites o intentar trascenderlos.
Nació en Coronel Dorrego y desde los 6 hasta los 19 años vivió en el balneario. Perder la vista la llevó a adquirir otras herramientas para poder desenvolverse con autonomía en la vida cotidiana.
En 2015 regresó a Monte Hermoso y se anotó -por incentivo de su amiga de la infancia y docente, Paola Caminoa- en el CENS Nº 451 para culminar sus estudios secundarios.
“La experiencia fue maravillosa. Cuando me senté a hablar con la directora Laura Bonzini, lejos de asustarse por mi condición o de negarse simplemente me preguntó cómo íbamos a hacer”, contó.
“Los profesores siempre buscan la manera de describirme lo que están haciendo y de llegar a mí con sus explicaciones y hasta me envían audios”, contó.
En este contexto, una día llegó la invitación abierta a todos los alumnos de participar en las Olimpíadas de Historia organizadas por la Universidad del Litoral, y se prendió. Estudió, rindió pruebas y obtuvo una destacada actuación.
“Me gustan mucho los desafíos. Es algo personal”, comentó María de los Ángeles.
Su esfuerzo, capacidad y entusiasmo la llevaron a ser una de tan solo tres representantes bonaerenses que viajarán a Santa Fe para medir sus conocimientos en los próximos 8, 9 y 10 de noviembre.
En su categoría, solo cuatro personas obtuvieron este mérito en todo el país de los 800 anotados y solo 70, en total, clasificaron.
Su historia
A los 17 años comenzó a sufrir profundos dolores de cabeza que ni los oftalmólogos ni los endocrinólogos podían explicar. Finalmente un neurólogo dio con el diagnóstico: hidrocefalia.
“Eso cortó la irrigación al nervio óptico y me produjo una disminución visual de un 80%”, contó.
María de los Ángeles tiene dos hijos, Florencia y Fernando, y dos nietos. Actualmente está en pareja. Sus padres, hermanas y hermanos se pusieron muy contentos al conocer su logro.
El mar, una presencia
Para manejarse sola en el balneario desarrolló una técnica: empezó a caminar sola por la rambla en un intento de grabar en su mente el sonido del mar y, a partir de esa base, poder identificar otros sonidos diarios como el de los autos.
El año pasado invitó a cuatro personas a participar en una corre-caminata solidaria organizada por el Consejo Municipal para las Personas con Discapacidad que preside el intendente Marcos Fernández. Había que transitar durante 100 metros con los ojos vendados.
“Les pedí que no hablaran, que solo escucharan. Entonces se dieron cuenta de que el sonido del mar estaba ahí y era constante”, dijo.