Bahía Blanca | Miércoles, 08 de mayo

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El crecimiento económico, junto a una mejor calidad de vida

Desde la comuna saavedrense se trabaja para desarrollar políticas que optimicen el uso de los recursos para los productores agropecuarios. También hay un fuerte apoyo a la creación de emprendimientos.
Los programas apuntan a la recuperación de cabezas de ganado y la implantación de pasturas y verdeos.

La actual gestión de gobierno en Saavedra, que lleva más de cuatro años de avance, se ha propuesto desde sus inicios concebir el desarrollo con una lógica multidisciplinaria, que aborde las temáticas locales nutriéndose de diferentes perspectivas y paradigmas. Así, se ha logrado un trabajo integrado entre las áreas municipales que tienda a lograr que el crecimiento económico de los diferentes sectores venga siempre acompañado de la inclusión de los habitantes del distrito.

Teniendo en cuenta el perfil agrícola-ganadero de la economía regional, nos hemos propuesto entonces desarrollar políticas que apunten a optimizar el uso de recursos para los productores agropecuarios, haciendo hincapié en la ganadería, por tratarse de una actividad con perspectivas de crecimiento, y por resultarle necesaria la intervención pública a partir de inconvenientes atravesados con anterioridad. Según datos de Senasa, el stock de vientres aptos reproductivamente (vacas y vaquillonas) había sufrido una baja entre los años 2008 y 2010, pasando de poco más de 109.000 animales en 2007 a unos 82 mil en 2010.

Las políticas aplicadas para lograr revertir esta caída fueron varias, pero apuntaron principalmente a la implantación de pasturas perennes, a la creación de reservas forrajeras y a la concientización y aplicación de planes sanitarios para mejorar los índices reproductivos de los rodeos.

Por un lado, el programa de Sustentabilidad forrajera a partir de 2012 puso a disposición de los productores una sembradora directa con las últimas tecnologías, así como un fondo rotatorio que actualiza según el Indice de Novillo del Mercado de Liniers (INML) con un plazo de devolución de cuatro años para afrontar los costos de implantación de pasturas consociadas, así como los laboreos relacionados con la preparación del suelo.

Este programa tuvo un doble propósito: se buscaba en principio, como se mencionó, aumentar la superficie de pasturas perennes en el distrito; pero también constituyó una herramienta importante para introducir la siembra directa entre productores no acostumbrados a esta práctica, por tratarse de un sistema de manejo sustentable, que previene la erosión y voladura de los suelos, asegurando máxima productividad y sostenibilidad en el tiempo.

Por otro lado, el programa contempla el asesoramiento de un ingeniero agrónomo en el campo, acompañando los trabajos y asegurando la optimización del uso de los recursos y la consecución de los resultados deseados, logrando también con este contacto mantenerse al tanto de las últimas novedades, a través de un trabajo interinstitucional con INTA, Senasa y otros organismos del área.

En paralelo, se pusieron en práctica algunos módulos del Plan Ganadero Provincial, especialmente el relacionado con la sanidad del rodeo. La implementación de este módulo buscaba mejorar los índices reproductivos de los productores asumiendo los costos de tactos para detección de preñez y sangrado para brucelosis para reproductores y la revisación clínica de los toros, así como el raspaje de para detección de enfermedades venéreas.

La aplicación de este programa acercó también a los productores a estas prácticas, y mejoró los índices reproductivos del distrito, ya que eran varios los ganaderos que no cumplían con estos controles sanitarios por no ser de carácter obligatorio y significarles un gasto que no percibían como necesario.

Por otro lado, desde 2012 se viene implementando un fondo rotatorio para la siembra de verdeos de verano (mayormente sorgo forrajero), destinado a financiar la implantación de especies forrajeras estivales destinadas a la alimentación de ganado. Este fondo se actualiza también según el INML, y amortiza los costos de la implantación durante todo el año.

Estos planes están dirigidos a pequeños productores ganaderos, y especialmente los ubicados en las zonas climáticamente más desfavorable (cuarteles VI, VII, VIII, IX, X y XI) que requieran de estas políticas para llevar adelante la actividad.

Estos programas resultaron efectivos en lo que a números respecta, ya que el stock de vientres subió considerablemente, superando los 111.000 animales en condiciones de reproducirse a finales de 2015 (según datos proporcionados por la oficina de SENASA local).

Cabe mencionar que la ganadería es también una de las actividades que genera más mano de obra en el ámbito agropecuario, ya que la mayoría de los productores se ha volcado hacia los sistemas de cría intensivos, ya sea del tipo de feed lot o realizando pastoreos por parcelas, en los que resulta necesario desplazar los animales periódicamente. Por ello, se considera que cumple con varios propósitos y resulta importante mantener y ampliar nuestro stock ganadero como generador de recursos genuinos mediante el agregado de valor y de mano de obra local capacitada.

Además, se implementa desde 2015 un programa de Asistencia a Tambos, diseñado en el ámbito local y destinado a financiar la construcción de reserva forrajera tipo silo bolsa para la alimentación de ganado destinado a la producción de leche. Este programa surgió como respuesta a la difícil situación que atraviesan los tambos a partir del aumento de sus costos de producción y del estancamiento del precio del litro de leche al productor.

Cabe mencionar que les resultaba útil hasta hace unos meses atrás, ya que les permitía abonar el costo del alimento a medida que se iba amortizando. Se adaptaba a los tiempos de los productores, en cuanto no realizaban la erogación de dinero antes de ver convertido el insumo en producto. Luego del fuerte incremento en las tarifas de los servicios, y teniendo en cuenta que la energía eléctrica resulta un costo variable importante del sector, este programa ya no les resulta de tanta utilidad, y debemos repensar las políticas específicas que deben implementarse para evitar una reducción drástica del sector.

Apicultura

La apicultura como cadena de valor merece su mención, ya que ha tenido un importante desarrollo a nivel regional durante los últimos tres años, a partir de la conformación del Consorcio Exportador de Miel del Sudoeste Bonaerense (CEMSOB) en 2013.

Este modelo asociativo busca integrar a apicultores, instituciones y sector público, para traccionar el desarrollo al permitir que el apicultor realice la exportación directa, logrando así mejores precios finales al evitar los intermediarios y contemplar las ventas de grandes volúmenes de producción.

El Sudoeste cuenta con unos 800 apicultores, que en conjunto atienden alrededor de 150.000 colmenas, y se trata de la cuenca melífera más importante de la república Argentina, cuya producción se destina a la exportación. La superficie del SOB está constituida mayormente por praderas, aunque existen zonas definidas de bosque nativo y áreas de sierras y costa marítima, que conforman subregiones fitogeográficas diferentes que enriquecen el espectro de mieles producidas en el territorio.

El CEMSOB está conformado actualmente por cuatro cooperativas, que nuclean a 270 apicultores que gestionan 60 mil colmenas, productoras de 1.200 toneladas de miel anuales. Por ser la Cooperativa de Productores Apícolas Pi-Hue, de nuestro distrito, una de las agrupaciones pioneras en este proceso, es que esta gestión municipal pone especial énfasis en promocionar el crecimiento del sector, a través del acompañamiento en las gestiones de financiamiento, y el dictado de capacitaciones especiales necesarias para mejorar los procesos productivos y realizar correctamente los trámites relacionados con la exportación.

Ya se han realizado dos exportaciones a Marruecos, de unas 20 toneladas cada una, y se prevé realizar dos más, con destinos España e Italia, de miel homogeneizada y de calidad, que es un requerimiento constante de estos países. Actualmente se están evaluando un proyecto para adquirir una homogeneizadora, que resulta importante para la región, ya que permite establecer nuevos estándares de calidad sostenibles en el tiempo, y abastecer así una demanda creciente. Se están realizando además gestiones para que las exportaciones puedan realizarse a través del puerto de Bahía Blanca, que permite abaratar costos logísticos y de traslado. Este puerto es además una referencia para la región, y tiene un gran valor simbólico para las producciones locales.

Industrial

En lo que respecta al sector industrial, las políticas públicas locales han apuntado siempre a la promoción de los emprendimientos locales a través de la creación y mejoramiento de Sectores Industriales Planificados (SIP), buscando el trabajo sinérgico en las cadenas productivas y la disminución de costos a través de la cooperación entre empresas. Se afianzó así el SIP I, logrando su inscripción en el Registro Nacional de Parques Industriales (RENPI) y la creación de un Ente Regulador mixto, que permite a los propietarios y arrendatarios de establecimientos del agrupamiento tomar las decisiones respecto de la administración y el uso de los recursos del SIP, contando siempre con el apoyo del Estado local en la gestión de financiamiento y el acompañamiento de todas las áreas para facilitar su administración, representadas por la secretaría de Producción local.

Históricamente este distrito ha tenido un gran desarrollo textil, liderado anteriormente por la empresa Gatic que hace 12 años, y luego de un penoso proceso de quiebra, fue tomada por los trabajadores, que conformaron la Cooperativa de Trabajo Textiles Pigüé, que mejoraron los procesos productivos y ampliaron sus canales de comercialización, manteniendo una importante fuente de empleo en la localidad de Pigüé y el distrito. Por ello, es que la Cooperativa preside hoy el Ente Regulador del SIP I y es uno de los motores del desarrollo del agrupamiento.