Bahía Blanca | Sabado, 20 de abril

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Al rescate del Viejo Boliche que muchos aún recuerdan

El edificio, que funcionaba también como Almacén de Ramos Generales, era el alma del Paraje El Gavilán. Voluntarios lo restauraron casi por completo y buscan darle otro impulso.
El edificio es testigo del estilo de vida rural de una época que muchos llevan en e l corazón.

Anahí González

agonzález@lanueva.com

Cuando en 2006 un grupo de voluntarios se planteó recuperar el Viejo Boliche y Almacén de Ramos Generales del Paraje El Gavilán-distante unos 35 kilómetros de Coronel Pringles- todo parecía una locura.

La estructura estaba en pie y la fachada se conservaba pero el resto se encontraba en ruinas y cayéndose a pedazos. Ya prácticamente no tenía techo -le quedaban algunas chapas- ni aberturas y los pisos, antiguamente de madera, eran de tierra.

Por iniciativa del vecino Jorge Teves, quien se acercó al Archivo Histórico pringlense, a cargo de Celeste Di Croce, y con el acompañamiento constante de un grupo de voluntarios que trabajó codo a codo para sacarlo a flote se logró restaurar el lugar casi en su totalidad y salvarlo de su destino de deterioro, derrumbe y olvido. Para que todo esto fuera viable, el dueño de los campos en que se alza el Almacén, donó el predio en que se encuentran sus instalaciones.

"En una época el lugar era muy concurrido, era sitio de posta, de recambio de caballos, de correo y de reunión social. Hay muchas anécdotas de los bailes de campo que se hacían ahí", contó Celeste Di Croce, integrante del grupo de trabajo desde sus inicios.

Si bien las tareas se interrumpieron durante un par de años -fruto de la crisis económica y del mal estado de los caminos rurales- desde 2006 hasta 2015 la labor de entre 15 y 20 voluntarios fue incesante con reuniones semanales en Coronel Pringles.

Organizaron almuerzos multitudinarios -que llegaron a reunir a más de 600 personas- y una vez restaurado el Viejo Almacén trasladaron allí los eventos. También llevaron adelante campañas de donación de chapas, cabalgatas y demás actividades a fin de recaudar para la recuperación del edificio.

Cada evento fue realizado a pulmón por el entusiasta grupo conformado por distintos actores de la comunidad: habitantes y ex habitantes del paraje, alumnos, exalumnos y ex docentes de la escuela de El Gavilán, gente que pasó por el club que allí funcionaba, ex dueños del boliche y parejas que se conocieron allí ¡Tantas historias atesoran esas paredes!

Ahora, que el edificio ya está restaurado casi en su totalidad, quienes dieron inicio al proyecto buscan sumar nuevos y más jóvenes integrantes para darle un renovado impulso.

"Al principio el uso del Viejo Boliche era exclusivo del grupo de El Gavilán porque allí organizábamos los eventos que nos permitían restaurarlo pero ahora queremos darle otro tipo de uso ya que está equipado con vajilla y sus instalaciones se encuentran en condiciones", indicó Di Croce.

Otro de los sueños es que el lugar funcione como Museo de la zona y como Biblioteca.

Para los promotores del proyecto el edificio no es una estructura muerta sino el símbolo de una época.

Domingo Quiroga, uno de los voluntarios de la primera hora junto a su mujer, recordó que en sus tiempos, cuando vivía en el campo iba a la escuela de El Gavilán a caballo y a Pringles en villalonga (carruaje).

"Como era Almacén de Ramos Generales y boliche el gaucho que iba a hacer las compras se tomaba una caña o dos y se quedaba a jugar al mus o al truco. Había una cancha de bochas muy prolija y otra de pelota-paleta", rememoró "Mingo" a punto de cumplir los 76 años.

"Si no lo restaurábamos lo iban a demoler. Los comerciantes se portaron de diez Nos ayudó mucha gente. Es imposible nombrar a todos", dijo Quiroga emocionado.