Bahía Blanca | Lunes, 29 de abril

Bahía Blanca | Lunes, 29 de abril

Bahía Blanca | Lunes, 29 de abril

Bahía Blanca en cifras: la ciudad de cara al futuro

Está posicionada entre las ciudades con mayor porcentaje de cobertura en servicios públicos.
Bahía Blanca en cifras: la ciudad de cara al futuro. La ciudad. La Nueva. Bahía Blanca

Mario Minervino / mminervino@lanueva.com

   A la hora de mirarnos al espejo, las cifras constituyen un indicador objetivo de dónde está parada Bahía Blanca en relación a otras ciudades del país.

   Ciudad marítima de carácter pampeano, capaz de ser considerada desde la nueva Liverpool o la nueva Chicago a una simple chacra asfaltada, no hay funcionario o político que la visite y no proclame a viva voz su potencial.

   Bahía Blanca, eterna capital de una nueva provincia, puerta y puerto, ciudad industrial, centro de una región, de crecimiento anárquico y sin plan urbano, la que se orienta a infinita grandeza, siempre a punto de madurar.

   Hoy está posicionada entre las ciudades con mayor porcentaje de cobertura en servicios públicos, pero evidencia uno de los índices de crecimiento poblacional más bajos a nivel bonaerense.

   También posee una tasa de actividad laboral alta, por encima del promedio provincial, al mismo tiempo que se ubica entre las de mayor presupuesto universitario por alumno, aunque no le va tan bien en el número de viviendas o de camas por habitante en los hospitales.

   Lo que sigue es un resumido análisis de algunos parámetros en materia educativa, sanitaria, poblacional, laboral y económica. Una comparación con otras localidades bonaerenses que sirve para indicar el lugar preciso donde está parada.

En materia de viviendas

   Un punto álgido para cualquier ciudad es la cantidad de viviendas disponibles, su capacidad de respuesta en esa demanda clave. De acuerdo con el censo 2010, Bahía Blanca cuenta con 124.894 viviendas, es decir una cada 2,41 habitantes.

   No es simple establecer comparaciones directas con otras localidades, incluso con las de similar cantidad de habitantes, ya que las condiciones geográficas, sociales, económicas de cada sitio pueden exigir otro tipo de consideraciones. Coronel Rosales tiene una vivienda cada 2,65; General Pueyrredón (Mar del Plata) una cada 2; Morón una cada 2,73; Tres Arroyos una cada 1,98; Olavarría una cada 2,58; y La Plata una vivienda cada 2,51.

   La ciudad no escapa al déficit habitacional que afecta al país, estimado en 4 millones de viviendas, de los cuales el 40% corresponde a nuestra provincia. En Bahía Blanca el Registro Único de Postulantes indica la falta de 10 mil viviendas. Esa cifra es elevada si se compara con Mar del Plata, que con más del doble de habitantes (618.989) tiene la misma cantidad de demanda, según los registros de la Dirección Social de Viviendas. La Plata, con 654.000 habitantes, sufre la carencia de 25 mil viviendas, una relación similar a la local.

   Bahía Blanca cuenta con 32 villas y asentamientos precarios, en los cuales viven 8.444 familias. General Pueyrredón tiene 80, pero con menos población: 7.066 familias. La Plata 129, con 20.991 familias. Tigre y Morón, localidades de 350 mil habitantes, tienen 50 y 15 de estos barrios, con 11.078 y 1.443 familias.

   En cuanto a la construcción, una de sus industrias históricas, el Ministerio de Economía bonaerense la incluye entre los siete municipios que analiza, a lo largo del año, los metros cuadrados con permiso.

   En 2016, la Municipalidad autorizó la construcción de 1,95 millones de m2, apenas por debajo de los 2 millones de Berazategui y superando a Almirante Brown (1,4 millones), General Pueyrredón (479 mil); La Matanza (205 mil); Quilmes (194.000) y San Isidro (171.000).

Los números en cuanto a servicios

   Bahía Blanca se encuentra entre las ciudades con mayor porcentaje de viviendas con servicios. El INDEC señala que el 98,7% de las familias bahienses dispone de agua de red y el 80,4% tiene cloacas. En estos rubros está mejor que General Pueyrredón (92,6% y 82,1%) y que La Plata (91,2% y 70,8%).

   En el Conurbano esa disponibilidad se ve notablemente disminuida, por caso La Matanza (73% y 45,5%) o Morón (81,3% y 55,4%).

   Respecto de la disponibilidad de gas de red, Camuzzi registra 105.342 hogares atendidos, lo cual supone un 84,9% de cobertura. Con ese índice, Bahía Blanca supera a Mar del Plata (81%), a La Plata (76,3%), a Tandil (76,6%) y a Junín (66%). Se ubica además por encima de las localidades del Conurbano, como Tigre (54,5%), Ezeiza (49,9%) y Avellaneda (78,3%).

   Un dato interesante que da cuenta del peso de la industria bahiense está dado por el consumo de electricidad (Mwh) que tiene el sector. Nuestra ciudad ocupa el tercer lugar en consumo, con 1.011.678 Mwh, por debajo de Campana (1.320.000) y Pilar (1.166.669), pero superando a Ensenada (957.207); Olavarría (730.700), La Matanza (681.420) y Tigre (588.166).

Qué pasa en salud y educación

   Bahía Blanca no escapa a la crisis que, desde hace tiempo, afecta al ámbito educativo, y más allá de los contenidos o programas, la situación de su infraestructura edilicia alcanza niveles preocupantes.

   De todas maneras, en cuanto a número de alumnos por escuela no está mal posicionada: tiene una matrícula de 98.000 alumnos y dispone de 91 establecimientos de gestión pública y privada, primaria y secundaria. Esto genera una media de 513 alumnos por escuela.

   La Plata posee una matrícula de 233.880 alumnos, con 389 escuelas, una media de 601 alumnos. General Pueyrredón cuenta con 195.870 alumnos y 354 escuelas, lo cual da un promedio de 553. En este último caso, a la oferta provincial y nacional se suman 40 escuelas de gestión municipal. Yendo al Conurbano, Morón tiene un promedio de 542 alumnos por escuela y Tigre 534. En tanto, Tres Arroyos suma 304.

   Otro dato interesante es el referido a la Universidad Nacional del Sur, que dispone de un presupuesto de 1.006 millones de pesos, para una matrícula de 19.700 alumnos.

   La UNS se encuentra entre las de más elevado presupuesto por alumno, con 50.710 pesos por cada uno. En la de Mar del Plata ese valor es de 42.921, La Plata (con 118.183 alumnos) es de 28.450, Quilmes 18.322; Buenos Aires 24.184 y Avellaneda 34.369.

   En materia de salud, Bahía Blanca dispone de 376 camas, entre establecimientos provinciales y municipales, es decir una cama cada 800 habitantes.

   General Pueyrredón dispone de 659 camas, una cada 939; La Plata es una de las más favorecidas, contando con una cada 295 personas. Morón reúne 803 para 321.109 habitantes (1 cada 399); Tandil 339 para 123.871 (una cada 365) Azul 222 para 65.280 (una cada 294).

Población y presupuesto

   Según el gobierno bonaerense, Bahía tiene este año una población estimada de 308.413 habitantes, con un aumento de 2,2% en relación a los datos del censo 2010.

   Su presupuesto municipal para este año es de 3.400 millones de pesos, lo cual significa 11.274 pesos por habitante. La comparativa con otros municipios resulta muy dispar. La Plata tiene $ 6.871; Tigre $ 12.673; Azul $ 10.814; La Matanza $ 3.094; Olavarría $ 11.169 y San Isidro $ 16.897.

   El presupuesto provincial, por último, es de 522.602 millones para 15.716 millones de habitantes, lo cual da 33.250 por bonaerense.

   La provincia ha analizado la proyección de crecimiento población de los municipios bonaerenses, al 2025.

   De acuerdo con el mismo Bahía Blanca tendrá un crecimiento del 1,45%, uno de los más bajos de la provincia, llegando a 312.738 habitantes.

   Mar del Plata crecerá, en idéntico período, un 3,6% (671.085), La Plata un 5,77% (738.505); La Matanza un 17,44% (2.509.547); Olavarría un 4,74% (117.977) y Tandil un 7,99% (145.893).

La situación del trabajo

   El Ministerio de Economía provincial ha desarrollado un indicador de las tasas básicas del mercado laboral, analizando el primer trimestre del año, a partir de una Encuesta Permanente de Hogares. En su trabajo tomaron seis aglomerados, entre ellos el de "Bahía Blanca-Cerri", lo cual permite disponer de un interesante grado comparativo.

   La tasa de actividad (relación entre población económicamente activa y la total) ubica a nuestra ciudad con el mayor porcentaje, con el 46,2%. Supera al promedio de 24 partidos del Gran Buenos Aires (GBA) (45,6%), al Gran La Plata (La Plata-Berisso-Ensenada) (45,4), Mar del Plata (45,9) y Viedma-Patagones (37,5).

   La desocupación bahiense (porcentaje de gente que no tiene empleo pero lo busca activamente con respecto a los activos) está entre las más bajas, con 7,6%. Los partidos del GBA alcanzan el 11,8; Gran La Plata 8 y Mar del Plata 7,4. El tandem Viedma-Patagones tiene apenas un 1,1%. Por último, también es bajo el promedio local de subocupación, con 5,6%. Los partidos del GBA llegan al 11,9%, Gran La Plata y Mar del Plata con el 11,7%.

Marta Bertín: Mejoras y una inversión histórica

   “La salud pública local tiene un nuevo impulso, considerando que está retrasada respecto del crecimiento poblacional. Si bien nunca ha quedado un paciente sin atención, a veces hay retrasos en los cuidados adecuados y esto genera mucha preocupación.

   “En el último año, este hospital se está poniendo en valor y es referente de la mitad sur de la provincia de Buenos Aires y zonas cercanas. Es el tercer hospital en magnitud (luego del San Martín, de La Plata, y el Interzonal de Mar del Plata). Este año ingresaron médicos para cubrir cargos en la guardia, enfermeros y, en el corto plazo, lo harán técnicos.

   “También comenzaron obras estructurales imprescindibles, como sanitarios de internación, climatización de quirófanos (una mejora notable en la calidad de cirugías) y la refacción de Emergencias.

   “Es necesario ampliar la cantidad de camas, pero primero hay que poner en valor la infraestructura actual”.

Marta Bertín, directora ejecutiva del Hospital Interzonal Doctor José Penna

Vigier: Aún no tracciona al Sudoeste provincial

   “Bahía Blanca es una ciudad hermosa, mediana, con una población casi ideal, sin la locura de Buenos Aires, Rosario o Córdoba. Tampoco es un pueblo: dispone de excelentes comunicaciones, puertos, rutas, aeropuertos, potencial educativo e industrial. Pero hay cosas que nos hacen desear una mejor Bahía, que le haga bien a la región

   “Es una ciudad de espaldas al mar. El puerto es de los más importantes del país pero la costa es poco visitada y muy poco valorizada.

   “También se mantiene de espaldas al Sudoeste. Una Nueva Provincia es una especie de anhelo, donde imaginamos una división política con Bahía Blanca como líder. Sin embargo todavía le falta mucho para ser tracción de nuestro Sudoeste.

   “Quizás haga falta una mirada más integradora, menos egoísta. Que puedan existir proyectos de inversión de infraestructura y privados que promuevan el desarrollo del interior para evitar que con el tiempo tengamos que hablar del Conurbano de Bahía Blanca”.

   Hernán Vigier, rector de la Universidad Provincial del Sudoeste (UPSO).

Oscar Liberman: Aprender a trabajar en equipo

   “Bahía tiene ventajas sobre otras ciudades del país, por caso un importante desarrollo propio y ser parte de un importante centro agropecuario. Sin embargo, en su historia no ha terminado de encontrar cómo integrar a todas sus partes. Existe una disociación que podemos resumir en que las industrias que generan el crecimiento de la ciudad no crean la cantidad de empleos --directos o indirectos-- proporcionales.

   “Tenemos un gran polo petroquímico pero no las pymes que se supone debe generar ese polo. Hay severas asimetrías y eso conspira contra el desarrollo integral. Falta cohesión, la unión de todas sus fuerzas, de su dirigencia. En otras ciudades existe mayor paridad entre las industrias, las pymes y el comercio.

   “En Rosario, cuando llega un inversor, se sienta en una mesa donde están representados todos los sectores. Podrán tener diferencias internas, pero ante los demás funcionan con una cohesión que acá no tenemos”.

   Oscar Liberman, economista, docente, consultor.

Inés Petris: Salir de la zona de confort

   “Bahía Blanca tiene necesidad de contar con más establecimientos educacionales, en todos los niveles, porque se registra un crecimiento poblacional y aparecen nuevos barrios que exigen respuestas en el lugar.

   “También, consolidar la infraestructura de varias escuelas secundarias, porque se ha modificado el sistema educativo y hay edificios sin capacidad para recibir más años o grados.

   “En lo personal soy muy crítica con la educación actual. Creo que los docentes necesitan más formación para aplicar herramientas y modalidades propias del siglo XXI. También es necesario respaldar la educación técnica, la que es capaz de generar mano de obra calificada y que por algún motivo no se termina de clarificar.

   “Además hace falta mejorar la calidad educativa en el nivel terciario, preparar docentes que sean capaces de atender las nuevas demandas y exigencias de la sociedad.

   “Bahía Blanca es uno de los centros más importantes de la provincia y tendría que hacerse ver más. Si bien no es simple comparar nuestra realidad con otras localidades, porque cada comunidad tiene sus propias complejidades, es claro que hay ciudades como Neuquén o General Roca que han tenido un desarrollo espectacular. En alguna época Bahía Blanca era un poco el espejo de esas ciudades. Este no es un trabajo exclusivo de la docencia, sino que también necesita el compromiso de las familias y la comunidad.

   “Creo que este es el momento de salir de la zona de confort, generar propuestas y posicionarnos con firmeza de cara a los nuevos tiempos”.

   Inés Petris, titular de la Jefatura Distrital de Educación.

Diez: Ventajas y desventajas en el plano económico

José Ignacio Diez, especialista en Desarrollo Regional y docente de la UNS, sostuvo que Bahía Blanca cuenta con una estructura económica más diversificada frente a otras localidades del interior, lo que le da algunas ventajas, pero también desventajas.

Entre las ventajas, mencionó que una estructura económica de ese estilo permite amortiguar mejor los ciclos económicos adversos con relación a otras localidades (como por ejemplo Mar del Plata, donde la menor diversificación de sectores hizo que las recurrentes crisis experimentadas por nuestro país la afectaran más). Sin embargo, lo malo reside en que arroja una inserción internacional pobre, porque no hay una especialización concreta.

A su entender, otro rasgo distintivo de nuestra ciudad pasa por sus problemas de asociatividad entre los empresarios.

“Esto es negativo por cuanto al carecer de una cultura en ese sentido, se dificulta mucho el propósito de ganar más mercados, algo crucial para fortalecer el tejido productivo local.

“El caso Rafaela, en Santa Fe, nos enseña algunas ideas interesantes, como por ejemplo la existencia de una clara planificación del desarrollo, con elevados niveles de asociativismo, que los llevó a desarrollar clusters (N de R: una forma de organización industrial donde las empresas se agrupan alrededor de una actividad común con la meta de aumentar su competitividad) en el sector automotriz, lácteos y metalmecánico, entre otros.

“Se trata de iniciativas que nacieron en los 90 y continúan hasta hoy, con una fuerte presencia del Estado Municipal, organizaciones de la sociedad civil y cámaras empresarias, lo que garantiza una cierta continuidad en el tiempo, algo que nos falta acá”.

Dijo que, de hecho, más allá de la experiencia del plan de desarrollo del 2000, no han nacido propuestas de planificación consensuadas por los partidos políticos y las fuerzas vivas de la ciudad, que permitan tener un horizonte de largo plazo.

“Si bien existen organismos público-privados de promoción de la actividad económica (agencia de desarrollo, polo tecnológico, etc.), estas entidades mayormente carecen de recursos y funcionan de manera fragmentada, sin un horizonte claro de acción.

“Pensando en el futuro, los sectores que tradicionalmente traccionaron la economía bahiense (comercio, petroquímico, actividad portuaria y estatal) hoy a nivel mundial están en crisis. Por esta razón, se debería impulsar aquellos nuevos ligados al conocimiento: como por ejemplo, el software, la microelectrónica, la biotecnología, la fabricación de insumos biomédicos.

“En estos sectores Bahía Blanca tiene capacidades que se encuentran subutilizadas, que es necesario desarrollar. La ciudad debe redefinir su matriz económico productiva y su ideario tradicional de puerto y puerta del sur argentino, para poder insertarse mejor en el contexto de la economía de la información y de la sociedad del conocimiento”.

Consideró que, en materia de empleo, la preeminencia de la actividad mercantil, así como las vinculadas al sector de los servicios públicos, como educación, salud y justicia, ha hecho que en momentos de crisis, el empleo se vea muy afectado.

“Esto se evidencia en forma notoria en períodos en los que cae el consumo interno o hay ajustes en los niveles de gasto público”.