La Carrindanga se adaptará con mucho menos dinero

Redacción de La Nueva.

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El presidente del Concejo Deliberante, Nicolás Vitalini, confirmó ayer que para abril se podrá circular por el excamino La Carrindanga a 60 kilómetros por hora y que hasta esa fecha habrá una inversión de 208 mil pesos para distintas obras que garantizarán especialmente la seguridad de peatones, ciclistas y transeúntes en general.

De esta manera, quedará atrás la polémica que se habia suscitado desde hace casi dos años, cuando se instaló un radar en la zona y se fijó el límite máximo de circulación en los 40 km/h.

Vitalini anunció la ampliación de derivadores, algunas modificaciones en las ciclovías y la incorporación de delimitadores de velocidad como parte del proceso de cambios que se realizarán en la remodelada arteria, hoy llamada avenida Juan Domingo Perón.

Una de las modificaciones más notorias será la construcción de una dársena de giro en la intersección con la calle Luis Vera, donde además se colocará un guardrail para proteger un gasoducto que pasa por el lugar.

También se instalarán unos de 400 separadores -uno cada 5 metros aproximadamente- para delimitar los casi 2.800 metros de largo que tiene la ciclovía lindante con la avenida, a la vez que en las esquinas se colocarán delimitadores de tránsito para que los automóviles realicen el giro a la calle transversal sin invadir la circulación de la ciclovía.

Ordenanza aprobada

El anuncio se realizó porque el Concejo Deliberante aprobó el jueves una ordenanza que le otorgó a la comuna una prórroga de dos meses para que se hagan los cambios necesarios a fin de elevar la velocidad máxima en La Carrindanga.

“El costo de las obras es mucho menor de lo que se había presupuestado en un principio”, mencionó el edil en cuanto a las estimaciones de funcionarios de la gestión de Gustavo Bevilacqua, quienes hace algunos meses afirmaban que para poder realizar la obra se necesitaba una inversión de 5 millones de pesos.

La semana pasada, ante una consulta de La Nueva., el secretario de Infraestructura, Guillermo Manrique, había asegurado que la voluntad de la actual gestión municipal era incrementar el límite de velocidad máxima en esa vía y anticipó que pretendía algunas modificaciones.

Días atrás, el polémico tema de la reducción de velocidad retornó al Concejo, durante la visita de la secretaria de Gobierno, María Laura Biondini, quien asistió a dar explicaciones sobre el Presupuesto 2016.

En ese momento, el concejal Martín Salaberry le recordó la existencia de una ordenanza de su autoría, aprobada en abril pasado, que modificaba la denominación de “camino” por “avenida” y el consecuente cambio en cuanto a la máxima permitida, para llevarla a 60 km/h.

La ordenanza establecía que la Municipalidad tenía 120 días para realizar las obras que los técnicos consideraran necesarias, aunque 10 meses después todavía se encuentra incumplida.

Las modificaciones surgieron por reclamos de vecinos de diferentes barrios nucleados en la Asociación Jardines de la Bahía, quienes en reiteradas oportunidades se quejaron por las hileras de autos que generaba la máxima a 40.

Lo cierto es que hoy solo se respeta ese límite en un tramo corto, donde está el radar, entre el complejo Zibecchi del Club Liniers y la calle Vera.