A 33 años del final de la guerra, un olivo por la paz
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Por Mario Minervino / mminervino@lanueva.com
A partir de este año, cada 14 de junio ya no será referido en nuestro país como el momento de la rendición de las fuerzas argentinas en la Guerra de Malvinas de 1982, sino como “El día de la Máxima Resistencia”, en homenaje a los soldados que, hasta el último minuto, defendieron las islas frente al ejército británico, luego de 74 días de haberlas recuperado.
“No queremos que se vea esta fecha como el día de la derrota, porque no lo merecen los veteranos de guerra. Queremos que se evoque como el momento en que culminaron para nuestras fuerzas los sacrificios de la campaña, honrando a quienes lucharon con abnegación, valor y espíritu patriótico”, señaló Héctor Bollo, titular del Centro de Veteranos de nuestra ciudad.
Por eso, tuvo lugar ayer el primer acto a partir de esta visión, en el Monumento a los Caídos en Malvinas, ubicado en Cuyo y La Falda, donde se procedió a plantar una planta de olivo, símbolo de la paz y la unión en todo el mundo.
“Se trata de un árbol que puede vivir más de dos mil años y reverdecer después de haber ardido”, según se explicó minutos antes de su plantación.
La propuesta de colocar esta planta correspondió al Centro de Jubilados y Pensionados de nuestra ciudad, luego de que el Papa Francisco hiciera plantaciones similares en distintos lugares de Europa.
Las primeras paladas fueron dadas por representantes de esa institución, junto con miembros de las fuerzas armadas y de las escuelas presentes.
También se descubrió una placa alusiva, junto al ejemplar plantado, donada por Santiago Atala.
Si bien no participó del acto ningún representante de la Municipalidad ni del Concejo Deliberante, se leyó una nota remitida por el intendente municipal, Gustavo Bevilacqua, mediante la cual saludó a los veteranos y alentó a “mantener vivo el respeto y recuerdo de quienes defendieron nuestra soberanía”.