Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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"Tu mundo y el mío", una telenovela tragicómica

Allá por 1987 había una cita ineludible frente al televisor. A las 14, la telenovela estaba planteada en serio, pero todos la veían para divertirse. Tu mundo y el mío no hacía más que caer en el lugar común del muchacho rico (Daniel Guerrero, con su espesa melena) y la chica pobre (Nohely Arteaga, si alguien sabe de ella, que avise).




 Allá por 1987 había una cita ineludible frente al televisor. A las 14, la telenovela estaba planteada en serio, pero todos la veían para divertirse.


 Tu mundo y el mío no hacía más que caer en el lugar común del muchacho rico (Daniel Guerrero, con su espesa melena) y la chica pobre (Nohely Arteaga, si alguien sabe de ella, que avise).


 Ella había pertenecido a la alta sociedad, pero los malos negocios de su padre (fallecido) y la muerte de su madre la habían destinado a vivir en unos monoblocks de Lanús.


 Con ella vivían su hermano "Chente" --por Vicente--interpretado por Horacio Erman; su hermana Noelia (Patricia Viggiano) y su abuela (Lidia Lamaison).


 Además de tener que soportar vivir en un barrio poco acorde a su cuna, la protagonista tenía que cargar con esa abuela y esa hermana que no se habían dado cuenta de su descenso social. Y con su hermano que se había convertido en un delincuente juvenil junto a su amigo y cuñado "Mente de pollo" (Pablo Brichta).


 Los diálogos eran ridículos, pasados de moda y Buenos Aires "era un pueblito": los personajes que no se tenían que cruzar, se cruzaban en el mismo bar, la misma cuadra o la misma discoteca.


 Como suele ocurrir en las telenovelas, la historia central fue perdiendo interés porque todos sabían cómo terminaría. Las que tenían al público expectante eran las de Juan Manuel Tenuta (padre de Daniel Guerrero) y Noelia. Un romance ilegal a escondidas de la madre del protagonista y claramente intencionado por parte de ella. Claro, para quedarse con la fortuna proveniente de una fábrica de ropa, cuyo diseñador era un casi debutante Osvaldo Laport.


 La otra historia era la de Miguelón (chofer del tío de Guerrero y amigo de la protagonista) y la que él llamaba la "Rubia del Almanaque" (Laurita), que era la niña de la casa. Incluso en una oportunidad fueron sorprendidos en la cama por la señora de la casa.


 El personaje de Patricia Viggiano falleció en un accidente y Tenuta volvió con su esposa; la rubia se casó con el "fercho" y todos terminaron felices. Después de un año no había de qué reirse en los recreos, en las oficinas o en las reuniones de amigos.