Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

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Análisis: qué se juegan Cambiemos y los espacios peronistas en Bahía

El oficialismo puede lograr una mayoría que le facilite el manejo de la agenda en el Concejo a partir del 10 de diciembre, mientras que Unidad Ciudadana y el PJ-Cumplir empezarán a perfilar liderazgos. ¿Entrará Salaberry?
Cada fuerza política apunta a ocupar un espacio en el legislativo con objetivos diferentes.

Maximiliano Allica

mallica@lanueva.com

Según lo ocurrido en las PASO y de acuerdo con las proyecciones de los últimos días, en todos los escenarios lógicos Cambiemos aumentará su presencia de manera sustancial en el Concejo Deliberante.

Actualmente con 8 ediles, pone en juego 2 bancas pero sumará entre 5 y 7, lo cual le dará una preponderancia muy clara en cada debate a partir del próximo 10 de diciembre.

Con obtener 6 lugares, lo cual no debería extrañar a nadie, llegará a 12 concejales, la mitad del cuerpo, más la presidencia. O sea, en caso de empate en las votaciones se impondrá por el voto doble del presidente.

La lista que encabeza Nicolás Vitalini tiene hoy el desafío de mantener el 43,89% de los sufragios conseguidos el 13 de agosto, aunque esa cifra también podría subir debido a la polarización en lo alto de la boleta: la famosa “tracción” electoral suele estar en las puntas, en este caso, entre los candidatos a senadores nacionales y los aspirantes a ediles. Una fuerte captación de voluntades en favor de Esteban Bullrich podría favorecerlo.

Desde la oposición, lo más destacado será la competencia tácita entre dos espacios peronistas. Unidad Ciudadana, con Carlos Quiroga como lanza, intentará mantener el caudal de votos del kirchnerismo alcanzado hace dos meses, aunque en aquella ocasión UC sumó las voluntades de la otra boleta interna, liderada por el exintendente Rodolfo Lopes (20,18% los dos juntos).

Quiroga, que ganó esa primaria, buscará que su frente político destrone a Marcelo Feliú, del randazzista PJ-Cumplir (16,31% en agosto), como principal contrafigura del gobierno de Héctor Gay.

Tanto Unidad Ciudadana como el PJ-Cumplir lucharán para colocar 3 nombres cada uno en el Concejo, aunque no sería sorpresivo que alguno deba conformarse con solo 2.

A partir de los resultados de estas legislativas, comenzará la pulseada por el control del justicialismo regional, con Feliú y el senador provincial Federico Susbielles (promotor de Quiroga) como máximos referentes. De todos modos, ambas vertientes saben que no pueden aspirar a la recuperación del poder en 2019 sin el apoyo de la otra.

Volviendo a lo inmediato, en cualquier escenario lógico, Feliú será la cara visible del principal bloque opositor, ya que actualmente cuenta con 7 concejales que le responden y arriesga apenas 2, mientras que el kirchnerismo está vacío: solo tendrá lo que consiga ahora.

Quien aspira a remontar una performance endeble en agosto (6,81%) para retener su banca de concejal es Martín Salaberry, del frente 1País. Para eso necesita que Sergio Massa no se desangre en la polarización Cristina-Bullrich y sumar votos del renunciante Fabián Lliteras (4,14%), que tenía otra lista local por el massismo pero la bajó.

Para ingresar en el reparto de bancas, recordemos, es necesario obtener al menos el 8,33% de los sufragios.

En el caso del Frente de Izquierda (4,39% dos meses atrás), necesita por ejemplo que todos los votantes de las fuerzas que no superaron el piso del 1,5% en las PASO (sumadas, totalizaron cerca del 4,5%) elijan a Néstor Conte para contar con chances serias de entrar por primera vez a Sarmiento 12.

La empresa será difícil, entre otros motivos, porque el precandidato de Vamos y exconcejal Raúl Ayude, que consiguió casi el 1%, ya acordó con el espacio K.

En conclusión, todo indica que Cambiemos tendrá mucho vigor en el Concejo y podría aprovechar las divisiones ajenas para imponer su agenda con comodidad. La oposición, en tanto, deberá declinar diferencias para avanzar con sus proyectos para Bahía Blanca y no perderse en meras declamaciones hasta 2019.

Con los resultados de estas elecciones se empezará a delinear el futuro político de la ciudad, además de clarificar cuál es hoy el humor social de los bahienses. No es poco.