Paradas de ómnibus que exigen un refugio
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Un palo solitario sirve de parada para las las líneas 503 y 519, en una de las banquinas de la avenida Cabrera, a pocos metros de la rotonda del cruce con Pilmaiquén.
En días de calor, viento, frío o lluvia, la espera es un calvario.
De acuerdo a datos aportados por Bahía Transporte Sapem, las líneas mencionadas tienen una frecuencia promedio de 25 minutos.
Es un lugar que pide a gritos un refugio, no pensado para el negocio publicitario sino para la protección del usuario. Dos paredes premoldeadas y una cubierta. Una estructura metálica con un banco. Una propuesta de equipamiento urbano, simple y eficiente. Que proteja a las personas de las condiciones climáticas.
En los últimos seis años el municipio colocó 80 refugios. Puede estimarse que en no existen más de 200 colocadas en el centro y en la periferia.
Las 16 líneas hoy en circulación suman un recorrido de 520 km. Si se estima una parada cada 200 metros, hay 2.600 puntos donde la gente espera el ómnibus. Vale decir que al municipio le faltaría cubrir el 92% de las mismas. Al ritmo actual de colocación, necesitará 156 años para completar la obra.