Reinas y princesas, divididas por la prohibición de concursos de belleza

Redacción de La Nueva.

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Por Sergio Prieta/ sprieta@lanueva.com

Mientras el Concejo Deliberante define qué sucederá con el futuro de los concursos de belleza y elecciones de reinas que se realizan en nuestra ciudad, “La Nueva.” convocó a varias participantes de esos certámenes que resultaron elegidas reinas en diferentes oportunidades para conocer sus experiencias y puntos de vista.

Las opiniones se encuentran divididas entre quienes priorizan la libertad de elección de las concursantes e intentan demostrar que no se trata solo de belleza, mientras que otra planteó dudas y una reconocida periodista se mostró directamente a favor de abolirlos.

“Me parece que es algo más que un concurso de belleza. No me considero linda y tampoco creo que eso sea una condición para participar. Para ser elegida los jurados utilizan diferentes criterios”, comentó María Sol Montaña, reina en seis oportunidades.

Sus premios llegaron en las fiestas del Camarón y el Langostino en 2009 y del Ajo en 2011, de la Fisa en 2007, del Deporte 2007, del Básquet 2009 y del Verano en 2010 en Monte Hermoso.

“No creo que un concurso de esos genere que la mujer sea vista como un objeto. En base a mi experiencia, puedo decir que existe mucho compañerismo y valores entre las postulantes y elegidas. Sería una pena que los prohíban”, afirmó.

También contó que de todos los eventos que participó nunca le exigieron ni le tomaron medidas de su físico, que no percibió ningún tipo de discriminación y que en la Fiesta Nacional del Ajo, que se realiza en Médanos, le permitieron concursar a pesar de haber superado los 25 años que supuestamente se requieren como límite.

“Está bien que cada una opine como quiere. Yo puedo contar mis experiencias y asegurar que no hay nada de prostituyente ni denigrante para la mujer, como se dijo en algún momento”, agregó Montaña.

Similar fue el punto de vista de Evelyn Ombrosi, la ex reina de la Cebolla en 2012 en Hilario Ascasubi. "Estoy en contra de que se suspendan las elecciones a reina. No solo se evalúa la belleza a la hora de seleccionar a las chicas, también se busca que la mujer coronada sepa promocionar la fiesta y a su distrito en las diferentes ciudades a las que asiste”, dijo.

“En mi caso fue una experiencia que superó el hecho de ponerme un lindo vestido y zapatos de taco alto. Para mí fue un trabajo en el que tuve responsabilidades. Me gustaría que la gente y muchas más chicas se acerquen a estos concursos y que se informen al respecto”, agregó Ombrosi.

En contra

Contraria es la postura de la locutora y periodista Gisela Estremador, que fue primera princesa de la Manzana en General Roca en 1999.

“Tenía 16 años y desconocía conceptos como violencia simbólica, sexismo o estereotipos de género. Recuerdo que la pasé bien, me reí y la discriminación sutil siempre se vive cuando desde el vamos hay que llenar un formulario que te pide tus medidas, las clásicas que te encajan o no dentro del estereotipo de mujer-objeto”, señaló.

Hoy con 33 años está en contra de la existencia de esas elecciones porque cree que, además de violencia, los gobiernos debería estar ocupados en temas más importantes para el bienestar de la población.

“Las mujeres no somos objetos, las mujeres no somos floreros que necesitamos la calificación de un jurado casi siempre formados por mayoría de hombres, que nos pongan a prueba con la excusa de sostener el desarrollo local a través de una fiesta popular”, opinó.

Añadió que en momentos donde el crecimiento de la violencia contra las mujeres la indigna “hasta las lágrimas” es una pena que se siga dilatando el debate.

“Invito a pensar en las alternativas que existen a estas elecciones. Si el deseo es encontrar un embajador o embajadora de la festividad que se promociona, que se revisen estas ideas. Y por último y más importante, hay que entender que en nuestro país cada 28 horas matan a una mujer por el solo hecho de serlo”, dijo.

La limitación para los concursos de belleza es impulsada en el Concejo por Miriam Iantosca (Integración Ciudadana).