Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

Una bahía mediterránea:¿y si no tuviéramos mar?

Más allá de la importancia de su puerto, no todas las chances de crecimiento de la región pasan por allí.
Bahía Blanca, históricamente reconocida como una ciudad-puerto. ¿Es posible pensar un desarrollo sostenido más allá de la bendición geográfica?

Por Adrián Luciani / aluciani@lanueva.com

Salvo dos grandes obras de dragado y algunas menores como la terminal de ómnibus, por ejemplo, desde hace ya varias décadas que no se inaugura una inversión de envergadura procedente de Nación o Provincia. En esas dimensiones, los accesos a puertos y la circunvalación, junto a la autovía hasta el puente naranja, rumbo a Punta Alta, es lo único que se ha recibido frente a la tributación por varios miles de millones de dólares anuales que la economía local envía a las arcas de Balcarce 50 y Calle 6.

Siendo que la convergencia de redes de comunicación, energía y transporte nos posicionan como nodo global por el fluir de negocios del comercio nacional e internacional, la urbanidad de Bahía Blanca y Punta Alta no alcanzan el status de Ciudad Global.

El frigorífico Cuatreros, así como los ferrocarriles, tenían sus gerencias locales, pero sus órdenes provenían de Londres y luego de Buenos Aires. Salvo la empresa petrolera local Isaura, mientras existió, su dimensión fue coherente con una ciudad cabecera, pero igualmente su negocio no era internacional.

A esto habría que agregar la Cooperativa Obrera, pero ya no en el plano industrial sino en el del supermercadismo, como una firma bahiense que con decisiones locales trascendió los límites de la ciudad para posicionarse a nivel nacional. Y no mucho más.

La convergencia de rutas y ferrocarriles, más el aeropuerto, hacen a un espacio geográfico diferencial en el que su fortaleza puede ser mucho más que un canal navegable.

Entonces: ¿Está todo en el agua? ¿O a esta altura de casi 200 años de historia de nuestra ciudad no podríamos partir de construir fortalezas superiores a la de la mera bendición de lo geográfico? ¿Cuánto trabajo quedaría y cuánto no hubiera llegado nunca?

Empresas como Petrobras, las petroquímicas, el parque industrial, Oil Tanking, podrían seguir existiendo sin mar, pero deberían surtirse de logística de ductos, caminos y rieles que reemplacen lo que mueven por barco. En cuanto al cereal, muy probablemente solo quedaría la aceitera de Cargill y el molino de Los Grobo.

Este ejercicio loco de imaginarnos una ciudad sin mar, ese mar que muchísimas veces no tenemos en cuenta y el que miles de bahienses no conocen pero del que indirectamente dependen, quizás también puede ser el disparador de acciones nuevas, capaces de modelar la realidad.

Hasta ahora no pudimos hacer "ni un peaje", en el buen sentido de la palabra, sobre los 36.000.000 de toneladas de cargas anualmente que pasan por las rutas próximas a Bahía Blanca y los ferrocarriles, con casi ningún atractivo técnico logístico o comercial que dejara plusvalía.

Charla-debate

Expositores. Estas cuestiones serán abordadas el miércoles, a las 19, en la Alianza Francesa (Fitz Roy 19). Expondrán Federico Weinhold, fundador y tesorero de la cooperativa de trabajo Ferrocoopa de Punta Alta; y Jorge de Mendonça, analista de temas de telecomunicaciones, transporte y territorio.

Tópicos. “¿Te imaginás si en el Área Metropolitana de la Bahía no hubiera bahía, sino una inmensa estepa norpatagónica? ¿Trabajaríamos como la cabecera territorial que realmente podríamos ser? ¿Seríamos Ciudad Global y no un mero gran nodo global?”, plantean.