Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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Falta de agua complica el desarrollo industrial

Pese a que el dique sigue desbordando, el sistema hídrico regional no ofrece garantías suficientes.
Paso de las Piedras desborda, pero la infraestructura para el abastecimiento es la misma.

Por Adrián Luciani / aluciani@lanueva.com

El auspicioso panorama que ofrece por estos días el dique Paso de las Piedras, no solo lleno, sino desbordando por el vertedero de hormigón en dirección al río Sauce Grande, invita a pensar en qué situación se encuentra Bahía Blanca, desde el punto de vista hídrico, para incorporar nuevos emprendimientos industriales de escala similar a los del Polo.

Incluso en ese marco también podría considerarse el aporte que supondrá la anunciada obra del acueducto desde el río Colorado.

Si bien a simple vista pareciera que la demanda de nuevos consumos industriales hoy podría ser atendida sin mayores problemas, la realidad indica lo contrario por varias cuestiones.

En primer lugar, la situación actual, con un dique desbordante, solo se dio en tres ocasiones desde que fue habilitado, en 1972, y no debe tomarse como la media.

Por el contrario, aún están latentes los devastadores efectos de la sequía de 2009 y si bien la ciudad sumó fuentes alternativas como las tomas superficiales de agua del Napostá (Mirasoles y Aldea Romana) y el río Sauce Grande, más los pozos de Cabildo y el Bajo San José, estas solo fueron construidas para situaciones de emergencia y su costo de funcionamiento (energía eléctrica) las saca de escala a la hora de atender consumos industriales.

Por eso, además de la escasa incidencia que tendrá el acueducto del río Colorado en la ciudad --constituye una nueva vía de abastecimiento, pero el caudal a sumar no será mucho--, se sigue tornando imprescindible la realización de la planta de reúso de líquidos cloacales para la industria y un dique en Puente Canessa, dos alternativas que permitirán posicionar a Bahía Blanca como una ciudad en condiciones de absorber nuevas radicaciones industriales.

La futura planta de reciclado de líquidos cloacales tendrá una capacidad tope de producción cercana a los 3.300 m3/hora, cifra hoy en día sensiblemente superior a lo que consumen las grandes industrias locales.

En cuanto a un embalse en Canessa, un anteproyecto de la consultora Iatasa-Iconas elaborado en 1970 propuso un dique de 700 metros de largo y 30 metros de altura, que podía embalsar 56 hm3, y dar lugar a un lago de 560 hectáreas, sobre una cuenca de 900 km2.

El embalse erogaría un caudal de agua de uso industrial aproximado a los 60.000 m3/día, superior al de todo el consumo industrial y, ahorraría más del 20% del volumen diario de agua potable que se extrae del dique.

La cuestión del agua industrial se remonta a fines de 1996, cuando Profertil definió su radicación en Bahía Blanca, luego de que la Provincia le asegurara una provisión de agua acorde a sus necesidades.

Lo mismo sucedió con las restantes plantas del Polo que por esos años también realizaron fuertes inversiones.

Profertil había solicitado 20 mil metros cúbicos diarios y las entonces Petroquímica Bahía Blanca y Polisur, entre 12 mil y 15 mil más.

Pese a haber sido negada varias veces, la existencia de un convenio entre la Provincia y las empresas fue y sigue siendo una realidad.

En él quedó asentado que el Estado bonaerense se comprometía a garantizar el suministro requerido, acuerdo que luego heredó Azurix al hacerse cargo años más tarde de la concesión.

En el convenio rubricado en 1997 por la Provincia y las empresas del Polo, se estableció el precio del agua industrial de acuerdo con una escala que otorgaba descuentos a medida que aumentase el consumo, a la inversa de la escala domiciliaria.

Más temprano que tarde la ciudad deberá procuparse por ambas obras si quiere hacer frente a un mayor consumo industrial y a un lógico aumento de los requerimientos domiciliarios producto del crecimiento poblacional.

Baja presión y turbiedad

ABSA informó que la reducción de presión en la red de agua que se advierte en algunos barrios es consecuencia del brusco incremento de turbiedad del líquido proveniente de Paso de las Piedras, como consecuencia de las últimas lluvias y el arrastre de material. Esa condición del líquido hace más lento el proceso de potabilización en la Planta Patagonia.

Los últimos análisis del líquido, finaliza la prestataria, señalan una tendencia a la baja de esa condición.