Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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Tracción a sangre: las partes todavía pretenden más

Pasaron 7 meses desde que la Municipalidad prohibió la presencia de equinos, pero protectores por un lado y cartoneros por otro dicen que el tema no está definido.
Los carros tirados por caballos no circulan desde agosto pasado por las calles del micro y macrocentro de nuestra ciudad.

Desde el 1 de agosto de 2014 los cartoneros no pueden ingresar con caballos tirando de sus carros a un amplio sector del macrocentro, pero tras algunas piedras en el camino, la nueva modalidad de trabajo va encontrando su rumbo.

Los defensores de los animales, alegres con la medida tomada por la comuna, todavía no se sienten enteramente satisfechos, ya que consideran que esa restricción solo debe ser el primer paso hacia la eliminación total de la TAS (tracción a sangre) de todo el ámbito urbano.

Franco Cardone, miembro del movimiento El grito, cree que la Municipalidad está acompañando a los cartoneros a paso lento, pero acompañándolos al fin.

“Lo más importante ahora es lograr una inserción seria al sistema laboral, con todas las legalidades. Queremos que los cartoneros tengan aportes jubilatorios, aguinaldo y obra social”, agrega.

Cardone, que lucha hace años por esta causa, reclamó el reconocimiento, dentro del marco municipal, a la cooperativa que procuran formar los cartoneros, con el fin de ampliar los beneficios que por ahora se limitan a un programa de capacitación.

“Los trabajadores están conformes con estos carros que reemplazaron a los traídos desde la Capital Federal y que no duraron una semana. Tardaron, pero la verdad es que son buenos: tienen ruedas de moto, gran capacidad, fueron diseñados por los mismos usuarios y fabricados por chicos de Bahía”, indica.

Sobre el maltrato animal, Cardone reconoce que algunos cartoneros no cuidan a su caballo, pero que son la minoría, puesto que la mayoría, además del afecto que le tiene, lo asume como su herramienta de trabajo.

Los defensores de los animales, del otro lado, insisten en lograr su objetivo final: prohibir la tracción a sangre en toda la ciudad.

Marcello Marcolini, presidente de la Asociación Protectora de Animales del Sur, valora lo hecho por la Municipalidad, pero estima que no se puede lograr un cambio de la noche a la mañana.

“Es un avance parcial a favor de los animales, pero muy importante para la seguridad en el tránsito”, sostiene.

Marcolini, que destaca que la asociación que preside tiene un alcance más político que los otros grupos que actúan rescatando animales, quiere que no se tape el verdadero problema: la marginación de los más pobres.

“En estos casos, se maltrata al animal pero se degrada al ser humano. El cartoneo no es un trabajo, no es digno y nuestra labor como ciudadanos es exigir que el Estado inserte a estas víctimas de la marginación. Que no se confunda, nos quieren tildar de insensibles cuando nuestra intención es humanitaria. A los funcionarios les pedimos que dejen de hablar de los caballos. Mejor que hablen de los chicos que pasan hambre y sufren maltrato”, agregó Marcolini.