Miguel Aolita: “Voy a seguir con el legado que pergeñó Ezequiel Crisol”

Redacción de La Nueva.

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Miguel Aolita, secretario general de la Asociación Empleados de Comercio, no pudo evitar las lágrimas cuando se refirió a Ezequiel Crisol, principal exponente de los mercantiles, quien falleció el pasado 14 de junio. Fue una ocasión especial para que el dirigente puntaltense repasara sus conquistas y nos explique cómo fueron los últimos días de vida de su líder.

--Es difícil pensar que en estos festejos no estará presente Ezequiel Crisol.

--Es mi primer año como secretario general. Es el primer año donde no tengo al elemento de consulta, a la voz de la experiencia, a mi segundo padre.

“El 14 de junio se fue Ezequiel de este mundo y recuerdo que lo sepultamos el Día del Padre. En esa jornada dije que se nos había marchado el padre de todos los empleados de comercio del país.

“Pero sé el legado que me dejó, porque hasta los últimos días de su vida habló conmigo y me dejó mensajes que llevaré por el resto de mi vida. El orgullo más grande fue compartir una fórmula con Crisol. Ahora espero estar a la altura de las circunstancias y reemplazarlo de la mejor manera, aunque soy consciente de que es irreemplazable. El desafío será modernizar y profundizar esta obra enorme que nos dejó”.

--¿Por qué te escogió cómo heredero?

--No me lo dijo a mí, pero sé que lo habló con una persona de su máxima confianza. Yo me enteré de sus dichos un día después de su fallecimiento. Ezequiel le dijo al arquitecto Luis Chirico, en relación a mi persona: ‘Este es igual a mí cuando tenía 30 años’. Voy a seguir con el legado que pergeñó Ezequiel Crisol.

--¿Fuiste el bendecido de Crisol?

--No bendecía a nadie, había que demostrarle trabajo y dedicación. A ver… Desde 2008 hasta las últimas elecciones no hubo nadie que se destacara y una ruptura que se generó en la comisión directiva provocó que Ezequiel se canse.

“Crisol me ha dicho, recostado en su cama, que estaba cansado de que casi nadie entendiera su mensaje porque él trabajaba para y por los empleados de comercio.

“Yo le di mi palabra que lo iba a acompañar. Es más, cuando llegué a Bahía Blanca detecté que la propia comisión, puntualmente el secretario de Organización, le hizo una interna a Crisol porque falsificó los padrones y habilitó un sistema para que manejara las altas y las bajas desde su casa. Eso se llama traición”.

--¿Sentís que murió tranquilo?

--Voy a contar una intimidad. El miércoles previo a su muerte sufrió un accidente cerebro vascular (ACV). Estaba en cama, había tenido una amplia mejoría, se expresaba y hasta caminaba. Yo le puse como acompañante a mi esposa porque la quería mucho. El martes previo a su muerte viajé a Buenos Aires, pero antes de partir me agarró la mano en el hospital y me dijo: ‘Necesito que lo veas a Armando Cavallieri porque quiero hablar con él’.

“Yo le había puesto un acompañante terapéutico y a Ezequiel le había gustado esa disposición. Viajé, me reuní con Armando y le pasé el teléfono para que hablara con Crisol. Cavallieri le dijo: ‘Como andás amigo, quedate tranquilo que estás bien cuidado, a fin de año voy a Bahía a visitarte’. Crisol le respondió: ‘Hablá con Aolita para que te explique lo que él hizo conmigo porque quiero que OSECAC haga lo mismo y les cubra a todos los empleados de comercio que están en mi situación.

“Esa noche, a las 3 de la mañana, le agarró el ACV, perdió el habla y apenas abría los ojos, se mantuvo así hasta el sábado, momento en el cual pasó a la eternidad. Cuando volví a Bahía fui derecho a la habitación 215 y, pese a lo mal que estaba, me apretó la mano. Fue la despedida y el mensaje de que siempre me va a acompañar. Ezequiel peleó hasta sus últimas horas de vida por un beneficio para los trabajadores mercantiles”.