Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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“Pacto de silencio” por el dólar

Devaluar no es una opción. Al menos ello se desprende del discurso de los tres principales candidatos presidenciales. Incluso se acusan entre ellos de apostar a un salto cambiario, una vieja fórmula utilizada en la Argentina: fijar un tipo de cambio muy alto para atraer dólares, especialmente a través del mercado de capitales y financiar el arranque de la nueva gestión.

Massa aseguró que el Gobierno devaluará tras las PASO y a Macri lo acusan de propiciar un salto del dólar con su propuesta de salir casi inmediatamente del cepo. Scioli insiste a través de sus economistas con “devaluar sin devaluar”, o sea mejorar el tipo de cambio para ciertos sectores, como las economías regionales, pero con la eliminación de retenciones.

Nadie quiere reconocerlo, pero todos lo saben. Y cuanto más se esfuercen por ignorar el problema, más complicada será la solución. La economía arrastra un formidable atraso cambiario, que obligará al futuro Gobierno a sincerar el verdadero valor del dólar en forma muy rápida.

El nuevo salto del “blue”, más allá del retroceso desde los $ 15 que tocó en la última semana, refleja con claridad estas tensiones. Mientras, la brecha volvió a acomodarse por encima del 50% y esto de por sí ya genera un mayor drenaje de reservas.

El tipo de cambio informal salta por varios motivos: la gran emisión de pesos del Central, la típica incertidumbre preelectoral y la inflación acumulada, que tarde o temprano también debía reflejarse en el tipo de cambio, que es un precio más de la economía.

Para fin de año, muchos advierten que el tipo de cambio llegará a 18/20 pesos. Se basan en que para ese momento la base monetaria dará un fuerte salto producto de los recursos que el BCRA deberá darle al Tesoro para financiar el déficit fiscal, mientras que las reservas brutas con suerte se mantendrán al borde de los 34.000 millones. Esa relación que hoy se ubica en alrededor de $ 15 se proyecta a más de $ 18 para dentro de seis meses.

Pero las miradas están puestas en el dólar oficial, que se sigue atrasando en relación a casi todas las variables. No sólo el tipo de cambio sube hace ya más de un año bastante menos que la inflación, sino que además la moneda argentina es prácticamente la única del mundo que en lo que va del año se revalúa en términos reales contra el dólar.

La pregunta que sigue sin respuesta es cómo el futuro Gobierno encarará este tema acuciante sin caer en una maxidevaluación, que reduce los salarios reales y le da un empujón adicional a la inflación. Pese a la baja, igual este año no bajará del 25%, lo cual es presentado como un gran logro.