Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

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Kicillof pide paciencia hasta enero

Por Pablo Wende

En distintos encuentros con empresarios, Axel Kicillof repite con la vehemencia que lo caracteriza: “Me tienen que esperar hasta enero”. Pero queda como una suerte de enigma, porque el ministro de Economía no le aclaró a nadie a qué se refiere con exactitud.

Se supone que habla de una posible negociación con aquellos que no entraron a los canjes. A partir de enero deja de tener vigencia la famosa cláusula RUFO, y esto podría habilitar una negociación en condiciones más ventajosas o, al menos, sin el peligro de que se caiga la reestructuración por no respetarse las cláusulas de emisión de los títulos.

Sin embargo, no está para nada claro que Kicillof esté dispuesto a negociar con los fondos buitre. En todo caso, sigue repitiendo que les ofrecerá las mismas condiciones que al resto, lo que equivale a un fracaso de las negociaciones antes de que empiecen.

La pregunta a esta altura es si alcanza con prometer, o al menos dejar entrever, que se irá hacia una negociación en tres meses. El gran salto del blue desde que la Argentina incumplió el pago de un bono el 30 de julio fue una verdadera crónica anunciada. La brecha cambiaria se agrandó a más del 90% y lo más grave es que esta falta de dólares ya se siente en las empresas, complicando el proceso productivo.

Comenzar una negociación en enero, y que podría llevar varios meses, no permitiría que durante 2015 la Argentina recupere financiamiento externo. La caída del precio de la soja, que ya cotiza por debajo de 350 dólares, no hace más que agravar el pronóstico de corto plazo, ya que se perderían cerca de 8.000 millones de dólares en la cosecha del año próximo.

En todo caso, lo que puede dar vuelta al menos parcialmente el pésimo momento es, justamente, la esperanza de renovación política el año que viene. La principal explicación para que los precios de acciones y bonos argentinos que cotizan en Nueva York se mantenga sostenido a pesar del default y de la altísima presión cambiaria es que cambia el signo político y termina el ciclo kirchnerista.

Por eso, tal vez el pedido del ministro para que lo “aguanten” algunos meses más a pesar del fracaso rotundo de su gestión no tenga demasiado que ver con las medidas que se vayan a adoptar. Es posible que a medida que avance 2015 se revierta la salida de capitales ante la esperanza de un gobierno menos confrontativo. Que en pocos meses comience la cuenta regresiva del kirchnerismo posiblemente se transforme en el mejor aliado del gobierno y lo que le permita llegar a diciembre de 2015.