Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

Un lugar donde el pasado se puede contemplar en cada paso que damos

La población de Saldungaray es típicamente rural, aunque emergen en ella nuevas construcciones que sobresalen a simple vista de sus tradicionales casonas del tiempo pasado.

La singular belleza y la evidencia de su historia a cada paso hacen que Saldungaray sea un sitio muy especial para recorrer y visitar.

Encierra tesoros tales como obras de inestimable valor como las del arquitecto Francisco Salamone, hoy valoradas más que nunca, las que se complementan con el Centro de Interpretación

El impecable mantenimiento de sus calles, plazas y jardines son pautas que los turistas comentan. Su rica historia es apreciada mediante guiadas o bien observando el Fortín Pavón, entre otros.

Está ubicada en el valle interserrano del cordón de Ventania y Pillahuincó.

Recorriendo la ruta de acceso, desde el paraje Frapal, intersección de la ruta provincial 51 con la provincial 72, hacia Saldungaray (30 km de distancia a la población) las vistas panorámicas que ofrece el trayecto son de una especial belleza.

Allí la naturaleza brinda a los sentidos un festival de colores y aromas muy singulares, entre ellos la vista del cerro Tres Picos, que curiosamente se muestra con cuatro picos.

El río Sauce Grande corre encajonado entre paredones de piedra, aumentando aún más sus pintorescas postales.

Es el paso obligado para aquellos que deseen recorrer los 120 kilómetros que separan las sierras del mar.

El circuito Mar y Sierras es así de corto: todo el recorrido se realiza sobre la cinta asfáltica por la ruta provincial 72 en dirección a Coronel Dorrego, culminando en Monte Hermoso.

Alojarse en Saldungaray o Sierra de la Ventana y decidir pasar una jornada en el mar es una decisión muy común, o viceversa. La distancia es pequeña y permite con comodidad contemplar los dos paisajes.

Un sitio con historia

Su historia real nació muchos años antes de su fundación ya que un Fortín le otorgó su esperanza de ser, cuando aún grupos de indígenas merodeaban el lugar.

En su comienzo se instaló una posta, cuya ubicación y condiciones le permitió convertirse de a poco en fortín, que estaba asentado sobre uno de los altos paredones que formaba el río Sauce Grande, lugar estratégico por su vista, que permitía advertir la presencia de los indios de manera inmediata. Fue visitado durante la Campaña al Desierto por Juan Manuel de Rozas tomando el nombre de Fortín Pavón en 1863, manteniéndose en actividad hasta 1877.

La propiedad de estas tierras correspondía en aquel momento a Walter José Colbold y Guillermo Corrales, antes que las adquiriera su fundador.

Ya en 1879, al norte de donde se hallaba el fortín y a un kilómetro de la localidad hoy se comenzó a formar el asentamiento de los primeros pobladores, figurando en los mapas de la época como Población de Corrales.

Pedro Saldungaray compró en 1879 una amplia porción de tierra de 2.670 hectáreas en ese lugar donde se instaló con su familia.

Prácticamente al finalizar el siglo, su hijo Santiago pensó en la posibilidad de fundar el pueblo, un predio con forma de triángulo en el extremo sur de su propiedad.

Para ello tramitó en la Provincia la inscripción de las tierras y realizó un trazado especificando la designación de terrenos para la plaza, la escuela, la iglesia y otras edificaciones públicas.

El Fortín Pavón, todo un emblema del pueblo

La propiedad de estas tierras (Fortín Pavón) correspondía en aquel momento a Walter José Colbold y Guillermo Corrales, antes que las adquiriera su fundador. Ya en 1879, al norte de donde se hallaba el fortín, a un kilómetro de la localidad, se comenzó a formar el asentamiento de los primeros pobladores, figurando en los mapas de la época como Población de Corrales.

Pedro Saldungaray compró en 1879 una porción de tierra de 2.670 hectáreas en ese lugar donde se instaló con su familia. Al finalizar el siglo, su hijo Santiago pensó en la posibilidad de fundar el pueblo y para ello tramitó en la Provincia la inscripción de las tierras y realizó un trazado especificando la designación de terrenos para la plaza, la escuela, la iglesia y otras edificaciones públicas. El 29 de agosto de 1900 fundó la localidad. En 1901, se instalaron un almacén de ramos generales y el hotel. Dos años más tarde, en julio de 1903, quedó habilitado al servicio público, el ramal de ferrocarril Olavarría-Pringles-Bahía Blanca, cuya parada se denominó Cuatro Picos durante su construcción y al finalizar se la denominó Sierra de la Ventana. En 1912, ante una queja de Correos y Telégrafos por la confusión creada, solicitó el cambio de nombres de las estaciones, trocando la estación Sauce Grande en Sierra de la Ventana y cambiando el nombre de Sierra de la Ventana por el de Saldungaray, como actualmente se denomina.

En agosto de 1904 se efectuó el remate de predios y muy despacio el incipiente pueblo fue mostrando una fisonomía organizada.

La construcción de la Iglesia comenzó en 1905 y la escuela empezó a funcionar en 1906.