Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

El museo FerroWhite, un sitio donde se puede echar una mirada al pasado de nuestro medio

Cuántas cosas seguimos añorando del pasado de Bahía Blanca y su área de influencia. Lo importante es que no todo se perdió, y en este sitio se puede volver a encontrar lo que se recuperó.

Entre la interesante riqueza que ofrece la ciudad en materia de museos, ninguna tan particular, atractiva y singular como la de FerroWhite.

Se trata, un museo taller dedicado a contar (y vivir) la historia del ferrocarril en nuestra ciudad.

Y se logra no sólo a partir de la exhibición de su muy valiosa colección de elementos que pertenecieran a las tres empresas inglesas que operaron en la ciudad, sino también de la constante participación de muchos ex trabajadores de las mismas.

Todos ellos, sin lugar a dudas, siempre dispuestos a compartir sus vivencias e historias.

“Es un lugar en el que las cosas, además de ser exhibidas, se fabrican”, señalan los responsables del lugar.

Por eso entre las propuestas del lugar se cuenta la de generar herramientas y útiles, con la idea de ampliar la comprensión del presente y la perspectiva del futuro, a partir de conocer objetos y documentos del pasado, pero también “en el cuerpo a cuerpo”, con la experiencia vital de quienes fueron hacedores de esa historia, según se ha expresado.

El museo posee más de 5 mil piezas del ferrocarril y del puerto.

Elementos, todos ellos, que fueron recuperados por un grupo de ferroviarios durante la época de las privatizaciones, en la década del 90, antes de que cayeran en otras manos que, lamentablemente, no supieron darle el valor correspondiente.

Ese fue el punto de partida para comprender como estaban organizados aquellos talleres.

También, cuáles eran las herramientas utilizadas, como era el orden y los conflictos de la sociedad de las distintas épocas en que este medio de transporte fue vital para el desarrollo del país.

La idea del museo es básicamente, además de contar un pasado, generar relaciones, “una amalgama inestable entre palabras, imágenes, cuerpos y cosas que busca configurar, aún de manera modesta, nuevas formas de entender y practicar la vida común”, expresan los allegados.

El lugar

El museo se ubica en un valioso predio donde operara, entre 1932 y 1980, la ex usina eléctrica General San Martín, conocida por todos como El Castillo, por su particular arquitectura neomedieval.

En ese espacio –que es propiedad de la municipalidad-- ocupa el que fuera el ex taller de mantenimiento de la empresa eléctrica.

Suma, además, la denominada Casa del Espía –donde se pueden degustar ricas tortas cada fin de semana—y donde se halla la posibilidad de mirar una parte de la ría.

Está en el sitio donde, en la década del 30, el entonces intendente municipal Agustín de Arrieta planteó construir una atractiva rambla con piscinas y un bulevar que permitía a los bahienses y habitantes de la zona tomar contacto con el mar.

En el lugar funciona, también, un quiosco obrero, donde los visitantes, ocasionales o no, pueden adquirir libros publicados por gente del museo.

Entre otras obras habrán de encontrar las tituladas: “Los talleres invisibles, una historia de los talleres ferroviarios del Bahía Blanca Noroeste”, “El castillo de la energía, una historia de la usina” y “Los ferrocarriles en Bahía Blanca”, entre otros.

Este año ha comenzado la recuperación de parte del mencionado Castillos, precisamente para ser usado para actividades del taller, con la ilusión de seguir avanzando en la puesta en valor de ese emblemático edificio.