Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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Se acerca Chile y sufre Bauza

Pese a contar en la Selección con una de las delanteras más temidas, eficaces y calificadas del mundo, por estos días el técnico Edgardo Bauza no debe dormir tan tranquilo.

Y no porque desconfíe de su idea futbolística, de la planificación estratégica a emplear en el próximo partido de Eliminatorias Sudamericanas frente a Chile o de la capacidad y las condiciones de los futbolistas citados para esta ocasión. Su preocupación pasa por otro costado: el encuentro se disputará en la cancha de River, donde nunca ganó como entrenador.

Parece un detalle apenas anecdótico, pero el adverso dato estadístico sin dudas influye en la cabeza del Patón. No solo por capricho el orientador rosarino intentó hasta último momento mudar a La Bombonera el choque con los trasandinos. “Es un escenario que presiona mucho. Lo hablé con los jugadores y es un lugar que les gusta”, declaró apenas se supo que el equipo nacional volvería a Buenos Aires luego de las últimas presentaciones en el interior del país.

Desde su entorno argumentaron que en Boca se puede percibir un mayor clima y lograr una presión psicológica en los rivales por la cercanía del público con el campo de juego. Incluso Armando Pérez, el presidente de la Comisión Normalizadora de la AFA, se apuró en confirmar a fines del año pasado que el cotejo se desarrollaría allí.

La apreciación del dirigente, con el tiempo, se transformó en otra de las muchas consideraciones inoportunas e equivocadas dentro de la crisis institucional más grande de la historia del fútbol argentino. A mitad de enero, en el edificio de la calle Viamonte terminaron fijando al estadio de River como sede del compromiso a llevarse a cabo el venidero jueves 23.

La resistencia de Bauza se explica en números que lo inquietan. En sus visitas como orientador de Rosario Central, Vélez, Colón, Liga de Quito, San Lorenzo y San Pablo no festejó en ninguno de los nueve enfrentamientos que presenció sentado en el banco de suplentes del Antonio Vespucio Liberti. Igualó en cuatro oportunidades y cayó en las cinco restantes.

El DT tendrá necesariamente que abstraerse a esa negativa racha personal y no transmitirles inseguridad a sus dirigidos. En River, en Boca o donde sea, la disposición mental por el triunfo no tendría por qué alterarse. De lo contrario, podría pagarse caro.

Después de recuperar la confianza con la categórica victoria 3-0 sobre Colombia, en San Juan, el seleccionado albiceleste encarará este mes la recta final hacia la clasificación para la cita ecuménica de 2018 y el partido con Chile asoma como determinante para acrecentar las posibilidades de asegurar el preciado boleto.

Con Lionel Messi, Paulo Dybala, Gonzalo Higuaín y Angel Di María a pleno en sus respectivos clubes de Europa, más la capacidad individual del resto de los convocados, la cancha no debería transformarse en un factor que perturbe las convicciones. Especialmente jugando como local.