Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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Monseñor Aguer: “Aquí hubo un show de compras”

Un crudo análisis de la realidad que vivió la sociedad argentina durante los últimos años nos muestra, otra vez, “tropezando con la misma piedra”.

"En la Argentina hubo un show de compras", señaló esta semana el arzobispo de La Plata, Monseñor Rubén Aguer, despegándose de la aprobación facilista del Papa Francisco hacia la gestión kirchnerista durante 2003-2015. En esta línea criticó el “despropósito del consumismo” y advirtió que" “va a doler terriblemente la abstinencia de las compras”. En esta línea, definió al consumismo como aquel comportamiento que las personas tienen al “comprar lo que no se necesita, con la plata que no se tiene. Y esto es lo que ocurrió en los últimos años en la Argentina”, dijo.

“El problema es que hemos adquirido el hábito del consumismo. Nos va a doler terriblemente la abstinencia de las compras, el cuidar la energía tratando de no dejar luces innecesariamente encendidas y tantas otras cosas que tenemos que moderar porque los bolsillos no nos dan”, añadió.

En ese marco, señaló que “la solución no son los planes, no son los subsidios, sino que la cuestión de un trabajo genuino tiene que ver con un país que funciona plenamente y no con un Estado que se mete en todo y se acostumbra a la autofagia, a comerse a sí mismo sacando plata a todas sus instituciones y dándole a la maquinita de imprimir papeles que cada vez valen menos”.

“Cuando se rompen los platos siempre hay que preguntar quién los paga, y ¿quién los paga? Lamentablemente siempre los pagan más los más pobres”, alertó.

Aguer sostuvo que en Argentina “hay platos que se rompieron, muchos platos rotos que vamos a tener que pagar todos -más los pobres, insisto- porque nos hemos acostumbrado mal. ¿Cómo se recomponen todas estas cosas? No se recomponen fácilmente. Cada tantos años la Argentina tiene estos problemas; los llamamos crisis, que se repiten periódicamente sin que aprendamos”.

La plática del arzobispo fue una fotografia de un Estado parasitario y populista, que terminó perjudicando como siempre a los más pobres.