Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

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Pronósticos de paridad

Frente a una agenda marcadamente dispersa, la Gobernación bonaerense continúa con su monótono andar cotidiano, propio del ritmo que impone la coyuntura electoral. Desde los laboratorios de calle 6 afirman que, en la categoría presidencial, el esquema opositor con el que más se profundiza la disputa del oficialismo del Frente para la Victoria es, sin duda, el armado de Cambiemos.

Guardianes del sciolismo puro evalúan encuestas que otorgan cierta “confianza” para la verdadera elección del 25 de octubre en favor del gobernador y candidato presidencial Daniel Scioli. Esas mediciones permiten bajar algún nivel de incertidumbre ante presagios de paridad.

Detrás del cortinado gubernamental admiten que el mes de agosto, hasta ahora, fue “el peor de todos” para Scioli en términos de microclima político. Como material de lectura positiva los reconforta suponer que Mauricio Macri, “no logró capitalizar electoralmente” potenciales votantes, pese a la enorme cantidad de afectados por las inundaciones en el mapa bonaerense ni el eco de las críticas opositoras sobre el proceso electoral en tierras tucumanas.

En el caso puntual de la provincia, se cree que el jefe de Gabinete de CFK, Aníbal Fernández, deberá concretar un esfuerzo extra para contener todos los votos que el FpV obtuvo en la interna del 9 de agosto; es decir, también los de Julián Domínguez. Además, deberá unificar posiciones y voluntades de sectores peronistas en pos de que el oficialismo pueda conservar la estratégica gobernación bonaerense.

En las diagonales creen que “es más adversario Felipe Solá –el massista no tiene techo potencial de crecimiento en la provincia- que la macrista María Eugenia Vidal”, aun cuando la candidata de Cambiemos asegura ser “una alternativa muy distinta” a los otros postulantes.

“No nos compremos el cuento de Heidi”, interpretó el exgobernador Solá, ahora enrolado en las filas del Frente Renovador frente a una supuesta estrategia del Pro de hacer pasar a su candidata como una persona “bondadosa”, en lugar de mostrar “a alguien que sabe” de los problemas bonaerenses.

Aníbal Fernández “blanqueó” conversaciones con Scioli -en caso de que ambos sean electos- en un esquema de “compensación” financiera para la Provincia, una incertidumbre central que afrontó el actual gobernador durante sus casi ocho años en La Plata. No pocos apuntan a la falta de una mejor redistribución de los impuestos que administra la Nación y que vienen siendo retaceados en la coparticipación al Estado bonaerense.

Para la estructura del FpV bonaerense la clave está en las denominadas “ciudades grandes”, como La Plata, Bahía Blanca y Mar del Plata, donde el electorado no acompañó al oficialismo K.

“Hay que profundizar el trabajo y dar debate en el interior. Las obras de infraestructura y las transformaciones sociales que impulsó el Gobierno nacional en conjunto con la Provincia y los intendentes se tienen que militar”. La intención es romper el virtual escenario de paridad o derrota frente a los “amarillos” de Cambiemos.

En público o en privado, Scioli se viene reuniendo con el heterogéneo armado municipal oficialista del FpV para “bajar línea” con los lineamientos de este nuevo tramo de campaña y un trabajo de planificación que, en el caso que se imponga en las elecciones presidenciales, comprende los ejes de infraestructura, obras hidráulicas, vivienda, salud, educación y la prevención en seguridad ciudadana en la provincia.

Por pedido de Scioli, hasta el vice Gabriel Mariotto comenzó a trabajar en una “ingeniería electoral específica para cada distrito”, con la finalidad de trazar estrategias para recuperar la porción de votos del PJ que se inclinó por otras alternativas en las PASO. Ejemplo, “los peronistas que se fueron con Massa pensando que se iban a un espacio de renovación”.