Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

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El dólar y una vieja historia repetida para la economía argentina

El “gusto” por un valor bajo para la divisa estadounidense es algo tan viejo como nuestro país. Sin embargo, los ajustes y consecuencias a futuro suelen ser bastante traumáticas en la mayoría de los casos.
El dólar y una vieja historia repetida para la economía argentina. Economía y finanzas. La Nueva. Bahía Blanca

Francisco Rinaldi

frinaldi@lanueva.com

La quietud del dólar de los últimos días parece parte de una película ya repetida. Y el final no es precisamente feliz: los ciclos bajistas para la divisa estadounidense, en un entorno inflacionario, se combinan con devaluaciones posteriores que generan mayor inflación a posteriori, con consecuencias muy negativas para la sociedad.

Ayer, con una cotización de 15,86 pesos por cada dólar, de acuerdo con datos del BCRA, el aumento de precios parece ganarle por varios cuerpos a la divisa estadounidense.

De hecho, la suba del dólar entre el último día hábil de enero de este año e igual lapso de diciembre pasado fue del 0,39%, muy por debajo de la inflación mensual del INDEC (1,3%) y todavía más abajo de la que midió el Gobierno de la Ciudad en Buenos Aires (1,9%).

Sin embargo, el lado positivo de este fenómeno -que los economistas bautizaron como atraso cambiario-es que al ceder las presiones inflacionarias, mejora el poder de compra de los salarios y, a la postre, aumenta el consumo y se reactiva la economía.

En parte, influenciados por este recurrente episidio de la historia económica de la Argentina, dos economistas, Martín Rapetti y Pablo Gerchunoff, hablaron de la existencia de un Conflicto Distributivo Estructural: el dólar que necesitan ciertas actividades para desarrollarse y generar, vía exportaciones, divisas. es incompatible con el que los consumidores están dispuestos a tolerar.

Si los recientes episodios de nuestra economía son -o no- parte de este histórico conflicto, corresponderá evaluarlo a los propios autores de esta hipótesis.

Por ello, contactamos en forma telefónica a uno de los autores, a Rapetti, investigador asociado del Centro de Estudios Economía y Sociedad (Cedes) y director de la Maestría en Economía de la Universidad de Buenos Aires.

Los tramos salientes, a continuación:

--¿Estamos en presencia del Conflicto Distributivo que tanto Usted como Gerchunoff postularon?

--En realidad, lo que postualamos es bastante más amplio.

"Sin embargo, es absolutamente cierto que la baja del dólar en relación a los precios (N. de R: fenómeno conocido como apreciación real del peso), tiene un efecto balsámico, porque con un dólar quieto, o un dólar que baja, las presiones inflacionarias se mantienen alejadas.

"Esta calma del dólar debería en algún momento facilitar que los precios suban menos, y con con mayor poder de compra por la mejoría de los salarios reales, subiendo el nivel de producción y el empleo, algo que, si bien de forma incipiente, se está empezando a ver .

"Así, se genera un equilibrio social donde la inflación empieza a bajar, sube el poder de compra de los salarios, y la gente está contenta. Y eso, en un año electoral, es importante.

"En Argentina hay un gran gusto por el dólar bajo, lo que origina problemas en el nivel de actividad en algún momento del tiempo, revirtiendo el ciclo alcista inicial, lo que se suele corregir con una gran devaluación, algo para nada nuevo a lo largo de nuestra historia.

"De hecho, yo creo que el Conflicto Distributivo Estructural aparece como consecuencia de la llamada trampa de los ingresos medios: llegado a un determinado nivel de ingreso por habitante, las sociedades se democratizan más, demandan cada vez mayores demandas distributivas, resisten más la pérdida de ingresos reales, y, por ende, la suba del dólar, y eso, en el tiempo, genera problemas para el desarrollo de ciertas actividades estacando, como corolario, el crecimiento de la economía.

--O sea que si el dólar permanece quieto demasiado tiempo...

--...si esto dura mucho tiempo me parece que no es positivo, porque, como le mencioné antes, se perjudicará a muchas actividades que dependen de un dólar más caro.

"Es bueno para una economía que el dólar no se atrase, porque favorece a un conjunto de sectores que dependen positivamente de que el dólar esté alto, y que cuando esas actividades crecen, le va bien al país.

"Son sectores relacionados con los bienes transables, es decir, que dependen del tipo de cambio, como las industriales, el turismo, los servicios de software, videogames, la producción de contenidos o enlatatados para televisión o servicios, y las vinculadas al sector primario que están encadenadas a otros sectores".

--Entonces, si las consecuencias del atraso cambiario no son las mejores ¿cómo se corrige?

--Estamos en una situación compliacada, porque decir que el dólar está atrasado no quiere decir que haya que subirlo.

"Es que en ese caso, se aceleran los precios, se deteriora el salario real, y se cae brutalmente el poder de compra y la economía, como pasó el año anterior.

"Es decir, emerge nuevamente la dinámica del Conflicto Estructural al que nos referimos, pero esta vez, se revierte".

--Me imagino que no debe ser una situación privativa de nuestro país, ¿qué pasa en otras economías con este inconveniente?

--Bueno, precisamente, el tema en otros países el pass-through (N. de R: el pasaje a precios de la devaluación) es bajo porque tienen entornos inflacionarios bajos, cosa que no ocurrió en nuestro país tras el cambio de gobierno.

"Otra cuestión tiene que ver con las subas permanentes o transitorias del dólar y como las percibe la gente, porque las segundas obviamente impactan en mucho menos medida sobre la inflación, entre otras cuestiones".

--Conclusión archiconocida, hay que bajar la inflación,cosa que desvela al BCRA. Ahora, enfocados solo en la cuestión monetaria, el resultado es la recesión...

--No estoy de acuerdo. Con mucho respeto por las autoridades del Central, con quienes tengo una muy buena relación con muchos de ellos, la política monetaria (N de R: el control de la cantidad de dinero como mecanismo de resolución de la inflación) tiene un impacto muy acotado sobre los precios.

"El mecanismo de acción es indirecto: la autoridad monetaria sube la tasa de interés, son más atractivos los activos en pesos, baja el dólar y se acota la presión alcista sobre los precios.

"Por eso, me molesta mucho de algunos colegas que se entusiasman demasiado con la política monetaria como herramienta antiinflacionaria.

"Sólo un dólar calmo retrae las expectativas de la inflación, porque en una economía con tan poca intermediación financiera, es decir, con tan poca gente que es cliente de un banco, la tasa de interés tiene muy poca injerencia sobre el gasto agregado, quiero decir, la suba de tasa no hará que la gente demande menos bienes y servicios sencillamente porque no muchos argentinos tienen acceso al crédito ni tienen tarjetas.

"No es como en EE.UU. cuando el mínimo movimiento de la tasa afecta a toda la cadena de gastos y pagos de la economía, acá le pega a un sector muy menor".

--¿Y qué generó la fuerte recesión del año pasado?

--La devaluación y el pass-through. Y si a eso le sumamos la suba de las tarifas, la abrupta acelaración inflacionaria, se cayó muchísimo el salario real, el consumo y la economía en general.

--Deduzco entonces que no está muy de acuerdo con la fijación de metas de inflación....

--No. Creo que no era necesario meterse en un plan tan ambicioso de desinflación, no tendrían que haberse fijado metas tan ambiciosas, no van a llegar al 17% para este año y eso es un problema.

"Es que si se fuerza a la autoridad monetaria a hacer todo lo posible para tener quieto al dólar, hay actividades que son muy intensivas en mano de obra que van a terminar sufriendo, y que, a largo plazo, deberían formar parte de un plan de desarrollo que nos permita abandonar nuestro mal desempeño económico reciente.

"Es cierto, como le dije antes, que toda acción antiinflacionaria exitosa va a necesitar de un dólar con una cierta estabilidad, alejado de las oscilaciones fuertes, pero creo que eso debería hacerse lo menos posible, con sumo cuidado.

"Y esto porque la corrección puede ser brutal y aún cuando no lo sea, el efecto negativo sobre la economía en algún momento se va a sentir".

--Muchos colegas suyos critican fuertemente al Gobierno por postergar el ajuste fiscal, exigiendo un rápido recorte de gastos públicos, ya que sólo de esa forma se podrá reactivar la economía ¿qué opina?

--La respuesta tiene varias aristas.

"Hagamos un ejercicio teórico: como primer punto, olvidemenos por un segundo de las cuestiones éticas y morales: es cierto que el Estado es muy grande y hay que achicarlo.

"Ahora, volvamos a incorporar esas restricciones morales: si se eso se hace de forma abrupta, los más vulnerables lo van a pasar mal y eso es algo que no podemos permitir. Y hasta terminaría siendo negativo en el largo plazo, porque aumenta la conflicitividad social, por lo cual, el remedio elegido sería altamente perjudicial.

"Además, ¡el gobierno quiere ganar las elecciones! y ¿quién puede acusarlo de eso? ¿en qué país los políticos no quieren ser reelectos?

"Por eso, me parece un delirante aquel que piensa que se puede achicar fuerte el déficit y que eso va a ser expansivo. No hay un ejemplo que puede mostrar que un ajuste de cuatro o cinco puntos del PBI puede ser expansivo".