Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

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Blanqueo de capitales: lo que hay que saber

La iniciativa que impulsa el Gobierno entra en vigencia hoy. Cuáles son los aspectos centrales de la medida.
Para Etman, primero deberían establecerse reglas claras.

Francisco Rinaldi

frinaldi@lanueva.com

Mauricio Macri lo apuesta todo por el segundo semestre. Necesita reactivar la alicaída economía argentina, lo que acrecentaría sus chances de ganar la elección de medio término. Y una de sus herramientas privilegiadas es la ley de Sinceramiento Fiscal y Reparación Histórica a los jubilados, más conocida como “blanqueo de capitales”.

La iniciativa del macrismo arranca hoy, y podrá adherirse a la misma hasta el 31 de marzo del año que viene.

Con indicadores económicos que no permiten avizorar una pronta recuperación, desde el oficialismo mantienen su optimismo y aseguran que el blanqueo ayudará a mejorarlos.

Pero para el tributarista bahiense Gustavo Etman, vicedecano del departamento de Ciencias de la Administración de la UNS y docente de grado y posgrado de esa Casa de Altos Estudios, el blanqueo, si bien interesante y justificado por el fin que persigue (recaudar fondos para pagar a los jubilados), vuelve a repetir un viejo error: no ofrecer al contribuyente un sistema tributario menos agresivo, que brinde reglas estables y claras y que invite a la bancarización, un paso crucial -e indispensable- para atacar a los elevados niveles de informalidad.

Los tramos salientes del diálogo con el especialista, se reproducen a continuación.

--¿De qué se trata el famoso blanqueo de capitales?

--Es una ley ómnibus cuya primera justificación es el destino del impuesto a recaudar, que es el reconocimiento a muchos jubilados que hicieron juicios por actualización de haberes.

“La norma consta de una primera parte de sinceramiento o anmistía fiscal (el blanqueo) para incentivar a la exteriorización de bienes, como inmuebles o sumas de dinero en moneda local o extranjera, que estén afuera del sistema, tanto en el país como en el exterior. En este último caso, no existe la obligación de repatriar los bienes. La segunda es una moratoria o un plan pagos con condonación parcial o total de intereses y sanciones”.

--Un ejemplo concreto: familia con dólares en caja de seguridad ¿cómo sería el procedimiento?

--De acuerdo con lo que surge de la ley, esa suma de dinero tiene que ingresar al sistema bancario y permanecer en el mismo seis meses como mínimo o hasta el 31 de marzo de 2017.

"En ese lapso, el contribuyente no puede sacar el dinero, salvo que lo destine a la adquisición de un bien inmueble o mueble registrable, al pago del impuesto especial o a la suscripción de bonos o cuotas de FCI para evitar el ingreso.

“Dependiendo del monto de dinero, deberá pagar un impuesto especial, que dependerá del valor de los bienes que se exterioricen (ver cuadro aparte).

--¿Cuál es su impresión con respecto a la misma?

--En primer lugar, todo lo que tiene que ver con blanqueos es muy polémico desde el punto de vista tributario. Haciendo esta aclaración, me parece una idea interesante y apropiada por el fin que persigue, que es pagarle a los jubilados.

“Sin embargo, me parece que se está repitiendo un viejo error, que tiene que ver con cual es el sistema tributario que se ofrecerá al contribuyente. Por eso, me parece que se arrancó al revés: le piden a la gente que reingrese sus bienes al sistema, pero no se dan garantías de que se darán reglas de juego estables”.

--¿Entonces?

--En lugar de lanzar un blanqueo, el gobierno debería definir, antes que nada, cual es el modelo de país que quiere y que sistema tributario acompañará al mismo, porque los impuestos excluyen a la gente de los bancos, ya que, además del impuesto al cheque, las provincias cobran percepciones y retenciones en cuentas bancarias, que encarecen el movimiento bancario de los contribuyentes.

“Por eso, me parece que se debería escuchar más a aquellos que hace bastante tiempo estudiaron la posibilidad de un nuevo sistema tributario para nuestro país, como por ejemplo, las propuestas del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la CABA y la Asociación Argentina de Estudios Fiscales, que en estos días difundirá la suya, en homenaje al Bicentenario de la Declaración de la Independencia”.

--Y es claro que en eso, no hay demasiados avances....

--Por ahora, el gobierno dice que lo va a estudiar. Pero no sea cuestión de que un contribuyente se incorpore a un blanqueo y después le cambien las reglas del juego. Por eso, insisto con la necesidad de reformar el sistema, ya que hay propuestas muy buenas, generadas por entidades y académicos de renombre, a los que convendría consultar.

--¿Qué pasaría si un contribuyente desistiera de ingresar?

--La historia indica que quienes ingresan a los blanqueos lo hacen por dos causas: por un lado, cuantifican el riesgo de no entrar, y por el otro, por la mayor o menor simpatía con el gobierno de turno.

“Con respecto a la primer cuestión, trascendió días atrás que la AFIP estaría estudiando la figura del 'soplón fiscal', por medio de la cual, un empleado, una expareja o lo que fuera, que conociese el verdadero estado patrimonial del contribuyente, podría denunciarlo si insiste en esconder sus bienes. Esta figura, polémica por cierto, ya existe en EE.UU., donde dependiendo del monto, el soplón puede quedarse con hasta el 30% de lo que debe pagar el incumplidor.

“Además, hay una normativa de transparencia internacional, a la que adhirieron varios países, de forma que las sumas dinerarias acumuladas en jurisdicciones extrañas, es decir, países diferentes a los de origen del contribuyente, deberán informar acerca de su situación.

“Estas acciones complementarias de la AFIP aumentan el riesgo de no ingresar, con lo cual, seguramente, harán que más de uno evite esta opción.

“Incluso, sin necesidad de estas acciones, para las empresas, mejorará notablemente su eficiencia, porque manejarse con estructuras no declaradas les genera un sobrecosto, relacionados con el riesgo de esconder, de evadir: muchas veces, cuando se evalúa seriamente ese costo, conviene pagar en lugar de seguir “en negro”.

--Pero ¿qué pasa con los que cumplieron siempre?

--Bueno ese es el aspecto polémico de los blanqueos. En este caso, si bien hay beneficios para ellos, yo creo que sentirán sabor a poco.

--¿Qué ocurrirá con el día después, es decir, una vez exteriorizados los bienes y pagado el impuesto especial si corresponde?

--Estarán sujeto a los impuestos patrimoniales, como Bienes Personales.

--¿Y con los impuestos provinciales, como Ingresos Brutos?

--Bueno, otra vez el problema al que me referí antes: en lugar de ofrecer primero reglas claras, el gobierno se inclinó por el blanqueo. Y eso genera varios grises, porque si bien la Provincia de Buenos Aires adhirió a la iniciativa, aún no hay nada firmado.

“Y acá se abren varios frentes, porque las provincias no tienen grandes incentivos para entrar al mismo, ya que esto es una ecuación de ingreso cero para sus administraciones, porque el impuesto del blanqueo no es coparticipable. Entonces ¿van a adherir? ¿van a pedir alguna compensación a la administración central? Y si deciden, al final, no acompañar, eso va a ser un gran escollo para la meta del blanqueo.

“Seguramente, habrán negociaciones muy intensas, porque si el Estado recauda por el impuesto que pagan los que exteriorizan entre 5.000 y 10.000 millones de dólares, la cifra no es para nada despreciable, pese a que la meta del gobierno no pasa tanto por apuntalar los ingresos fiscales, sino por reingresar más gente al sistema y reactivar la economía”.