Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

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Aseguran que el empresario Lázaro Báez compró facturas truchas de firmas bahienses

El sindicalista de la AFIP, Luis Serra, dijo que la degradación de la oficina local en 2012 tiene que ver con este tema. El titular del organismo, Ricardo Echegaray, dará una conferencia de prensa.
Aseguran que el empresario Lázaro Báez compró facturas truchas de firmas bahienses. El país. La Nueva. Bahía Blanca

Diarios La Nación y La Nueva y LU2 Radio Bahía Blanca.

Austral Construcciones, la nave insignia de Lázaro Báez, el empresario preferido de Cristina Kirchner, utilizó facturas truchas por decenas de millones de pesos emitidas por al menos tres grupos de empresas bahienses.

Así surge de registros contables, declaraciones tributarias, cheques y recibos cuyas copias obtuvo el diario La Nación.

La facturación falsa le permitió a Báez reducir los impuestos que pagó durante los últimos años a la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), que concentró sus investigaciones sobre las empresas emisoras de esas facturas apócrifas, pero no sobre los libros contables de Austral Construcciones.

El descubrimiento de la multimillonaria evasión tributaria sacudió la regional de la AFIP bahiense.

Es que según el periodista de La Nación, Hugo Alconada Mon, mientras avanzaban con la investigación, el titular del organismo, Ricardo Echegaray, emitió la disposición 299/12 que la redujo la seccional al rango de "agencia", bajo el control de Mar del Plata. Y cuatro días después desplazó a las autoridades locales y desarticuló su área de Fiscalización.

Fuentes de la AFIP local consultadas ayer por La Nueva., relativizaron el vínculo entre la investigación y fiscalización de las usinas de facturas truchas que usaba Báez con la degradación de la oficina bahiense de recaudación.

La operatoria

La facturación apócrifa que benefició a Báez se apoyó en por lo menos tres conjuntos de compañías bahienses: Calvento, de Silvio Ficcadenti, el Grupo Penta y Cía., y Terrafari, por un monto irregular de al menos $ 50 millones.

El segundo pelotón de facturas truchas corresponde a una empresa real, pero que facturó servicios jamás prestados o que infló sus verdaderas prestaciones. Se trata de la Constructora Patagónica Argentina SA, de Ferreyra.

Consultado por el mismo diario porteño, uno de los dueños de la Constructora Patagónica, Antonio Ferreyra, primero negó todo problema fiscal. Luego, ante las repreguntas específicas corrigió sus dichos y admitió problemas tributarios, aunque responsabilizó al Grupo Penta,

"Empezamos a ver irregularidades y les bloqueamos los pagos hasta aclarar la situación", dijo Ferreyra. También defendió su facturación a Austral. "Báez nos tiene demorados pagos, pero no por problemas con nuestras facturas".

A estos grupos de empresas de los Ferreyra y Silvio Ficcadenti se sumó un tercer emisor, Iberoamericana de Servicios SA, de la familia Pedraza, originaria de Bahía Blanca, aunque luego se trasladaron a Santa Cruz.

La trama de Iberoamericana incluye también a un conocido personaje local, Juan Ignacio Suris, quien emitió facturas truchas para esa empresa y desde enero pasado se encuentra detenido por narcotráfico, mientras que también afronta acusaciones por presunta evasión y lavado.