Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

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Brasil: la "pacificación" de favelas de Río traslada la violencia hacia la periferia

"La milicia se enfrenta al mismo tiempo contra el narcotráfico y la legislación", dijo el secretario de Defensa Civil y Orden Público.
Foto: archivo-LaNueva.

   La llamada "pacificación" de las favelas de Río de Janeiro que eran controladas por bandas de narcotraficantes ha elevado la violencia en la periferia de esta ciudad brasileña, hacia donde se han trasladado los pistoleros expulsados de las barriadas pobres, admiten algunas autoridades.

   La "pacificación", como es conocida la política del gobierno regional de Río de Janeiro de ocupar e instalar puestos permanentes de policía en favelas que eran dominadas por bandas criminales, consiguió reducir los índices de criminalidad en las barriadas pobres pero elevó los registrados en las periferias.

   Así lo denunció a Efe Luiz Antunes, secretario de Defensa Civil y Orden Público de Nova Iguaçú, uno de los municipios de la región metropolitana de Río de Janeiro que integra la empobrecida y extensa área periférica conocida como Baixada Fluminense.

   "La violencia ha invadido la Baixada Fluminense", afirmó Antunes, un agente de la Policía Civil con 30 años de experiencia y para quien "la falta de jueces y la escasez de recursos policiales en la región generan impunidad entre los criminales".

   El secretario evitó mencionar el nombre de los grupos armados que desembarcaron recientemente a la zona aunque detalló que "los criminales llegan aquí y buscan a menores con familias frágiles para llevar a cabo sus operaciones".

   Tras su expulsión de las favelas con la instalación desde 2008 de las llamadas Unidades de Policía Pacificadora (UPP), las facciones de narcotraficantes se enfrentan por el control de los territorios periféricos para mantener las redes de venta de droga.

   Estos grupos criminales también se enfrentan a las milicias ilegales formadas por civiles armados que operan en varias zonas de la periferia para compensar la escasez de efectivos policiales.

   "La milicia se enfrenta al mismo tiempo contra el narcotráfico y la legislación", dijo Antunes.

   Los indicadores de criminalidad del Instituto de Seguridad Pública de la gobernación de Río de Janeiro avalan las palabras de Antunes y demuestran que la delincuencia creció en la periferia desde que el proceso de pacificación de las favelas comenzó hace seis años.

   La policía de Nova Iguaçú hizo entre enero y mayo de este año 341 incautaciones de drogas y encontró 14 cadáveres, mientras que en el mismo periodo de 2008 hizo 85 decomisos y halló 7 cuerpos. (EFE)