Yurii Diudin: Ucrania no tiene paz por culpa de Rusia

Redacción de La Nueva.

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Agencia Buenos Aires

Lejos de reducir el número de sus tropas regulares, Rusia mantiene más de 8.000 soldados en territorio ucraniano. Así lo sostuvo el embajador de ese país en Buenos Aires, Yurii Diudin, quien advirtió que ningún cambio legislativo llevará la paz a las regiones de Donbás si allí permanecen tropas y armas, y si no se imponen controles efectivos sobre la frontera para impedir el flujo de mercenarios y terroristas que llegan enviados por Moscú.

--¿Se cumplen los acuerdos sobre el arreglo pacífico del conflicto bélico en la región de Donbás?

--A casi un año de la aprobación del conjunto de medidas para los acuerdos de Minsk, la situación en Donbás es muy frágil y está lejos de la paz y la seguridad. Del 15 al 17 de enero, los rebeldes, apoyados por Rusia, bombardearon más de 120 veces posiciones militares y objetivos civiles ucranianos. En flagrante violación de los acuerdos de Minsk, utilizaron morteros de grandes calibres, de hasta 120 milímetros, lanzagranadas, sistemas antiaéreos y vehículos blindados que ya debían haberse retirados. El colmo de esas violaciones fue el pasado 16, cuando los rebeldes atacaron, y destruyeron parcialmente, un auto de los observadores civiles de la Misión Especial de Monitoreo de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE).

--¿Moscú no acata acuerdos?

--A diferencia de Ucrania, que ha cumplido la mayoría de sus obligaciones, Rusia continúa menospreciando sus compromisos asumidos en los acuerdos de Minsk. La retórica pacifista de los voceros del Kremlin contradice claramente a los hechos: Moscú suministra armamentos pesados a las regiones del conflicto, financia a los mercenarios y provoca enfrentamientos bélicos. Rusia no ha sacado sus tropas regulares de Ucrania (más de 8.000 efectivos, según cálculos occidentales), no ha estimulado el desarme de las milicias y jamás ha condenado sus ataques terroristas. Las fuerzas especiales rusas continúan operando en Ucrania y entrenando a los rebeldes. También siguen llegando los llamados “convoys humanitarios” a regiones ocupadas sin ningún tipo de control por parte del Estado ucraniano. A los observadores de la OSCE se les niega el acceso a la frontera ruso-ucraniana y a muchos lugares controlados por los pro-rusos.

--Pero Moscú se niega a reconocer que es parte del conflicto.

--Sigue presentando demandas inaceptables, en particular sobre negociaciones con los terroristas y su legalización. Toda la responsabilidad por la escalada de violencia y la falta de paz y seguridad la tiene Rusia, que no muestra la voluntad política para un arreglo pacífico real.

--Según los acuerdos de Minsk, Ucrania también debe hacer algunas reformas constitucionales.

--El arreglo político del conflicto sólo es posible cuando sean creadas las condiciones de seguridad adecuadas. Ningún cambio legislativo llevará la paz a las regiones de Donbás si allí quedan tropas y armas rusas, si continúan los tiroteos y cañoneos, y si no hay control efectivo sobre la frontera para impedir el flujo de mercenarios y terroristas del territorio ruso.

--¿Los acuerdos prevén elecciones locales en estas regiones?

--Sí, pero estas elecciones deben realizarse en estricta conformidad con la legislación ucraniana, con la participación de todas las fuerzas políticas del país y los medios, y bajo una rigurosa observación internacional. No vemos que estén dadas las garantías para eso. Las elecciones, bajo la mira de fusiles automáticos y con el peligro de vida para observadores de la OSCE, serían una farsa muy distante de la democracia.

--¿Algunos países europeos piensan mitigar las sanciones económicas contra Moscú?

--Las sanciones, tanto políticas como económicas, impuestas por causa de la atctitud agresiva de Rusia en Ucrania y la anexión ilegal de Crimea, afectan seriamente la economía del país agresor. No vemos ninguna razón para aflojarlas cuando Moscú no cumple ninguno de sus compromisos. Hablar del levantamiento de sanciones es peligroso. Moscú lo tomaría como una debilidad del mundo democrático. Agradecemos a nuestros socios europeos por haber tomado la decisión de prolongar las sanciones por seis meses más, pues la presión política y económica sobre Rusia es de extrema importancia para devolver al Kremlin al cauce jurídico internacional.