Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

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Un escritor del pago chico

Guillermo Martínez cumplió 52 años de edad ganando la primera edición del Premio Hispanoamericano de Cuentos Gabriel García Márquez por su libro de relatos Una felicidad repulsiva, el cual recibió el pasado viernes 21, en Bogotá, de manos del presidente de Colombia, Juan Manuel Santos.

Martínez tenía 22 años de edad y no estaba en sus planes publicar libros cuando dejó nuestra ciudad, luego de haber terminado sus estudios de Licenciatura en Matemática en la Universidad Nacional del Sur para completar su doctorado en Buenos Aires y Oxford. Tiempo después (1989) publicaba su primer libro, Infierno grande, merecedor del Premio del Fondo Nacional de las Artes.

Fue el inicio de una carrera inesperada, que si bien no le permitió en principio vivir de la literatura, lo impulsó a seguir escribiendo cuentos, animarse a la novela y disfrutar con sus ensayos. En estas horas, el bahiense ganó el concurso en memoria de Gabriel García Márquez, seleccionado entre 125 libros presentados por escritores de 17 países.

El jurado señaló que en Una felicidad repulsiva se destacan “la unidad, la solidez y el equilibrio” como características de su prosa, así como el dominio vigoroso del género. “Este libro refleja una mirada peculiar en la que el absurdo, el horror, lo fantástico y lo extraño que arranca de lo cotidiano son tratados con absoluta maestría”, detalló.

Martínez se consolida como uno de los grandes escritores argentinos de los últimos tiempos y un motivo de orgullo para una ciudad que fue cuna de autores como Eduardo Mallea y lugar de residencia de Ezequiel Martínez Estrada y Roberto J. Payró, dando cuenta de un patrimonio cultural de relevancia.

Martínez refirió que su gusto por la literatura nació en su hogar, a partir de un padre estaba convencido de lo favorable y positivo de frecuentar los libros.

“El nos inspiró a mí y a mis hermanos el amor por la escritura. Fue un gran lector, muy perseverante, y escribió cuentos que nunca publicó”, recordó Martínez.

Contó además un detalle no menor de su infancia: “Para asegurarse de que no escapáramos de la literatura, se negó a comprarnos un televisor durante nuestra infancia”.

En tiempos en que, a la hora de buscar referentes de la cultura, se eligen personajes de la farándula y el deporte, acaso sea sano prestar atención a alguien que se ha convertido en uno de los literatos más importantes de los últimos tiempos, criado en estas calles y alejado de ciertas modas.