Música: 100% Lucía Tacchetti

Redacción de La Nueva.

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Por Anahí González / agonzalez@lanueva.com

Espontánea,alegre, en la sutil compañía del ukelele y con sus propias canciones y una voz muy protagónica, a poco más de un año de su debut ya logró conquistar el circuito under porteño y hasta fue invitada por Edu (Schmidt), integrante original de Arbol a tocar en vivo junto a él en el Teatro de la Cooperación.

"No podía creer estar ahí", cuenta la cantante y compositora quien, hasta su adolescencia, cantaba solo cuando se quedaba a solas en su casa del barrio La Falda.

"Esperaba a que se fueran mis papás, cerraba todas las persianas y recién ahí tocaba el piano --instrumento que estudió de chica en el Conservatorio local-- y cantaba", dice.

Hasta que un día, al terminar la secundaria, se animó y cantó al piano, de espaldas, el tema Bedshaped, de Keane.

"No me importaba que fueran mis amigas. Igual estaba muerta de miedo. Cuando me di vuelta y vi que lloraban, me di cuenta de que algo se generaba. Había algo", cuenta.

Aun así no se la creyó. Hasta que en un viaje al norte --en 2012--, tomó coraje y cantó Zombie --de Cramberries-- en un fogón. Hubo gente que salió de la carpa para ver quién cantaba. Al otro día, muchos preguntaban por ella.

Entonces empezó a pensar, ¿por qué no? Así llegó su primera fecha en el espacio La Hamaca de nuestra ciudad.

"Tenía tanta vergüenza que no le dije a nadie. Fueron mis amigas, mis papás y algunas personas más. Canté todas las canciones mirando al piso", se divierte ahora.

De ahí surgió otra fecha en la Capital adonde había llegado para buscar empleo como diseñadora de indumentaria y la grata sorpresa de empezar a recibir cada vez más invitaciones.

"Desde entonces --agosto de 2013-- no paré. No hay un mes en que no me presente por lo menos dos veces en algún lado", dice.

Para ello fue primordial la llegada del ukelele a su vida.

"Pensar que lo compré para despuntar el vicio porque no me alcanzaba el dinero para una guitarra y tenía todos los instrumentos en Bahía", comenta.

Respecto a su faceta como compositora, se dio de modo lúdico. Había escrito algo inspirada en un amor fugaz y se le ocurrió ponerle música. Y nació una canción. Y luego un puñado más.

Así, la chica que se negaba a mostrar lo que hacía hasta en un informal karaoke se convirtió en la artista que hoy encamina su carrera profesional con entusiasmo y alegría.

Su talento fue apreciado por Estudio Urbano, que la seleccionó --y luego preseleccionó entre cinco-- en un concurso en que los artistas se postulan para grabar un disco sin costo.

También fue convocada por el canal Joy Weekend. Grabó dos videos, uno junto a un guitarrista colombiano, que recibió en unos pocos meses más de 87 mil reproducciones.

Un debut prometedor.