Bahía Blanca | Sabado, 27 de abril

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Ser testigo de una gradual transformación

Vecinos de barrio. En su último libro, Liza Porcelli Piussi recorre los escenarios de su infancia en la ciudad. Tres chicos y un pichicho son los protagonistas de una historia que tiene mucha tela para cortar.

Si te parás de frente en la esquina de 19 de Mayo y San Salvador y mirás hacia Rodríguez, vas a ver una cortada. Chata, pocos árboles. Casi nada de autos. Ahí creció Godoy, la última novela de Liza Porcelli Piussi. Y ahí creció ella.

El paisaje era distinto al que puede verse ahora. Por ejemplo, el canal Maldonado no había sido entubado y corría libre sobre Urquiza. El almacén frente a la plazoleta de Florencio Sánchez abastecía a los vecinos. Una o dos veces por semana llegaba a la cortada la verdulería ambulante: una camioneta que estacionaba y abría las puertas de su caja plateada a la espera de los clientes.

Los personajes principales de la novela, Nino, Bianca y Rómulo, son actuales, son “de ahora”; pero el barrio, la Escuela Nº 7 a la que Liza iba caminando, la cortada y sus rutinas perduran intactas en su imaginación y le sirvieron de marco para crear un mundo ficcional.

Nino, Bianca y Rómulo se conocían, se habían visto muchas veces, pero no se animaban a acercarse.

--¿Por qué, Liza?

--Es que no es tan fácil como los padres piensan cuando te dicen “andá, andá, hacete amigo”. Uno necesita que algo pase, algo que sirva de excusa para acercarse. En mi época, allá por los 80, anunciábamos que éramos “colegas” y nos dábamos la mano cada vez que el destino nos mostraba que el hijo de la amiga de mamá tenía “increíblemente” las mismas zapatillas que nosotros o se iba a Monte Hermoso en la misma quincena. Y ese “ser colegas” era el permiso, era la válvula que se abría para que la amistad entrara. A Bianca, Nino y Rómulo nos les alcanzaba con vivir en la misma cortada para hablarse; y quizá hubieran seguido solo espiándose y por mucho más tiempo de no haber sido que algo pasó.

--¿Y qué pasó?

--Pasó "Godoy".

--¿"Godoy"?

--Sí, un perro que llegó a la cortada cuando recién empezaban las vacaciones de invierno. Y aunque todos estaban en sus casas para recibirlo, nadie lo esperaba. Claro que entonces "Godoy" no se llamaba "Godoy". En aquellos días, él era solo un perro de la calle. Sin casa ni nombre.

--¿Y los chicos?

--La llegada del pichicho va a enfrentar a cada chico por separado con el deseo de adoptarlo. Y al mismo tiempo los enfrentará con la prohibición de quedárselo que les transmiten sus padres. Es así que un perro vagabundo los lleva a hablarse, y un deseo y una prohibición los igualan. Pronto los tres se dan cuenta de que “en la cortada no manda nadie”, que nadie puede prohibirles “tenerlo” en la calle. Y en esa empresa no tan fácil se embarcan estos tres.

--¿Por qué no tan fácil?

--Porque sabemos que un perro no se puede partir, pero ¿sabríamos cómo compartirlo cuando apenas nos estamos conociendo? Los chicos aprenden sobre la marcha, y a medida que lo hacen, los vecinos abren sus puertas...

--¿Y si abrimos el libro?

--Junto a Bianca, Nino y Rómulo, conoceremos los distintos personajes que dan vida a esa cortada: los motoqueros, la peluquera que abrió su local en el garaje de su casa, su hijo coiffeur que usará la pileta de la peluquería para bañar al perro; las mellizas estiradas que pasean a su gato “Fucsia” con correa; el verdulero ambulante con su camioneta “La Quinta del Ñato” y su nieta, ambos nativos; Diógenes, el cartonero-chatarrero y “la bruja” que va al almacén en túnica y, aunque las mujeres la miran de reojo, más de una la ha ido a consultar para que le lea el Tarot. Los prejuicios del barrio son muchos, los chicos los tienen, claro, pero los desandan a medida que crece la amistad entre ellos, a medida que cada vecino muestra lo suyo en relación al perro: el nuevo vecino de la cortada.

***

Liza cree que la historia de estos chicos y su perro tiene mucha tela para cortar, que transitando sus páginas se va de lo grupal, “de lo que viven y lo que les pasa cuando los cuatro están juntos”, hacia lo singular: la realidad psicológica y el devenir familiar de cada uno.

--¿Qué será de Godoy?

--Del único del que no conocemos el pasado es de Godoy. Porque él es puro presente. Él empieza una nueva vida junto a estos chicos. Y esa vida se irá contando en varios tomos de esta novela. Godoy. La cortada es solo el primero.