Bahía Blanca | Miércoles, 24 de abril

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No estuvo muerto quien peleó

Pablo Saldías Kloster fue el herido más grave de la masacre. Hoy la puede contar.
No estuvo muerto quien peleó. Domingo. La Nueva. Bahía Blanca

“Junior” le acertó 3 balazos a Pablo Saldías Kloster: uno en la zona del corazón, otro debajo de la tetilla derecha y el último cerca del riñón izquierdo.

Ese día se iba a sentar con su amigo Federico Ponce, uno de los que murió en el tiroteo.

“Sabía que le había pegado a Fede porque lo escuché quejarse al lado mío. Gritaba y gritaba. Pero no me acuerdo el momento en el que no gritó más”, dice.

“Pablo estaba arriba de Federico –cuenta el preceptor Juan Pablo González- y cuando lo toco me doy cuenta de que tenía pulso; poco, pero tenía. Y lo pude reanimar.”

Estuvo a punto de no contarla, Pablo; incluso, algunos medios lo dieron por muerto.

“Escuché que alguien dijo ‘¡Este está vivo, este está vivo!’”, recuerda.

—¡Sálvenme, por favor! -–gritó en la ambulancia.

—Quedate tranquilo que sos muy fuerte. Aguantá, aguantá, aguantá…

El cirujano Oscar Lozano Gutiérrez lo atendió en el hospital Ecay de Patagones.

“Entré en el quirófano y vi un chiquito con una palidez cadavérica –dice el médico-. Era un loquero, una cosa terrible, un caos”.

—No me dejes morir… --le rogó Pablo.

“Fue el impacto emocional más terrible de mi larga carrera”, asegura el cirujano.

La primera operación duró unas 4 horas. Y como en Patagones no había terapia intensiva, tuvieron que trasladarlo a Viedma dándole oxígeno con una bolsa.

“En un momento sentí que lo perdía –dice Claudia, la mamá de Pablo-. En las radios decían ‘Ya está el cuarto muerto' y el que pedía pista era el mío.”

Tras 15 días Pablo finalmente despertó en el hospital, vio a Claudia y dijo:

—¡Ay, mamá! Pasó algo que no lo vas a poder creer...

“No puede ser un día más”

—El 28 de septiembre no puede ser un día más –cree Pablo-. Es una fecha muy importante como para pasarla de largo y taparla con otras cosas.

Ahora con 25 años, vive en Bahía Blanca, vende ropa en un negocio y se recibió de visitador médico.

Mira el techo un rato. Y dice:

—Es algo que no pasó nunca en este país. Fue tremendo, y va a seguir siendo tremendo toda la vida. Me gustaría que quede una marca. Si no quieren hacer un feriado, está todo bien. Pero tiene que haber algo: un acto, un minuto de silencio… algo para que los chicos de todas las escuelas sepan.

Mirá el especial multimedia sobre los 10 años de la masacre de Patagones.