Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

Gonzalo Iglesias, el uruguayo que viene a Bahía Basket con una particular historia

Empezó a jugar recién a los 16 años, cuando tuvo el alta médica, producto de una cardiopatía. A los 23 años, y con sus 2m03, se ilusiona con seguir desarrollándose.
Fotos: @hundilacom, Prensa FIBA Américas y Archivo La Nueva.

Por Fernando Rodríguez / ferodriguez@lanueva.com   

   “Yo corría como cualquier gurí -relata entusiasmado- y hacía deportes recreativos, no me importaba. Pero cada vez que iba al médico me decía que no podía darme la ficha médica para competir oficialmente”.

Mirá también: "Tengo mentalidad ganadora", dijo Luciano Parodi

   Gonzalo Iglesias, fanático de Aguada, le contó a La Nueva. que nació con una cardiopatía. A raíz de esa patología se retrasó su debut oficial.

   “Nací en una cancha de básquet, aunque no me permitían jugar, hasta que, a los 16 años, un reconocido cardiólogo consideró que podía habilitarme, sin dejar de hacerme los estudios, de por vida, cada 6 meses”, contó.

Mirá también: Bahía Basket cerró a los uruguayos Parodi e Iglesias

   Desde entonces, no hubo exigencia que lo limitara.

   “Si algún día los números se elevan tendré que dejar, pero siempre me dieron bien”, aseguró.

   Con este antecedente, Gonzalo tuvo que empezar bien de abajo.

   “Mi primer equipo fueron los Cadetes B, los malos, je. Al año siguiente subí a Juveniles y así empecé a escalar”, comentó.

   La llegada del técnico -y reconocido ex base- Marcelo Capalbo, lo potenció.

   “Él me subió a Primera. A partir de ahí fue una carrera contra el tiempo, porque pesaba 80 kilos y me hacían volar cuando chocaba. Tuve que meterme a dormir en un gimnasio”, reconoció.

   Hoy pesa 100 kilos y mide 2m03.

   —¿Qué podés aportar al juego?

   —Soy un jugador bastante ágil; puedo correr la cancha. Este año he mejorado un poco el tiro de 3 puntos. Necesito tiempo y espacio para tirar. Pero la temporada pasada tuve 45%. Después, puedo rebotear y jugar para los compañeros. Por un tema de kilos no puedo jugar de espalda, sí dar un par de piques para atraer defensas y pasarla.

   —¿Con qué intención firmaste con Bahía Basket?

   —Al firmar por 3 años me genera confianza. Ojalá pueda adaptarme enseguida, poder empezar a jugar y demostrar. Aunque no me quita el sueño jugar mucho. Voy a laburar 100% y a intentar mejorar. Sé que ahí me van a transformar un poco más. No puedo pretender ir a la Argentina y jugar 20 minutos. Quiero asentarme y elevar el nivel de juego.

   —Venís a una Liga que ya conocés.

   —Creo que la primera vez (en la 2014-15 en Ciclista de Junín) no estaba tan maduro ni asentado en una cancha de básquet. Si bien había tenido minutos, era más tiempo de juvenil y para darle descanso al extranjero. Este año, en cambio, me tocó estar desde un lugar diferente y vivir cosas importantes, como la Liga de las Américas y jugar la final de Uruguay. Me pude asentar un poco más, logré mayor confianza. Por eso lo tomo como una segunda oportunidad. Esa vez llegué antes de los playoffs y el técnico (Julián Pagura) me aclaró que era para probarme. Y lo entendí.

   —Con Facundo Corvalán ya jugaste y el otro, como Nano Parodi es uruguayo. ¿Te da tranquilidad?

   —Sí. Y quedé con muy buenos lazos con todos lo compañeros de Ciclista. Eso es lo lindo. Es una experiencia divina poder volver a la Argentina. Es otro nivel, mucho más rápido, con diferentes físicos. Y Nano es mi amigo. Es una tranquilidad, más que nada por la adaptación y por los momentos en los que puedo sentirme solo. Aunque sé que voy a estar muy bien en Bahía.

   —¿Sabés bien dónde venís?

   —¡Sí! Cuando me enteré que me buscaban de Bahía y empecé a interiorizarme de quienes estaban no lo podía creer. Porque todo jugador quiere jugar en la NBA o Europa, y que estos monstruos te enseñen es aferrarte a un sueño.

   —¿El sueño de jugar en la Selección continúa estando en vos?

   —Sí, seguro. Me cortaron en Venezuela (previo al Sudamericano) cuando fue Batista. Yo era el más joven. Pero ya volvieron a citarme y voy a pelear por un puesto. Este año no hay vuelta atrás.