Bahía Blanca | Sabado, 20 de abril

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Argentina se quedó sin final y festejó Venezuela, con un técnico bahiense

Al margen de la clasificación de ambos para los Juegos Olímpicos, anoche la última alegría del torneo quedó para el equipo de Néstor García: 76 a 71.
Dejó el alma, una vez más, el Chapu Nocioni. No alcanzó para vencer a Venezuela. Segundo puesto argentino.

La final, el honor y la fría estadística estaba en juego anoche, en el último partido que contuvo el Preolímpico de México y fue Venezuela el que se llevó el premio final del Preolímpico.

Para los bahienses significó un juego especial, porque en los bancos se sentaron dos técnicos de nuestra ciudad: Sergio Hernández y Néstor García. Quedará lógicamente en la historia.

Las secuelas del desgaste físico y emocional que tuvieron los dos equipos el viernes, quedó evidenciado en el pobre partido que jugaron, con altibajos y cargado de imprecisiones.

Argentina tuvo su pico de rendimiento en el mismo inicio, arrancando 11-0, con una muy buena defensa y mucho más metido en juego que los venezolanos, para cerrar el primer cuarto 20-13.

De todos modos, la Selección no pudo mantener el ritmo y perdió el segundo cuarto 17-8.

Y Venezuela extendió su momento, estampando un parcial de 26-8, sacando 6.

Otra vez a remar desde atrás, con muchas menos respuestas que en otras noches.

Con muchísimo esfuerzo, empezando a controlar más el perímetro y forzando el juego interior, la Selección pasó al frente y cerró el tercer cuarto 52-49.

Faltaban los últimos 10 minutos. Y el juego estuvo abierto para cualquier hasta el final.Con 16 segundos, se cayó Safar y Vargas facturó: 73-69. Campazzo respondió (73-71), José Vargas fue a la línea hizo 1-2 (74-71) y Laprovíttola alcanzó a tirar de tres, forzado. No entró. Era la última chance.

Sergio Hernández

Villa Mitre, el diario y papá...

Sergio Hernández, el flaquito de frondosa cabellera tuvo el atrevimiento de dirigir a Villa Mitre con sólo 20 años. Hizo base en Bahiense del Norte y con 27 años se metió en la Liga. Jugó por la permanencia; también llegó a ser campeón. Las puertas de la Selección se le abrieron. Eso sí, tuvo crisis. Y su papá, Agustín, quién otro sino, le abrió los ojos.

-¿Cómo andás?

-Y... Acá ando: la profesión de entrenador es inestable, todos los días tenés que rendir examen; no sé cuánto voy a poder vivir sin mi familia. Estoy pensando en dedicarme a otra cosa. No sé qué hacer; poner un negocio o dirigir cinco años más y después ver.

-¿Cuántos años tenés?

-Cuarenta.

-Sergio, ¿qué imagen mía recordás de cada mañana cuando yo tenía tu edad?

-Mientras yo tomaba la leche para ir al colegio, vos estabas con el mate al lado de la cocina y leyendo “La Nueva Provincia”.

-¿Sabés qué estaba pensando todos los días a la mañana? Lo mismo que vos ahora. ¿Y sabés cuánto daría yo para volver a esa rutina que odiaba? La vida. Ahora tengo 70 años, soy jubilado, no tengo nada que hacer y el tiempo se me hace largo. Pensalo.

Oveja lo pensó. Y siguió. Hoy disfruta, aún lejos de Villa Mitre, ya sin el pelo y con muchas menos dudas.

Néstor García

Entrenador de acá y de allá

Como buen curioso que siempre fue, a Néstor García de alguna manera lo adoptó Héctor “Japonés” Santini y andaba a su lado intentando dirigir las divisiones menores de Olimpo.

Mientras, crecía como jugador, llegando a integrar la selección bahiense en el Provincial de Cadetes de 1980 en Pergamino. Estuvo jugando en el aurinegro hasta los 20 años y pasó los últimos dos en Independiente. La pasión por la dirección técnica que se le despertó a los 14, era más fuerte.

El Che hizo amistad con el puertorriqueño Julio Toro Díaz cuando este vino a Olimpo y, con 22 años, decidió seguirle los pasos.

Se fue a la Isla y con 24, demostrando su precocidad, ya estaba al frente de los Gigantes de Carolina.

A los 25 debutó en la Liga con Estudiantes y a los 29 fue campeón con Peñarol.

Estratega, motivador, ocurrente, audaz, así se mostró siempre. Y eligió hacer carrera fronteras afuera. Dirigió Uruguay, Puerto Rico y Venezuela, donde quedará, después de este torneo, entre los grandes de la historia.

“Tuvimos 80 días de preparación, con el entrenador haciéndonos creer que se podía”, destacó el jugador Néstor Colmenares.

El perfil de este bahiense que, a pesar de todo, aún sigue siendo hincha de Olimpo.

Completó el podio

Canadá le amargó la última noche al local México: 87-86

Todo mal. "Hicieron creer que Sergio (Valdeolmillos) y yo estábamos peleados. Y la verdad es que nos dieron unas patadas en las nalgas a los dos", graficó Gustavo Ayón, figura de México, tras la derrota ante Canadá, 87-86.