Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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Julio Chávez, “un maestro” de la televisión y el teatro

El experimentado actor brilla cada miércoles en la pantalla de Canal 7 en la piel de un profesor de danza. Lo acompañan magistralmente Inés Estévez y Juan Leyrado.
Un elenco que da que hablar, todos los miércoles por la pantalla del Trece, TNT y ahora, en versión completa en Flow.

Julio Chávez protagoniza El Maestro, la nueva miniserie de 12 capítulos que puede verse los miércoles por la pantalla de El Trece, TNT y ya está disponible en su totalidad en la plataforma Flow, donde brilla en la piel de un docente de danza y afirma que envidia a los bailarines, "porque cuando el cuerpo manda, no es tan fácil rumiar mentalmente".

La flamante historia que se articula el universo del ballet con la cotidianidad de los personajes está escrita por los dramaturgos Romina Paula y Gonzalo Demaría, con dirección de Daniel Barone, junto a un elenco potente con Inés Estevez, Juan Leyrado y la bella Carla Quevedo.

Chávez durante la charla con Télam se mostró apasionado por el estreno del envío y también por la excelente temporada de Un rato con él, la comedia donde comparte el escenario de El Nacional con Adrián Suar, también dirigido por Barone.

--El cuidado en la preparación de los personajes es una cualidad ya inevitable para usted…

--Voy a hacer un descargo sobre nosotros los actores: muchos trabajan y se ocupan de los roles ¿Estamos tan mal? Por ejemplo, es como que un plomero vaya a una casa y le digan: ‘La verdad, debemos felicitarlo por el esmero puesto en la cañería’. Para esta serie, dos semanas después de haber cenado con Adrián (Suar) donde me habló de la propuesta, hablé con Ricky (Pashkus), coreógrafo y mi hermano del alma para ver cómo podía prepararme. Soy un hombre grande, ya sé que si el proyecto no se concreta, por ahí me estuve preparando al pedo, pero al mismo tiempo sabía que si no comenzaba pronto a entrenarme, no llegaría a tiempo. Decido hacerlo porque ¿Cómo se agradece sino lo que la vida te da? El riesgo también es parte de un gusto.

--¿Cómo opera el riesgo en la actuación?

--Tomar un riesgo es un atributo de autonomía y un regalo, implica tomar conciencia de la dificultad y hacer algo con ella. Para El Maestro, como soy un hombre de 61 años necesité despertar el cuerpo a esta actividad: aunque mi ejército no está dormido, no tenía preparación para esa disciplina, del mismo modo que cuando filmé Un oso rojo (dirigida por Adrián Caetano) me puse a practicar boxeo, ya que el personaje pedía estar en contacto con una actividad así.

--¿Cuál era su relación con la danza clásica hasta el programa?

--Nunca había tenido un vínculo. Pertenezco a una generación de actores que tenían un estatuto de obligaciones en cuanto a la formación: clown con tal especialista, entrenar danza contemporánea con Freddy Romero, etc...pero clásico nunca había hecho. En ese sentido, tengo un alumno interno que se pone contento cuando le presentan un maestro. El vínculo docente-alumno es entrañable; para mí resulta más constitutivo que el de un padre hacia los hijos, es más potente a nivel de límites, admiración, la rigurosidad y el enamoramiento.En el aprendizaje hay un hecho de seducción y todo esto se jugará en la ficción.

--Usted es un maestro buscado por los actores...

--Sí. Colaboro con la formación de actores, porque entiendo al proceso como un acto de autonomía donde operan grandes colaboradores, pero en el colegio, por ejemplo, sigue existiendo una cuestión: si no prestás atención, el tema no funciona, porque la capacidad de atender no te la puedo regalar. ¿Sentís gusto por meterte en una escena de Shakespeare y en el problema que conlleva? Si empezás a sentir ese placer, entonces considero que estás en mi espacio y puedo contagiarte algo de lo que creo. La admiración no implica la transmisión de algo importante.

-- ¿Tomó algo de sus clases de baile para componer al maestro?

--Sí. Una frase que me dijo Candal al empezar a entrenar fue: ‘Hay algo muy importante relacionado con la proyección, es preciso enseñar al bailarín a proyectar hacia la fila 20, porque a partir de esa hilera se sientan quienes pagan la entrada. Me pareció extraordinario y lo metí rápidamente en el programa. Cuando te preparás para cierto rol, te llenás el bolso de cosas y esperás el momento mejor para usarlas.