Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

El escritor bahiense Luis Sagasti analizó su última novela

El disparador del libro fue el cura que se perdió atado a 1.000 globos.

En el libro Bellas artes, el escritor bahiense Luis Sagasti teje un entramado de personajes reales con biografías relacionadas a partir de sucesos que oscilan entre lo ficticio y lo verídico, un relato que puede leerse tanto como novela, serie de cuentos o ensayo.

El disparador del libro "fue el caso del cura de los globos que se mandó a mudar al cielo en busca de un record para recaudar fondos y, curiosamente, a los pocos días se perdió un globo aerostático con forma de chancho gigante lanzado por la banda Pink Floyd", cuenta el autor.

Esa sorpresiva relación "me dio lugar a crear una ficción y a reflexionar sobre algunas ideas que tengo acerca de la creatividad y los límites del lenguaje –dispara el autor–. Como en una obra de Jackson Pollock, donde se puede ver el mecanismo con el cual fue hecha la pintura: la manera en que está escrito el libro es la manera en que está concebido."

Publicado por Eterna Cadencia, Bellas artes propone un escenario de biografías -Joseph Beuys, Kurt Vonnegut, Antoine De Saint Exupery, Jürgen Habermas, Matsuo Basho, Ludwig Wittgenstein, Barón Biza, Amelia Earhart, Sun Ra, Yuri Gagarin, Glenn Miller- que van conectándose a partir de hechos significativos en la vida y obra de los personajes, hasta constituir un lenguaje de ideas, pero también de imágenes.

"Cuando doy clases me ocurre que si bien sé de qué voy a hablar, no sé cómo lo voy a decir. Suelo irme por las ramas –describe–, algo que intenta ser un poco más divertido para una generación que vive en una suerte de estado de ventanas de Windows que abren; y de alguna manera, esa forma la llevo no sólo a mi narrativa sino también a la forma de percibir las cosas".

Sagasti nació en Bahía Blanca en 1963, es profesor de historia y crítico de arte y también publicó las novelasLos mares de la Luna (2006) y El canon de Leipzig (1999), además de cuentos y ensayos en diversas revistas culturales.

El año pasado obtuvo una beca de la Fundación Apexart Residency Program para una estadía en Nueva York que le permitió finalizar su último libro.

El Bahía, Sagasti es recordado por hacer junto a Mario Ortiz y Miguel Martos el programa humorístico radialMaldición llegó el verano, que se emitía por una FM local. Mirá la videoentrivista que les hizo lanueva.com.

"Nunca me costó encontrar relaciones –afirma–; me resulta más complejo darle forma a un texto, buscar la musicalidad, trabajar ritmos; pero relacionar cosas creo que es un poco patológico en mí. Me interesa relacionar cosas marginales, no los núcleos duros, sino esos elementos que están en la periferia, esas zonas que al resonar con otras generan un vínculo muy rico y muestran otro lado de las cosas", reflexiona.

Y agrega: "Algo central fue trabajar el lenguaje como materia plástica: más que decir cosas, me interesa poner en relación sucesos o elementos, y que de esa relación salga un discurso que no es expresado directamente, sino sugerido para que el lector le dé su forma".

- ¿Cómo fueron elegidos estos personajes tan distintos?

- Vonnegut y Beuys me interesan mucho, me llamó la atención la relación entre la vida de uno y la obra del otro; algunos fueron buscados y otros encontrados sin querer; de alguna manera, todos contaban una misma historia de forma diferente.

- Lo llamativo es que las cosas más asombrosas del libro son reales. Con todo lo demás hay un trabajo sutilmente ficcional: situaciones, aspectos, personajes: después de todo, lo que uno hace es literatura.

- ¿En qué género inscribirías al libro?

- No sabría bajo qué rotulo encajarlo; no me propuse escribir estrictamente un género: salió esto: un intento de llegar con el lenguaje a donde el lenguaje no llega. No en el sentido de la experiencia que no puede ser reducida, sino a los conceptos que andan dando vueltas y que, al menos yo, no tengo palabras para describir. La mejor forma que encontré de hablar sobre los límites del lenguaje, fue escribiendo el libro.

De alguna forma, es el proyecto de leer todo en un punto; es irrisorio pero ese sería el motivo que intento transmitir; hacer un gran haiku de todas estas cosas: todo el transcurso de algo condensado en un instante. (Télam)