Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

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"Parque Lezama": una reunión de buenos amigos

Eduardo Blanco habla de "Parque Lezama" antes de sus presentaciones, hoy y mañana, en el Teatro Municipal. Fabio Luayza / fluayza@lanueva.com
Luis Brandoni y Eduardo Blanco, en la escena de una pieza teatral muy esperada.

Eduardo Blanco no oculta su cansancio. Es que hace seis meses que combina su participación en la tira televisiva Entre caníbales con las exitosas presentaciones de la obra de teatro Parque Lezama (ahora en gira nacional), ambas dirigidas por su amigo Juan José Campanella.

"Una buena noticia para mi cuerpo es que el pasado miércoles finalicé las grabaciones de la serie y ahora voy a poder descansar un poco más", advierte el actor.

Otra buena noticia para él es que la pieza que hoy se presentará en nuestro Teatro Municipal agregó a la función original de las 19.30, otra que irá a las 22.30, para completar mañana también a las 19.30.

"Esto me reconforta porque esta expectativa que existe en Bahía Blanca por nuestra obra, la hemos tenido en otras grandes ciudades del interior. Es un pieza `angelada´, tiene algo mágico, porque si no la gente no se reiría como se ríe y no se emocionaría como lo hace en cada función. Realmente estamos muy felices", aclara.

Y cuenta que mucho tiene que ver en esto su amigo Campanella.

"Trabajar con un amigo siempre tiene algo especial, un plus. La obra es un cuento que nos agrada contar. Tenemos la dicha de haberla estrenado en el año 2013, y desde ese tiempo, todas han sido consecuencias muy gratas. Es una fiesta que vivimos con la gente noche a noche", señala Blanco.

La trama original de I `m not Rappaport, de Herb Gardner, primero enamoró a Campanella como espectador, al verla por primera vez en Estados Unidos en 1984.

Luego vinieron años de trabajo para conseguir los derechos y hacer la adaptación que trasladó la acción del Central Park al entrañable porteño Parque Lezama.

Así se embarcó en el desafío de debutar como director teatral con la adaptación del mayor éxito comercial del dramaturgo estadounidense, convocando a dos artistas que conoce al dedillo: a su actor fetiche, el mismo Blanco (trabajó con él en El hijo de la novia, Luna de Avellaneda, El mismo amor, la misma lluvia y Vientos de agua), y Luis Brandoni (en El hombre de tu vida).

"Juan hizo una adaptación increíble para que yo venga a arruinársela en dos palabras", señala entre risas.

"La mayoría lo conoce como director, pero a la vez es un gran narrador, dialoga maravillosamente entre otras cualidades a la hora de sentarse a escribir. Realizó un trabajo que no se puede explicar con palabras. No parece que fuera una adaptación de una obra extranjera, cualquiera diría que es bien argentina. ¿Cómo lo hace? No tengo ni idea. Es una pregunta que solo él podría develar", indica.

Blanco encarna a un portero de 80 y pico años llamado Edgardo Cardozo y afirma en relación a la historia que sedujo al hacedor del filme Metegol, que "narra una relación que se establece entre dos hombres, que paradójicamente parte de un desencuentro, con el parque como escenario donde ambos tienen sus rutinas".

El personaje de Blanco, con un recorrido vital a cuestas, solo quiere permanecer tranquilo, sin problemas ni cuestionamientos en esta vida, pero el azar -en principio-- lo lleva a conocer a un sujeto capaz de intranquilizarlo.

"Cada uno tiene sus historias, son dos vidas de características muy diferentes, pero que necesariamente se complementan. No hay mensajes entre líneas; no es el propósito, se trata de cuestiones vivenciales con las que el público se identifica".

Con paladar negro

Blanco ríe a través del teléfono al ser preguntado sobre esa química demostrada sobre el escenario con ese actor de mil batallas que es Luis Brandoni.

"Te la voy a contestar con una metáfora futbolística, porque me encanta ese deporte y su folklore. `Beto´y yo somos hinchas de River Plate. A mí me gusta el fútbol vistoso, los tacos, las rabonas, las paredes. Y en el escenario, él es un tipo que puede hacer todas esas cosas, te la devuelve redonda y al pie. Y ambos, además, tenemos ese espíritu amateur, de potrero. Queremos ganar, no de cualquier manera, sino mereciéndolo, disfrutándolo, divirtiéndonos y compartiendo el juego con el público.

"A Juan le gusta eso también, sin metáforas futbolísticas porque a él no lo apasiona, pero sobre el escenario le encanta que tiremos `paredes y rabonas´", acota.

"Hace unos días, Beto fue nombrado Ciudadano Ilustra de la Ciudad de Buenos Aires. Ver el homenaje y el video que se difundió con su obra, resultó muy conmovedor. Su trayectoria es impresionante. Y él ha dicho que Parque Lezama, junto a Made in Lanús y Convivencia, son sus grandes éxitos teatrales", subraya Blanco.