Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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El plan de Kicillof para el futuro

En las últimas semanas arreciaron las especulaciones sobre el futuro del ministro de Economía, Axel Kicillof. Si algo está claro es que su posibilidad de permanencia en algún puesto dependerá de una victoria del FpV en las elecciones. Las miradas, por lo tanto, apuntan a Daniel Scioli y la manera en que termine diseñando su gabinete.

Las “acciones” del ministro parecen estar en alza, aunque su “track record” no es por cierto envidiable. En 2015 se cumplirán cuatro años de estancamiento económico, con una inflación del 25% y una megadevaluación cambiaria. ¿Qué es lo que se puede mostrar Kicillof, entonces? Al menos dentro del kirchnerismo se valora mucho más su retórica que los resultados concretos. El ministro arremete en cada oportunidad que puede contra los fondos buitre y se la pasa criticando a “la derecha” por los planes que tiene en relación a la economía. Pero la realidad es que la industria acumula un año y medio consecutivo de caída y por lo menos desde 2012 que no genera empleo.

Scioli tiene su propio equipo económico actualmente en funciones en la provincia, pero además presenta como sus principales asesores a Mario Blejer y Miguel Bein. Pero no es lo mismo un eventual gobierno sciolista con Kicillof de ministro que con Bein, quien ya hizo conocer sus críticas en relación a temas como el “dólar ahorro” y la política de retenciones sobre las economías regionales. También tiene una postura distinta en relación al manejo de la deuda en default.

No son pocos los que ven en los últimos gestos de Kicillof su preocupación por lo que vendrá. Sucede que la “herencia” podría quedar en manos del propio gobierno. En ese sentido, el objetivo sería desactivar o al menos no seguir engordando lo que desde la UIA dieron por llamar el “plan Bomba”, es decir dejarle a la futura administración un panorama muy complicado para que le exploten todos los problemas ni bien llegue al poder.

Sin embargo, esto podría resultar por demás peligroso no sólo si gana alguien del propio gobierno y sobre todo si se mantiene el actual equipo económico. La señal más clara que dio Kicillof en relación a la moderación que busca para el comportamiento de la economía es su injerencia en las paritarias. Fue él quien estableció el tope de 27%. La vuelta a la política de endeudamiento para evitar que sigan cayendo las reservas es otro de los síntomas de esta conducta.

El ministro sabe que en los próximos meses se juega su futuro. Sin posibilidad de conseguir una reactivación significativa, se conforma con mantener el dólar planchado y la inflación sin sobresaltos, pero está claro que el principal activo pasaría por encaminar una transición ordenada.