Baja el consumo de tabaco. Crece más el sobrepeso
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En la Argentina se redujeron el consumo de tabaco y la exposición al humo, pero aumentaron el sobrepeso, la obesidad y el sedentarismo, factores que inciden en el desarrollo de las afecciones cardiovasculares que se cobran más de 17 millones de vidas al año en todo el mundo.
Una encuesta a nivel oficial reveló que el consumo de tabaco pasó de abarcar el 29,7 por ciento de la población al 27,1 cuatro años después.
Esto representa una baja de prácticamente tres puntos y está relacionada con las políticas del Programa Nacional de Control del Tabaco, que promociona los ambientes libres de humo, coinciden en afirmar funcionarios del área de sanidad.
Ahora bien, ¿por qué bajó el tabaquismo?
En la práctica, porque cambió parte del entorno físico y social, que hace que no se pueda fumar en cualquier lugar.
La exposición al humo de tabaco se redujo del 52 al 40,4 por ciento, especialmente en las provincias donde rigen leyes de ambientes "100 por ciento libres de humo".
Los efectos de la menor exposición al humo de tabaco sobre la posibilidad de desarrollar enfermedades del corazón pueden medirse en el corto plazo.
Según algunos estudios, en la provincia de Santa Fe, al poco tiempo de haberse implementado una ley provincial fuerte en relación a los ambientes sin humo, lograron reducir en un 30 por ciento los infartos.
En cambio, otros estudios revelan que el 53,4 por ciento de la población presenta exceso de peso, el cual está directamente relacionado, en términos estadísticos, con la enfermedad cardiovascular.
La obesidad pasó del 14 por ciento al 18 por ciento en el término de cuatro años, mientras que el sobrepeso se mantuvo en el 36 por ciento.
Se considera "sobrepeso" a un índice de masa corporal de entre 25 y 30, que resulta de dividir el peso en kilogramos por el cuadrado de la altura en metros.
La obesidad tiene que ver también con el incremento del sedentarismo, una de las cuestiones que explican este ascenso, que está ocurriendo no sólo en la Argentina, sino prácticamente en todo el mundo y se debe a cambios que tienen que ver con los entornos físicos y sociales, como el crecimiento del parque automotor y la aparición de nuevas tecnologías.
La encuesta que estamos considerando detectó, además, que la inactividad física se incremento significativamente, al pasar del 46,2 por ciento al 54,9 por ciento en sólo cuatro años.
Respecto de la alimentación, el muestreo indicó que sólo el 4,8 % consume diariamente cinco porciones de frutas y verduras, mientras que el 25,4 % siempre agrega sal a las comidas, lo cual aumenta el riesgo de hipertensión arterial.