Lo condenan a 12 años de prisión por un homicidio
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La pena de 12 años de prisión se le impuso ayer a un sujeto con múltiples antecedentes penales, que fue hallado culpable de matar a golpes a otra persona, en Pedro Luro, en un hecho registrado durante la primera madrugada de 2009.
El fallo fue dictado por el Tribunal en lo Criminal Nº 1 y leído, a mediodía de la víspera, en presencia del detenido, Hugo David Rivero (31).
El sujeto fue considerado autor penalmente responsable del delito de homicidio simple, en los términos del artículo 79 del Código Penal, hecho perpetrado en perjuicio de Miguel Angel Figueroa (46).
De esta manera, los jueces Mario Lindor Burgos, Enrique José Montironi y Hugo Adrián De Rosa, adhirieron al planteo acusatorio formulado por el fiscal Christian Long (aunque no sostuvieron su pedido de pena, de 14 años de cárcel) y, en el mismo sentido, desestimaron la absolución que reclamara el defensor oficial Pablo Radivoy.
Rivero cuenta con un importante prontuario --estaba en libertad condicional al momento del crimen-- y el hecho se produjo luego de que un grupo de personas, entre quienes se encontraban el acusado y la víctima, aparentemente participara de una abundante ingesta alcohólica.
Fue descubierto cuando el propio imputado se presentó en la dependencia policial lurense, para manifestar que había visto a una persona tirada, dentro de la precaria edificación situada en las calles 101 y 32, de Pedro Luro.
Rivero argumentó que había pasado caminando por el lugar y que observó a un individuo con signos de haber sido golpeado en la cabeza, por lo que decidió dar aviso a la policía.
De inmediato se dispuso el envío de efectivos hacia ese lugar, comprobándose que había una persona fallecida, tirada en el piso, boca abajo, con el torso desnudo y que sólo vestía un pantalón vaquero.
Se conocían
Pudo saberse que Figueroa y Rivero se conocían y que desde hacía un tiempo el detenido se había unido a un grupo integrado por cuatro o cinco sujetos, que se reunía en el lugar a beber.
Por otra parte, al presentarse en la comisaría, Rivero tenía algunas lesiones en la cara, supuestamente como resultado de un enfrentamiento.
En una pensión situada a una cuadra del escenario del asesinato, donde el sujeto vivía transitoriamente, se secuestraron un buzo, un equipo de gimnasia, una toalla, un par de zapatillas y un calzoncillo, todos ellos con manchas de sangre, algunas pertenecientes a la víctima.
Además, algunos testigos confirmaron que ambos individuos se habían encontrado esa noche.
El procesado vivió durante muchos años en Carmen de Patagones y había egresado meses antes del hecho del penal de Lisandro Olmos, cercano a La Plata, donde purgó parcialmente una condena por robo.
Hace más de una década, en tanto, fue absuelto por otro crimen, consumado en abril de 1998, en perjuicio de Bernardo Cayún (44), durante una pelea producida en el taller de la víctima, en Carmen de Patagones.