El bambú está revolucionando la industria de los bioplásticos.
De sus fibras de celulosa se obtiene un material resistente, reciclable y biodegradable que podría reemplazar a los plásticos derivados del petróleo en autos y electrodomésticos.
El bambú crece rápido, se regenera sin necesidad de replantarse y no depende de fuentes fósiles.
Esto lo convierte en una materia prima sostenible y renovable ideal para una economía circular.
Científicos chinos desarrollaron un proceso que transforma la celulosa del bambú mediante tratamientos químicos y etanol, obteniendo un material sólido y duro, comparable a los plásticos de ingeniería usados en la industria.
A diferencia de otros bioplásticos, el derivado del bambú tiene una dureza similar a los plásticos de alto rendimiento.
Es ideal para piezas industriales, automotrices y electrodomésticos, aunque menos apto para envases flexibles.
Este material puede reciclarse conservando el 90% de su resistencia y se degrada en solo 50 días en el suelo.
Un avance enorme frente a los plásticos tradicionales, que tardan siglos en desaparecer.
Aunque su costo inicial es mayor, su durabilidad, reciclabilidad y bajo impacto ambiental lo vuelven una opción rentable a largo plazo.
El plástico de bambú podría marcar un antes y un después en la lucha contra la contaminación plástica.