Bahía Blanca | Jueves, 18 de abril

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Préstamos personales: lo que hay que saber antes de poner el gancho

Suelen existir gastos extra que encarecen la cuota, de forma que se termina pagando más. 

Foto: Archivo La Nueva

Por Francisco Rinaldi / frinaldi@lanueva.com

      Juan fue a buscar su crédito personal al banco. Entusiasmado por una tasa de interés no muy por encima de la inflación que publican los diarios, se decide y pide algunos pesos más de lo que planeaba originalmente “por las dudas”.

       Sin embargo, cuando recibe la primera de las cuotas, se encuentra que la misma puede ser alrededor de 1.000 pesos más cara con relación a lo que pensaba pagar. Lo que es peor (Juan no lo sabe), es que el costo que realmente pagará por su crédito no solamente está por encima del interés que creía afrontar, sino que, además, es muy superior con respecto a lo que se espera que aumenten los precios.

      ¿Qué fue lo qué pasó? El primer error de Juan fue fijarse en la tasa de interés, en algunos casos, poco menos de la mitad de lo que efectivamente se termina abonando por un crédito. 

      “Muchas personas ponen el foco solo en la tasa, es decir en el costo del dinero. Sin embargo, es importante considerar además que existen comisiones, gastos, impuestos y otros productos vinculados. Por este motivo, se recomienda siempre verificar el Costo Financiero Total (CFT), que a diferencia de la Tasa Nominal Anual (TNA), incorpora los otros costos. Además, es buen ejercicio compararlo con otras instituciones financieras. Por otro lado, es preferible considerar tasas fijas para evitar la falta de previsibilidad en el crecimiento de la cuota mensual, como es el caso de la tasa variable”, recomiendan desde el Banco Provincia.

     Y las diferencias, cuando se “escarba” a través de las diferentes webs de los bancos, eriza los pelos: una entidad de capitales privados, de primerísima línea, ofrecía un crédito personal por un plazo máximo de 60 meses, a una TNA del 59%, la que, tomando todos los costos del mismo, crecía hasta el 100,07% de CFT.

      Otra, también extranjera, ofrecía una TNA del 78% por un personal a 72 meses (plazo máximo), pero, en realidad, el potencial solicitante debería abonar un 112,47%, que se estiraba hasta el 147,87% si se consideraba el pago de IVA sobre los intereses del crédito.

      El otro error de Juan fue pedir esos pesos de más. “Aconsejamos no pedir más del dinero que se necesita, para no afrontar pago de intereses innecesarios. Al igual que en el caso del plazo, cuando se calcula el monto es necesario evaluar la relación cuota / ingreso para ver su disponibilidad de pago. Incluso si la persona cree que va a necesitar más dinero a futuro luego puede renovar el préstamo anterior o sacar un préstamo adicional, dependiendo de la conveniencia”, explican desde el Bapro.

     Además, tampoco simuló el préstamo ni pidió al oficial de crédito el cuadro de marcha, una planilla donde figuran, en cada columna, los montos a pagar en concepto de cuota pura (capital más intereses), más los gastos adicionales por seguros, impuestos, comisiones y demás extras, los que, como ahora ya sabe Juan, se suman a la cuota pura.

     “Uno de los ejercicios más importantes antes de avanzar en la contratación de un préstamo, además de informarse sobre las condiciones, es aprovechar las ventajas de los simuladores virtuales. La mayoría de las entidades ofrecen en sus páginas la posibilidad de simular un préstamo y así facilita la comparación de diferentes montos y plazos”.

¿Y si me arrepiento?

      Enterado de todo esto, Juan se arrepiente y decide cancelar su préstamo, esperando informarse mejor para tomar una decisión. ¿Podrá hacerlo sin costo? La respuesta es afirmativa, pero bajo ciertas condiciones.

      “Si la persona usuaria de servicios financieros se apresuró a tomar la decisión y se siente arrepentida, tiene derecho a revocar la aceptación del producto dentro del plazo de 10 días hábiles contados a partir de la fecha de recibido el contrato o de la disponibilidad efectiva del mismo, lo que suceda último”.

       “Esta opción no tiene costo ni responsabilidad en la medida que no haya hecho uso del mismo. Si una vez tomado el préstamo, la persona decide cancelar la deuda, existe la posibilidad de hacerlo sin costo: no hay comisiones por saldar la deuda si pasó al menos una cuarta parte del plazo original de la financiación o 180 días corridos desde su otorgamiento, de ambos el mayor”, explican desde la entidad financiera bonaerense.