Bahía Blanca | Sabado, 20 de abril

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Monzó: "El gobierno se equivoca si cree que el dolor de la gente por la fiesta en Olivos se borra con dinero"

Para el dirigente y armador de Juntos, el presidente Fernández no logrará revertir los resultados de las PASO inyectando fondos en los sectores más golpeados por la crisis. "La gente necesita un ejercicio del poder ejemplar y un gobierno serio, disciplinado, que tenga un plan", dijo a La Nueva.

Emilio Mónzó, flanqueado por Lorenzo Natali (der,) y el diputado Emiliano Balbín. Fotos: Pablo Presti-La Nueva.

Juan Ignacio Schwerdt / jschwerdt@lanueva.com

   Martes 20 de julio. Faltaban cuatro días para el cierre de listas y Emilio Monzó, uno de los dirigentes y armadores más importantes de Juntos, desembarcaba en Bahía Blanca para intentar cerrar un acuerdo que, en caso de internas con el Pro, le permitiera a la UCR competir de igual a igual.

   En su agenda ya había un nombre: el histórico locutor de LU2 Lorenzo Natali. Se lo había señalado su colaborador en la región, el exintendente de Monte Hermoso Marcelo Di Pascuale. En los sondeos el conductor tenía una alta imagen positiva, pero Monzó quería conocerlo en persona y en su hogar.

   La reunión fue ese mismo día, en la casa de Natali, con Di Pascuale y el dirigente Marcelo Daletto, de la Cuarta Sección. Tras algunas horas de diálogo Monzó percibió que había encontrado lo que buscaba y formalizó su propuesta. “Si aceptás, vos sos el hombre”, le dijo al exconductor de Bienvenidos.

   Y Natali aceptó. El resto es historia conocida: el outsider (el forastero) encabezó la lista de Facundo Manes y el domingo pasado, con casi 103 mil votos, le dio a la UCR una victoria que la volvió a poner en los primeros planos de la política seccional. 

   Esta semana Monzó volvió a Bahía para felicitar a Natali y fijar el rumbo de la campaña que culminará el 14 de noviembre. "Estaba seguro de que Lorenzo y Faundo (Manes) iban a hacer una gran elección", dijo en diálogo exclusivo con La Nueva.

   --¿Se siente padre de esta victoria, Monzó?

   --No, es de los militantes, dirigentes e intendentes de la Sexta Sección. Se trabajó muy bien, sobre todo en Bahía, que es un territorio difícil. Logramos objetivos importantes. Hoy repasábamos los votos de Ingeniero White y General Daniel Cerri, entre otros barrios, y veíamos que un sector del peronismo que no tenía un referente claro, y que en algún momento pensó en acompañar a Florencio Randazzo, terminó votando a Manes.

   --Quedó en claro además que a la gente no le importa mucho si el candidato tiene o no experiencia en política...

   --Quienes critican a candidatos sin experiencia son, por lo general, políticos que quieren mantener el status quo y que muestran la mezquindad y falta de amplitud que llevó a Juntos a la derrota de 2019. 

   "Yo soy de los que creen que, para tener éxito, se necesita tener un espacio cada vez más amplio, con un radicalismo mucho más protagonista, asumiendo un rol preponderante en las decisiones estratégicas. Si logramos esa amplitud, en 2023 vamos a volver a ganar”.

Monzó fue quien eligió a Lorenzo Natali para encabezar la lista seccional de la UCR. El locutor le pagó con una victoria contundente (por unos 14 mil votos de diferencia) en la interna de Juntos.

   --¿Qué piensa cuando escucha a candidatos del gobierno decir que perdieron porque “a la gente le faltó guita en el bolsillo”?

   --Es un análisis simplista y disociado de la realidad, algo habitual en el kirchnerismo pese a que vienen perdiendo la mayoría de las elecciones desde 2009. 

   --¿Entonces cuáles fueron las razones del revés electoral?

   --El tema económico fue importante, claro, pero no tengo dudas de que perdieron por las formas.

   --¿Las formas?

   --Sí. Le exigieron a la gente confinarse en su casa, cerraron las escuelas y los comercios, dejaron gente sin trabajo... y mientras tanto organizaban fiestas en Olivos. Ese contraste fue mucho más fuerte que cualquier dinero que le pusieron o le vayan a poner al vecino en el bolsillo. 

   “Todos estamos peor que antes en lo económico, pero también todos somos conscientes de que estamos en una situación excepcional. Aquí el problema fue que quienes conducen, y que nos llevaron a este estado de excepción, no sólo no dieron el ejemplo, sino que hicieron todo lo contrario a lo que exigían”.

   --¿Hay que entender, entonces, que los resultados del domingo pasado son irreversibles?

   --No, pueden variar, pero el dolor y la indignación que siente la sociedad no se borran con dinero. 

   --¿Y cómo se cambia?

   --Con un ejercicio del poder ejemplar, algo que no veo por estos días. Hablar de garchar cuando la gente no tiene para comer, lo del Vacunatorio VIP y el cumpleaños en Olivos son cosas que demandan una fuerte autocrítica.

   “La gente quiere un gobierno serio, disciplinado. Al gobierno anterior (el de Mauricio Macri) se le puede criticar lo que sea, pero era ordenado, disciplinado, con un jefe y un gabinete que definían las políticas de Estado con seriedad. Este gobierno, en cambio, es un completo desorden. Y eso es lo peor que se le puede hacer a una sociedad que necesita certezas para eliminar la incertidumbre. La gente necesita un plan, un norte”.

   --¿Qué cree que debería haber hecho Alberto Fernández tras la derrota?

   --Tomar decisiones de inmediato. Es su responsabilidad como conductor. 

   "Le digo más: yo, en su lugar, ni me preocuparía por las elecciones de noviembre. Acá hay que hacer cambios por el país, que el domingo les dio una señal contundente de que se están equivocando. La gente les dijo que la están errando feo. Por eso el mismo lunes 13 el presidente tendría que haber hecho cambios profundos en el gabinete, pero mirando a la sociedad, no a las elecciones que vienen".

   --¿La derrota del oficialismo en la provincia sólo puede atribuirse a Alberto Fernández o también a Axel Kicillof?

   --El gobernador es tan responsable como el presidente. Uno lo escuchaba hablar tras las PASO y parecía una víctima más del Alberto Fernández, pero es igualmente responsable. 

   --¿Qué actitud debería asumir Juntos, como frente opositor, a partir de los resultados del último domingo?

   --En lo inmediato, como está el gobierno, el rol de la oposición es garantizar la gobernabilidad y luchar para salir cuanto antes del estado de excepción que restringió los derechos de todos. Lo digo también por el Congreso de la Nación y los provinciales: a sesionar. Basta de permitir que se gobierne a decretazos. Las cámaras no pueden ser una escribanía del Ejecutivo

   "En un plano más general, lo peor que nos puede pasar como oposición es caer en el exitismo y la vanidad. Seamos claros: no es que la gente está triste con el gobierno y contenta con nosotros. La gente hoy está mal y angustiada en general. Hay que ser conscientes de esto, tener los pies sobre la tierra y actuar con prudencia y humildad. A partir de esto, si unimos fuerzas y nos comprometemos para generar una alternativa de gobierno, no tengo dudas de que vamos a volver a gobernar en 2023. 

   --¿Le parece pertinente hablar ahora de 2023?

   -–Mire, yo no soy de esos candidatos que dicen que falta mucho o que no piensan en eso, cuando es todo lo contrario. Yo soy franco: quiero ser gobernador de la provincia de Buenos Aires. Me he preparado durante años y me considero apto para impulsar las reformas que necesitan los bonaerenses. 

   “Por otro lado, soy de los que creen que en 2023 va a suceder algo muy positivo para el país, que es que los liderazgos los va a asumir una generación política que nació en democracia, producto de la tolerancia, el diálogo y el acuerdo. En dos años nuestros candidatos a presidente van a ser Facundo Manes, Horacio Rodríguez Larreta, Martín Lousteau, Rogelio Frigerio; es decir, exponentes de una generación política parida en democracia, que seguramente buscará un gran acuerdo nacional para hacer las reformas estructurales que necesita el país para salir adelante”.

Emilio Monzó y Lorenzo Natali, en el mano a mano del dirigente y armador de Juntos con La Nueva.

 

   --Muchos opinan que el error de Cambiemos fue haber llegado a 2015 con un proyecto electoral potente, pero sin proyecto de gobierno. ¿Será distinto en 2023?

   --No tengo dudas. Reitero: no sólo habrá un proyecto de gobierno, sino de reformas estructurales. Porque este país, así como está, ya no da para más. La crisis que vivimos y la que habrá en los próximos dos años legitimarán la búsqueda del gran acuerdo nacional que necesitamos. 

   --¿Cree que está en los genes del kirchnerismo propiciar un proceso de diálogo y consenso de esa envergadura?

   --No le va a quedar otra; si no, pasará a ser parte de la historia. En el peronismo del que yo provengo, el de los gobernadores, el que respaldó al gobierno de Macri aprobando todas las leyes que consideró importantes, todos tienen en claro que hay que ir hacia un gran pacto nacional como el de la Moncloa. Sus dirigentes se sienten responsables de esta situación y quieren sacar al país adelante. Por eso soy optimista.

   --¿Qué discusiones se tendrán que dar en ese momento?

   –-Todas las que hagan a las reformas de fondo postergadas por años o décadas: previsional, laboral, tributaria, electoral. Son reformas de trazo grueso, de fondo, que ya no pueden esperar, y que saldrán sólo de un gran acuerdo nacional. En esa instancia será clave que Juntos sea una coalición de gobierno muy amplia, que concentre al radicalismo, un sector del peronismo y parte del Pro, si le toca participar de ese gobierno.